Principal empresa láctea del país estima que el hecho de que asociaciones de tamaño relevante no paguen todos los impuestos se traduce en inequidades que pueden afectar al sector.
Preocupación existe en Soprole -principal empresa láctea del país- ante la posibilidad de que las cooperativas mantengan ciertos beneficios tributarios, solo por el hecho de ser tales. El proyecto de reforma tributaria justamente mantiene, a grandes rasgos, la posibilidad de que este tipo de asociaciones no pague impuesto a la renta sobre aquellas operaciones realizadas entre cooperados. Para Soprole, esa situación se traduce en inequidades entre competidores, considerando que el segundo actor de la industria láctea es una cooperativa: Colun, que goza de esos beneficios. «Nosotros les tenemos todo el respeto a nuestros competidores. Lo que queremos es atacar los hechos y los riesgos que esto puede generar», asegura el gerente general de Soprole, Hugo Covarrubias. «Acá hay un tema de equidad. La autoridad debe garantizar equidad en derechos y obligaciones. Las mismas reglas del juego para todos», añade.
A juicio del ejecutivo, el hecho de que cooperativas de gran tamaño no paguen buena parte del actual 20% de impuesto a las empresas genera una distorsión en el mercado. «Con este nivel de subsidio o de ventaja competitiva artificial, ¿cuál va a ser la estructura del mercado? Probablemente terminará habiendo un actor relevante y todos sabemos el riesgo que existe en los mercados cuando hay falta de competencia», subraya.
Covarrubias enfatiza, eso sí, que la postura de Soprole no es contraria al sistema de cooperativas propiamente tal. Por el contrario, dice estar de acuerdo con que el Estado subsidie a aquellos pequeños productores que se reúnen para lograr masa crítica, una escala de operación y acceso al crédito, entre otros beneficios. «El problema es que personalmente no creo en las cooperativas que huelen más a sociedades anónimas con fines de lucro que a pequeños productores», enfatiza. Y añade: «Una compañía con estructura de sociedad anónima y un subsidio aparecen como una ventaja incontrarrestable. Por más eficiente que seamos, jamás vamos a poder compensar ese subsidio».
De esta manera, se muestra partidario de la posibilidad de limitar los beneficios a aquellas cooperativas que ganan menos de US$ 9 millones (10 mil UTA), propuesta que está siendo planteada por diputados oficialistas. Asociaciones como Colun, por ejemplo, alcanzan utilidades mensuales que bordean los US$ 100 millones e ingresos cercanos a los US$ 600 millones, según datos públicos. «A largo plazo, en cualquier industria en que uno de los competidores relevantes tiene un subsidio de 20%, se genera un cambio en la competitividad», dice el ejecutivo.
En esa línea, precisa que el debate cobra más fuerza ahora que la reforma tributaria suma un alza de hasta 27% en el impuesto a las empresas. «La reforma va a ampliar la inequidad. Ahora, el subsidio va a ser de 25% o 27%, y eso es extremadamente grave y riesgoso». «Creo que es el momento de discutir y entender qué cooperativas pueden tener subsidio y cuáles no», añade. Covarrubias ya planteó estas inquietudes al directorio y ahora se están evaluando los pasos a seguir.
»A largo plazo, en cualquier industria en que uno de los competidores relevantes tiene un subsidio de 20% se genera un cambio en competitividad y en la estructura de mercado».
HUGO COVARRUBIAS, GERENTE GENERAL DE SOPROLE
El Mercurio