El aumento se explica por el mayor poder adquisitivo de la población, el desarrollo de productos con valor agregado y cambios en los hábitos de consumo. Sin embargo, los niveles aún no alcanzan lo recomendado por la Organización Mundial de Salud. Desde que la economía empezó a recuperarse de la crisis internacional de 2008
El aumento se explica por el mayor poder adquisitivo de la población, el desarrollo de productos con valor agregado y cambios en los hábitos de consumo. Sin embargo, los niveles aún no alcanzan lo recomendado por la Organización Mundial de Salud.
Desde que la economía empezó a recuperarse de la crisis internacional de 2008, el consumo de leche en Chile inició una escalada que este año marcará un nuevo récord: alcanzará los 145 litros per cápita anual, según un informe del Ministerio de Agricultura.
“Hay un cambio en los hábitos de consumo”, explica el ministro de la cartera, Luis Mayol, quien destaca el crecimiento explosivo que registraron el queso, queso fresco y yogur en los últimos diez años. Los dos primeros ya están en niveles de consumo de 7,4 kilogramos por habitante, mientras que el yogur llega a casi 14 kilogramos por persona.
No obstante, esta tendencia de fuertes alzas se ha acelerado en los últimos tres años, explica el presidente del directorio de Surlat Industrial, Eugen Roth, lo que coincide con el aumento de 40% en PIB per cápita que pasó desde US$ 10.179 en 2009 hasta US$ 14.394 en 2011, según los registros del Banco Mundial.
“La leche tiene una elasticidad muy alta al ingreso de las personas”, añade el asesor lechero y ex gerente de Estrategia y Política Lechera de Nestlé, Claudio Sarah. A la par con las cifras macroeconómicas, el consumo de leche ha subido 15% desde 2009.
“El mayor poder adquisitivo ha permitido a las personas acceder a los productos lácteos. Si bien no son baratos, tienen un registro de precio menor que otras bebidas gaseosas de menor calidad y la gente ha entendido eso”, afirma el presidente de la Federación Nacional de Productores de Leche (Fedeleche), Eduardo Schwerter.
En el caso de los productos de mayor valor agregado, como el yogur, “la gente los quería, pero no los podía consumir, y ahora se han hecho más alcanzables”, complementa Sarah.
En esa misma línea, el ministro Mayol destaca que el crecimiento se explica por la “consolidación de la industria lechera cada vez más desarrollada”, lo que se ha visto reflejado, sobre todo, en la oferta de productos.
“Las empresas han adecuado los formatos de productos según las necesidades del nuevo consumidor”, añade Sarah, y pone como ejemplo la leche sin lactosa para quienes tienen intolerancia a este componente.
Según un estudio del Departamento de Gastroenterología de la Universidad Católica, este mal puede afectar al 60% de la población chilena con ascendencia hispana y al 80% de la población con herencia mapuche, lo que ha abierto un nuevo mercado para los productores de leche.
Aún falta mucho
Si bien 145 litros es una cifra histórica, apenas equivale a 0,3 litros diarios y aún está lejos de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de, al menos, 160 litros per cápita al año, y más distante aún de países cercanos, como Argentina y Uruguay, que llegan a 200 y 220 litros per cápita, respectivamente. Incluso Brasil, con su numerosa población, ya alcanzó los niveles sugeridos por la OMS.
“Para el nivel de desarrollo que tiene Chile, no había una correlación muy directa con el consumo de productos lácteos”, sostiene Sarah. Pero el ritmo de crecimiento que se ha mostrado en los últimos años está acelerando la llegada a la meta. “Si seguimos la trayectoria de los últimos años, en teoría nos faltarían entre tres y cuatro años para lograr los 160 litros”, agrega Schwerter.
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