#Chile: Lo que pasó con el precio de la leche

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En abril pasado, Nestlé remeció el mercado lechero chileno al inaugurar una moderna fábrica de lácteos, con una inversión superior a los US$ 140 millones, para producir 30 mil toneladas anuales. A fines del mismo mes, anunció un bono para premiar con entre tres y seis pesos por litro a quienes aumentaran la entrega de materia prima.Pero a comienzos de septiembre provocó un nuevo sismo, del cual aún se sienten réplicas. Claro que ahora el impacto no fue tan positivo como los remezones de principios de año. La empresa -tercera receptora de leche y la primera exportadora- anunció una baja de $ 20 para el litro a sus proveedores, lo que hizo arder Troya. Fedeleche y todas las organizaciones gremiales lecheras regionales pusieron el grito en el cielo. Intensas reuniones entre el lunes 7 y viernes 10 lograron paralizar la medida. La empresa anunció, junto con reiterar su compromiso con el sector y los productores, la decisión de no implementar excepcionalmente la reducción del precio anunciada a contar del 3 de octubre. Eso sí, la lechera precisó que a contar de la misma fecha implementará un nuevo esquema de pagos, que mejoraría los estímulos a la producción de sólidos lácteos y una zonificación según las características productivas. Los lecheros respiraron aliviados, pero se declararon en estado de alerta respecto de la nueva pauta de pagos, a la espera de mayores detalles.
Varias son las réplicas que dejaron las decisiones de la lechera suiza.
Recoger las inquietudes
Los productores en principio plantearon las dudas respecto de que la rebaja pueda venir por el lado de la nueva pauta de pagos. La preocupación radicaba en cuáles serían los cambios, cómo impactarían y qué cantidad de productores podría acceder a los premios que se plantean por la calidad de la materia prima.
La empresa respondió que hace tiempo evaluaban mejorar la pauta de pagos buscando beneficios para ambas partes, y que la situación planteada con el precio apuró la implementación del proyecto.
«Fue presentado oficialmente el 12 de septiembre pasado a los productores, en detalle, y la respuesta fue un agradecimiento unánime, pues claramente visibilizaron los beneficios que esta nueva pauta les significará», señala Marcelo Alonzo, gerente de Estrategia y Política Agropecuaria de Nestlé.
Los cambios más importantes anunciados tienen que ver con pago por mayor nivel de proteína láctea y una nueva forma de zonificación que busca, según la industria, estimular la competitividad de las distintas zonas geográficas donde está presente la compañía.
«La nueva pauta recoge inquietudes de nuestros productores y se conjuga con la visión de la compañía de contar con una leche de mayores sólidos. La baja en los niveles de corte, permitirá que la mayoría de nuestros productores obtengan un estímulo económico por este concepto de proteína láctea, y a su vez, al aumentar el valor hará más interesante esta medida. Estimamos que alrededor del 95% de nuestros productores tendrá un beneficio inmediato económico con ella», dice Alonzo.
Además, se incorpora un bono al pequeño productor como apoyo para que puedan aumentar la producción.
A los productores la propuesta les parece buena, hasta ahora.
«Por el momento quedamos tranquilos. La nueva pauta de pagos premia la mayor producción de proteína, se cambia el precio base, pero al final el precio se mantiene en los niveles actuales. Esto ayuda a los productores frente a un escenario de incremento en los costos, que ya venimos viviendo desde hace algunos meses», señala Eduardo Schwerter, presidente de Fedeleche, quien agrega que, aunque hay diferencias entre productores, las variaciones no van a ser muy grandes en lo que reciban.
La solución, como suele ocurrir, no dejó a todos contentos.
Algunos criticaron que Nestlé hubiera sucumbido a las presiones de los productores. Incluso un Twitter del ministro de Agricultura habló de mediación de esa secretaría de Estado, lo que se señaló se veía como un gobierno influyendo en el precio. Muchos lo consideraron un mal precedente para el sector industrial.
«La determinación del precio de la leche por factores no económicos es una solución de corto plazo que pone en riesgo la estabilidad que todos queremos», indica Alonzo.
Otro de los remezones en la industria quedó planteado tras las expresiones públicas de los gremios lecheros de felicitación por haber logrado el cambio.
No se vio bien, expresaron fuentes de la industria, el tema de que los costos de los lecheros se mezcle con el precio que paguen las industrializadoras, que fue uno de los argumentos para dejar sin efecto la medida.
«Reitero, las variables que influyen en la definición del precio de la leche no consideran la estructura de costos de los productores. Nestlé no ha usado ni usará dicha estructura como un factor objetivo para definir el precio pagado por la leche. Las principales razones que influyen son los factores objetivos señalados, para ser competitivos en los mercados de destino. Sin embargo, en situaciones excepcionales donde nuestros productores han debido enfrentar circunstancias muy difíciles, los hemos escuchado con atención y los hemos apoyado de diversas maneras», dice Alonzo.
¿(Sin)Razones de la baja?El mismo día de anunciada la baja, industrias como Soprole señalaron que no había razones de mercado para ello. Esto porque si bien los productores lácteos chilenos tienen precios más altos a productor que sus pares de otros países, Chile, por las preferencias arancelarias conseguidas con los TLC -especialmente con Brasil y Colombia, a donde va la mayor parte de las exportaciones de leche en polvo; y con México, donde se envía el queso-, exporta sus lácteos a precios más convenientes que sus competidores,.
Al respecto, el argumento de Nestlé fue que su estrategia de precios se define en función de su realidad y modelo de negocios.
La obedeció a un riguroso análisis de datos objetivos como el precio internacional, el valor del dólar, la demanda interna, la época del año, condiciones climáticas, etc, indicó.
Se habló también que la baja obedecía a razones internas de la compañía, que envia leche a las otras filiales en el mundo y se queda sin la ventaja arancelaria de los mercados de Sudamérica.
«De ninguna manera. Existen ciertamente mercados, como lo fue antes México, Venezuela, y ahora en parte Brasil y Colombia, que constituyen interesantes oportunidades ‘de corto plazo’. Pero existe consenso que el desarrollo lechero sobre esas bases es muy riesgoso para la estabilidad de largo plazo. Por ello Osorno está destinada, además de abastecer el mercado local, a exportar a empresas Nestlé de Centroamérica y Asia. Y no creemos oportuno ni sano, desviarnos de abastecimiento a ‘mercados de ocasión’, sacrificando la estabilidad de largo plazo», señala el gerente de Estrategia y Política Agropecuaria.
Escrito por Revista del Campo

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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