La demanda que interpusimos los productores de leche por prácticas contrarias a la libre competencia, en contra de tres actores relevantes del mercado (Soprole, Nestlé y Watt’s), generó una fuerte reacción de parte de estas tres procesadoras.
Entendemos que para nadie es grato estar en el papel de acusado por alguna falta o transgresión a la normativa legal. Sin embargo, y ya lo hemos mencionado en este mismo espacio, esta acción respondió a la imposibilidad de abordar previamente con estas compañías la búsqueda de mayor transparencia en la forma en que se determina el precio de la leche.
La idea nunca ha sido fijar el precio de la leche, solo consensuar los principales factores que influyen en la formación de dicho precio y aproximarse con cierta objetividad a la manera en que estas variables interactúan para dar una señal de tranquilidad a los proveedores en el sentido que la valorización de su producción efectivamente responde a la dinámica del mercado y no a decisiones arbitrarias de los agentes que se encuentran en una posición de mayor privilegio en la cadena.
Dado que no fue posible hacer este ejercicio, las organizaciones de los productores primarios recurrimos a la institucionalidad vigente para dirimir civilizadamente esta diferencia.
Lamentamos — sin embargo -, que esta acción haya sido recibida por estas compañías como una suerte de “declaración de guerra”, a la que no sólo han respondido ante el tribunal para tratar de desvirtuar nuestros argumentos – lo que es razonable —, sino que adicionalmente han respondido con algunas represalias que no han hecho más que exacerbar los ánimos en el sector. Por ejemplo, suspendiendo el sistema de recaudación de aportes gremiales que operó durante una década tras un acuerdo conjunto entre productores e industrias y además marginándose de la campaña conjunta de promoción del consumo de lácteos.
Es probable que como organizaciones gremiales también hayamos cometido errores en muchas cosas, incluida nuestra forma de vincularnos con la industria elaboradora. Por lo mismo, nos preocupa el deterioro cada vez más creciente en la relación de la cadena.
Están pasando cosas importantes para el futuro del sector y que nos debieran importar a ambos eslabones, pero que no estamos abordando de manera eficaz.
En medio de este conflictuado escenario, a nivel regional como Aproval hemos tratado de no dejar de mirar hacia adelante y buscar potenciar el trabajo conjunto con las procesadoras en aquellos aspectos que son de mutuo interés y aprovechando los escasos espacios de interacción conjunta que hemos logrado generar y que debiéramos seguir potenciando, a pesar de nuestras legítimas diferencias.
Fuente: Austral Valdivia