#Chile: ¿Qué especies forrajeras usar para la producción de leche?

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“No siempre la ballica perenne es la mejor opción a la hora de elegir una especie forrajera en las diferentes zonas agroclimáticas del sur del país”, fue una de las principales conclusiones de los investigadores de Inia, Alfredo Torres, Fernando Ortega y Cristián Moscoso.Los expertos luego de tres años de estudios, en el marco del proyecto denominado: “Mejoramiento de la competitividad del sector lácteo en el sur de Chile, mediante la búsqueda de germoplasma forrajero para épocas críticas”, dieron a conocer qué especies y variedades forrajeras utilizar para  la producción de leche y carne en el sur del país.
El investigador jefe del proyecto, Alfredo Torres, especialista en praderas y cultivos forrajeros de Inia Remehue, sostuvo que “hay especies como pasto ovillo, bromo, festulolium y festuca, que muestran una mayor producción de verano -en algunos casos más del doble- y un mejor grado de resistencia a algunas plagas, por eso nuestro mensaje a los agricultores es que no sólo piensen en ballicas cuando diseñen sus sistemas productivos”.
Al respecto, señaló que en los ensayos realizados en Pelchuquin, en las cercanías de San José de la Mariquina, que es la localidad que presenta un mayor déficit hídrico de los 5 predios evaluados, el bromo logró más que el doble del rendimiento de verano que el que se obtuvo con ballica perenne.
En esta localidad, caracterizada por los veranos secos, el bromo obtuvo 7 toneladas de materia seca por hectárea, el pasto ovillo 6, la festuca 5 y festulolium 4,5, mientras que la ballica perenne sólo logró 3 toneladas de materia seca por hectárea entre diciembre y marzo.
En tanto, Fernando Ortega recalcó esta misma idea, señalando que “también dentro de las mismas especies forrajeras hay diferencias importantes en rendimiento y calidad. En el caso de ballica perenne, por ejemplo, se observaron diferencias de entre un 10 y un 30 por ciento, en distintas localidades”.
Haciendo un cálculo simple, Ortega puntualizó que “si se piensa sólo en un 10% de aumento en la producción de forraje por elegir una mejor variedad, considerando una eficiencia de utilización de un 65%, que no es la más alta, se lograría un ingreso incremental de 135.000 pesos por hectárea, a un valor de 190 pesos por litro de leche, lo que demuestra la importancia de este tipo de decisiones”.
JARDIN DE EVALUACIÓN
Entre los resultados obtenidos gracias a este proyecto se estableció un jardín de evaluación de nuevas variedades de distintas especies de gramíneas en cinco localidades (una en La Araucanía, una en Los Ríos, y tres en la Región de Los Lagos) en  las que se compararon los resultados de más de 30 variedades de pasto ovillo, bromo, festuca, festulolium y ballica perenne. Además, se está terminando de editar un boletín técnico, con información estandarizada de las características productivas de cada variedad comercial evaluada por el proyecto.
También se hicieron actividades de captura tecnológica y capacitación que permitieron al equipo de trabajo adquirir nuevos conocimientos y redes de contacto con las principales empresas e instituciones abocadas al mejoramiento genético de forrajeras en Nueva Zelanda y el Reino Unido y se generó una propuesta para un Sistema Nacional de Evaluación de Forrajeras, para que el sector productivo y empresarial ligado al rubro ganadero y lechero, cuente con una información comparable y fidedigna del material genético que se encuentra en el mercado.
MEJORAMIENTO GENÉTICO
Finalmente, con este proyecto se dio inicio a programas de mejoramiento genético de ballica perenne y trébol blanco, las 2 especies forrajeras más utilizadas en el sur de Chile, pero se está a la espera de financiamiento para continuar.
Sobre este punto, Fernando Ortega subrayó la importancia de continuar este trabajo indicando que “en estas 2 especies Chile actualmente depende en un 100% de genética extranjera, lo que es una desventaja competitiva”.
Añadió que “las variedades importadas fueron creadas en condiciones edafoclimáticas y de manejo distintas a lo que ocurre en la zona sur de Chile y en los últimos años están teniendo problemas claros de persistencia o durabilidad. De hecho los agricultores más innovadores tienen que regenerar o sembrar sus praderas cada 3 a 5 años por las pérdidas de plantas que son reemplazadas usualmente por malezas, con las consiguientes pérdidas.
http://www.camposureno.cl

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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