Estamos entrando a los últimos días de septiembre y en medio de una agenda nacional y regional marcada por los 40 años del «Golpe» y por la intensidad de un extenso feriado de Fiestas Patrias, los productores de leche nos mantenemos enfrentados a un escenario complejo y extraño.
Complejo, porque las ofertas de compra de leche fijadas por las principales compañías elaboradoras para esta primavera implicarán bajas en torno al 12% en el precio pagado a productor, en circunstancias que la campaña de invierno se desarrolló en adversas condiciones y por lo tanto los costos de producción se han incrementado por sobre lo normal.
Pero fundamentalmente extraño, porque el sector lácteo presenta un escenario extraordinariamente favorable como no se veía en mucho tiempo, con precios de referencia en el mercado internacional que se han mantenido en buena parte del año en niveles históricos y con un mercado doméstico también con precios de acuerdo a este escenario y con una demanda sostenida y constante, como ha venido ocurriendo en los últimos años.
De este contexto surge la pregunta de ¿por qué baja el precio de la leche a productor? y la única respuesta que podemos deducir, ya que no hay argumentos diferentes sobre la mesa de parte de las empresas lácteas, es que la bonanza sectorial está quedando – una vez más – concentrada en los eslabones industrial y comercial.
Lamentablemente, nuestra institucionalidad anti-monopolios y anti-distorsiones carece de una orientación que resguarde razonablemente la producción nacional, permitiendo, por ejemplo, que empresas lácteas relevantes importen grandes cantidades de productos lácteos a «precio de costo», aprovechando la relación con sus matrices controladoras en terceros países, lo que les permite generar una competencia a nuestro juicio desleal hacia la producción nacional, pero totalmente legítima desde el punto de vista de nuestra institucionalidad.
Por si esto fuera poco, esa misma institucionalidad mantiene una posición complaciente frente al escenario de arbitrariedad y discrecionalidad evidentes con que las principales compañías lácteas fijan el precio de compra de su materia prima.
¿Qué hacer en medio de este entorno adverso para enfrentar este mercado complejo y extraño? Por lo pronto, denunciarlo públicamente; y haciendo los planteamientos técnicos que corresponde ante las propias empresas elaboradoras y ante las autoridades pertinentes, tal como lo hemos venido realizando bajo el liderazgo de nuestra federación nacional (FEDELECHE).
Fuente: Columna presidente Aproval Leche AG
http://www.fedeleche.cl