El sector lechero está preocupado. Si bien el panorama mundial es muy positivo, por la alta demanda que manifiestan los mercados nacionales e internacionales, ven que los beneficios de las alzas de precios en el exterior (aunque en los últimos días tuvieron una caída importante) no llegan en la misma forma a los productores locales, como sí ocurre, por ejemplo, con los productores en Nueva Zelandia.
Las cifras hablan de que en 2013 Chile creció solo un 1,4% en la recepción nacional de leche, mientras que se importó un equivalente a 410 millones de litros (principalmente entre queso gouda y leche en polvo), equiparable a un 20% de la producción doméstica. De ese total, cerca de 127 millones de litros equivalentes fueron traídos por Soprole, provistos por su casa matriz, la neozelandesa Fonterra.
Pese a que es una transacción legal, pues son operaciones entre empresas relacionadas, para varios actores del rubro dicho comportamiento revela, al menos, una contradicción, especialmente porque los neozelandeses están invirtiendo para que los productores nacionales mejoren su eficiencia.
Carlos Arancibia, gerente de FEDELECHE, sostiene que la estrategia comercial que está impulsando Soprole solo aporta al estancamiento del sector en el país. “Por un lado, Nueva Zelandia trae y muestra nueva tecnología orientada a producir más y mejor, y por otro lado, tienes a una empresa también neozelandesa que justamente hace lo contrario. Eso no es un incentivo para que nuestra producción crezca más del 1,4% que aumentó. Sobre todo cuando es una empresa procesadora”, dice.
Lo mismo opina el director ejecutivo del Aproval de Los Ríos, José Luis Delgado. “Es súper bienvenido, pero qué sacamos con que la gente sea más competitiva y aumente su productividad si chocamos al momento de ir a vender la leche a la empresa que lidera el mercado, que es de capitales neozelandeses, que prefiere abastecerse de productos importados desde su matriz”, reclama.
Las cifras de enero y febrero muestran una tendencia similar a la de 2013. Según datos del gremio de productores, mientras en enero Soprole importó más de 2 mil toneladas de queso gouda desde Nueva Zelandia, en febrero habría repetido la gestión con otras mil toneladas. Es decir, un equivalente a cerca de 30 millones de litros. A esto se suma que la recepción nacional en enero registró una baja de 3,6% y febrero (aún sin registro oficial), no habría sido mucho mejor.
Aproval proyecta, además, un aumento importante en los costos para la temporada invernal, que en condiciones normales suben entre 15% y 20%. “La campaña invernal se proyecta compleja, ya que las condiciones de la primavera 2013 no permitieron generar las reservas suficientes de forraje y el déficit hídrico de finales del año pasado e inicio del actual ha obligado a consumir parte importante de esas reservas”.
Lo que los preocupa, más que las importaciones, es que mientras el precio internacional de la leche en polvo entera creció casi 50% entre 2012 y el año pasado. En Chile, la industria subió el precio a productor en un 5%, a partir de enero. En contraposición, señalan en Aproval Los Ríos, las nuevas condiciones de compra que Fonterra estableció para sus proveedores neozelandeses en la campaña 2013-2014 considera precios un 40% superiores a los que paga en Chile por la materia prima a través de Soprole.
“El problema es que no ha existido un traspaso del precio internacional, que es históricamente alto, lo que no se ha reflejado en el precio que se paga a los productores chilenos”, acota Juan Horacio Carrasco, presidente de FEDELECHE.
“Colún aparece liderando la recepción nacional de leche en 2013, con 532 millones de litros (25% del mercado), pero si revisamos la disponibilidad real en el mercado vemos que, gracias sus importaciones, Soprole dominó por lejos el mercado doméstico, con un oferta de más de 580 millones de litros”, dice Edgardo Zwanzger, presidente de Aproval de Los Rios.
Y lo que hace Soprole, en términos de precios, es seguido por el resto de la industria. Por ello los distintos actores están preocupados de que se disponga de un volumen tan alto a partir de esas importaciones.
“Soprole no tiene ningún interés en subir el precio, porque toda su demanda la puede cubrir vía importaciones de su matriz… Y si lo miras desde el punto de vista de ellos, tienen toda la razón. Para qué aumentar el costo de la compra de su materia prima en Chile, cuando pueden importar desde su matriz a precios bastante más convenientes”, comenta un representante de una entidad gremial.
Agrega que Soprole puede vender un 10% menos y “ganar plata, porque el costo del queso que trae de Nueva Zelandia es tan bajo, que le permite presionar al resto de las industrias. Es el problema que tiene Colún, que siendo la líder del mercado en compra de leche, al momento de competir en la góndola tiene serios problemas”.
Sobre esta situación, Zwanzger manifiesta que “vale la pena preguntarse por qué un país como Nueva Zelandia, donde la producción lechera equivale en importancia a nuestra producción de cobre, realiza grandes esfuerzos por promover en Chile su desarrollada tecnología y modelos de capacitación vinculados a la lechería, pero al mismo tiempo no dedica los mismos esfuerzos para replicar el exitoso modelo que han generado en la cadena producción-industrialización lechera”.
Agrega que sería un buen ejercicio que miraran “al impacto que están generando sus inversiones en el ámbito industrial lácteo en Chile, para darse cuenta de que si logramos perfeccionar este vínculo y asociarnos en un proyecto de beneficio mutuo real, los resultados no solo serán un incremento sostenido de las utilidades que retornan a sus tierras, sino que habrá un beneficio integral de la cadena en Chile”.
El Mercurio