Los conflictos entre los productores y la industria son habituales.
“Cuando suben los precios las plantas se demoran una eternidad en reaccionar, pero cuando bajan la rectificación se hace en 30 días, que es el plazo que tienen para informar a los productores sobre el cambio de valores”, afirma Alfredo Wahling dirigente gremial agrícola y productor lechero de Ñuble. “En el país hay cuatro grandes plantas. Ha sido un año de fuertes aumentos de precios, pero esto solo se refleja parcialmente en el mercado interno”, agrega.
La situación se ve agravada por un alza de los costos, que son en dólares, como los valores de la soja, maíz y otras materias primas: “Se observan alzas en los valores de los fertilizantes, granos e insumos. Mucha lechería tiene que cerrar, la distorsión no les permite subsistir” dice el dirigente, refiriéndose a la tendencia que se mantiene en el rubro y que ve su punto más crítico en la temporada invernal, cuando escasea el forraje. Pasado este período, en primavera y verano, la presión es menor.
En la zona de Ñuble prima un poder comprador de leche fluida que es Danone, pero también hay industrias lácteas que consumen parte de la producción como San Ignacio, Longaví, Los Tilos, etc. En todo caso, la demanda de leche en la zona es superior a la oferta.
A juicio de Wahling Ñuble requiere de 150 mil litros diarios de leche, pero produce solo la mitad. A nivel regional la otra provincia productora es Bío Bío, que triplica a Ñuble y donde Nestlé tiene una presencia importante.
Fedeleche
Una de las características del gremio lechero a nivel nacional es su cohesión y las asociaciones provinciales funcionan bajo el paraguas de Fedeleche, cuyo presidente, Horacio Carrasco, al comienzo de la nueva temporada de invierno ha manifestado que son insuficientes las condiciones de precios anunciadas por la industria. “Las alzas de entre 5 a 13 pesos por litro de leche fresca, son a todas luces insuficientes en un contexto de una fuerte caída de la producción y de un alza extraordinaria de sus costos a raíz de la sequía y otro factores, como el incremento del tipo de cambio”.
A juicio del dirigente gremial, “se confirma la utilización sistemática e histórica, de una errática y arbitraria política de precios establecidas por estas empresas, con la agravante que se trata de actores líderes en el mercado lácteo, por tanto, son seguidos por otras industrias procesadoras en este tipo de decisiones y arbitrariedades”.
Argumenta que “se ve reflejado el escaso compromiso de las empresas con la producción nacional, la cual en el mes de marzo y según los últimos datos oficiales disponibles, se desplomó un 6,6%”. Agrega que “bajo estas nuevas condiciones de compra de leche fresca, establecidas unilateralmente por el sector industrial, en la temporada de invierno este comportamiento de la producción de leche no varía significativamente”.
Según Fedeleche las condiciones de producción de la temporada primavera-verano 2013/14, que permiten generar los excedentes que serán utilizados en la campaña de invierno no fueron las óptimas. A la baja de precio de hasta $20 por litro de leche fresca, se sumó una severa sequía que impidió generar las reservas suficientes de forraje, generando un déficit sustancial en la disponibilidad de alimento animal, el cual representa el 60% de los costos totales de la actividad lechera.
Escenario adverso
“Este adverso escenario implicó un extraordinario incremento de los costos de producción de cara a la temporada de invierno, la que bajo condiciones normales oscila entre un 15% a 20%, pero que con esta situación se han disparado drásticamente, obligando a los productores a consumir parte importante de las reservas que consideraban para el invierno, a principios de año, de tal forma de evitar una caída mayor en la producción”, precisó Carrasco.
Con estos antecedentes, el líder gremial fustiga que “estas compañías no hicieran eco de las difíciles condiciones que afectan al sector primario. Año a año, los productores no cuenten con la mínima certeza, ni pueden anticipar en la política de precios y decisiones de estas empresas, particularmente lo referido a los valores que pagan por la leche fresca”.
Juan Horacio Carrasco puntualiza que “esta situación refleja la falta de transparencia en la compra de leche fresca por parte del sector industrial, lo cual ha sido un factor permanente de afectación para los productores”.
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