Chile: #Nestlé: «En Chile, hacer una reunión un viernes a las 4 de la tarde es normal todavía»

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Sobre el impacto de la reforma tributaria su presidente ejecutivo, Pablo Devoto, afirma que «tarde o temprano, los impuestos los pagan los consumidores».
«Llegué acá en febrero de 2013, a una compañía muy bien posicionada, con marcas sólidas y queridas, con profesionales reconocidos. No llegué a una empresa en crisis o en una situación problemática. Por eso no veo un cambio. Para mí es una evolución natural de una compañía que viene hace muchos años haciendo las cosas correctas», afirma el presidente ejecutivo de Nestlé Chile, el argentino Pablo Devoto, cuando comenzamos esta conversación a raíz del primer lugar en el ranking del estudio «Empresas más Respetadas» -elaborado por GfK Adimark para La Segunda- que este año alcanzó la multinacional.
Si bien el año pasado ocupó el segundo lugar, con su salto desplazó a LAN, que por cinco años consecutivos había encabezado el cuadro de honor.
Sus palabras están marcadas por el optimismo -«hay como un consenso de que la cosa no andará bien y yo no creo eso»-, pero también por la cautela: «La reforma tributaria como está, no cambia fundamentalmente nuestro plan de inversiones, no cambia nada. Pero hay que tener cuidado con no restarle competitividad al país», advierte.
Y aunque lleva poco en Chile, paulatinamente ha intentado inyectar su filosofía entre sus empleados.
-Su discurso es bien abierto sobre la relación que deben tener los trabajadores con su tiempo libre, familia, etc., que no es algo común en las empresas chilenas.
-Son cosas que tienen que ver con la cultura en la que uno está inserto. Por ejemplo, sacarnos la corbata en Chile tardó mucho más que en Argentina. Yo trabajé en Brasil y el día que permitieron sacar la corbata fue un shock. En Estados Unidos hace más de 15 años que no usamos. No es bueno venir a imponer ideas o estilos diferentes. Hay que ir acompañando e ir viendo las oportunidades que nos da el lugar en que estamos.
-¿Le ha costado instaurar una cultura más flexible en Chile?
-No es difícil. Nestlé tiene su cultura. Hay un deseo de más flexibilidad, pero también hay una disciplina que es innata y hace parte de la cultura chilena. Por ejemplo, recuerdo que en 1993 como director comercial en Panamá hice una reunión un viernes a las 4 de la tarde. La gente tenía un malhumor tremendo. Cuando terminó la reunión, vino el jefe de ventas y me dice: «qué quieres, si hoy es viernes. Acá a las 4 de la tarde todo el mundo se va al happy hour».
En Chile, hacer una reunión un viernes a las 4 de la tarde es normal todavía, hay países donde hace más de 20 años que eso no se le ocurre a nadie.
«No cambiamos ningún plan»
-¿Cómo ve el clima para hacer negocios en Chile?
-En general todo el mundo dice que la cosa viene difícil y que será mala. Yo naturalmente soy optimista. Chile tiene fundamentos para que la cosa vaya bien. Hay un momento de cambios con la reforma tributaria, educacional, tantas cosas que se están discutiendo y es normal que haya como una especie de duda de qué pasará con tanto cambio.
De todas formas hay que tener cuidado de quitarle competitividad a las empresas chilenas porque están insertas en el mundo, pero la competitividad es permanente.
-Hay empresarios que han dicho que la discusión puede frenar inversiones…
-Nosotros no cambiamos ningún plan de inversión. Nestlé mira mucho más allá de 4 años de gobierno. Estos son nuestros primeros 80 años en Chile.
Tarde o temprano, los impuestos los pagan los consumidores. Se puede tratar de que paguen menos, pero al final del día todo llega a los precios y todo termina impactando en el nivel de actividad.
-¿Son exagerados los reclamos?
-Hay que mirar cada negocio en particular. Los empresarios siempre son precavidos. Como tiene que invertir primero para después recoger, siempre está mirando qué puede pasar. Y está claro que más impuestos y más costos obviamente hacen aumentar los precios.
El capital es bastante poco emotivo. Chile gozó durante años de un flujo de capitales porque era bastante competitivo, y porque los costos de inversión entregaban una buena rentabilidad. Y eso hizo que en vez de ir el dinero hacia Argentina, a Perú o a Bolivia, viniera a Chile. Si Chile pierde esa oportunidad, se la va a ganar Bolivia, Perú u otro país. Estamos en un mundo donde hay alternativas.
-¿Cuál es la principal amenaza para Nestlé en Chile?
-Una amenaza es dejar de crecer, porque cuando eso ocurre empiezan los ajustes, a bajar costos, a cerrar fábricas.
Una mala ley de etiquetado es un riesgo; impuestos a los nutrientes, cosas que empiezan a trabar y a frenar. En vez de poner a las empresas a invertir en investigación y desarrollo, las ponen a la defensiva frente a la ley de etiquetado.
Nueva planta en Teno
-¿En qué están los planes de negocio de Nestlé?
-Estamos trabajando mucho en la segmentación, tratando de atender los segmentos extremos: premium y super premium y mainstreams o básicos. Estamos buscando tener menos proyectos, pero con más impacto.
-¿Por qué se fueron a esos extremos, qué pasa con la clase media?
-No la abandonamos, es nuestro fuerte, vivimos en un 90% de ella y la tenemos bien abastecida. Pero vemos oportunidades en esos dos segmentos.
El consumo extrahogareño, on the go, también es un negocio nuevo que está creciendo. Por ejemplo, cerca de donde hay construcciones uno ve llegar a muchos operarios con su capuccino que compraron en el quiosco bajando de la micro. Eso no se veía hace dos o tres años.
-¿Cuáles son sus planes de inversión?
-Tenemos un promedio de entre US$60 millones o US$70 millones por año y en este momento estamos invirtiendo en una nueva fábrica de alimentos para mascotas. Estamos en proceso de consulta pública a la comunidad en Teno hace un mes. Esa sola inversión rondará US$70 millones y empieza en enero de 2015.
El rol de los empresarios: «Ni demonizarlos ni ponerlos en un psedestal»
-La versión 2014 de las «Empresas más Respetadas» mostró la percepción de que los empresarios han perdido poder de influencia en el gobierno y en los parlamentarios…
-Estamos en una etapa donde los empresarios están siendo demonizados. Es tan malo hacer eso como ponerlos allá arriba en un pedestal intocable. El mundo tuvo un crack hace muy poco por haberle permitido a los empresarios actuar en determinados países sin reglas y solamente a través de la autorregulación.
El rol de los empresarios es agregar valor a sus empresas y a la sociedad de forma simultánea. Es algo más comprometido a lo que era antiguamente, cuando sólo estaban pensando en su beneficio y defendiéndose de visiones de un poquito más de control.
En términos futbolísticos, las empresas quieren tener un reglamento claro y referí bueno, que le marque la cancha. Ahora si el reglamento es tan estricto que no se puede pasar la pelota, entonces el partido se pone aburrido.
-Pero una cosa es un reglamento claro, y otra, uno que no cambia.
-Los reglamentos cambian, y si es necesario que cambien, deben hacerlo.
Lo importante es que el cambio sea claro y que atienda a los objetivos planteados.
http://www.lasegunda.com

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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