Así va el desigual TLC con Corea

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Colombia exporta 4 veces menos en bienes básicos, que lo importado de Corea en productos industriales.
Esta semana los negociadores delegados por Colombia para concretar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Corea del Sur se reunirán con líderes agrícolas e industriales del país, dos sectores muy sensibles, para bien o para mal, en este acuerdo que aún no tiene luz verde y despierta críticas, temores y aguerridas defensas.
En la sexta ronda de negociaciones, que concluyó este fin de semana en Atlanta (Estados Unidos) sobre acceso a mercados, los equipos colombianos y surcoreanos no llegaron a un acuerdo final en lo que están dispuestos a ceder en la liberalización para productos agropecuarios e industriales, donde están en juego los principales intereses.
Por eso habrá una séptima ronda en la semana del 26 al 30 de marzo en Colombia. Allí se pondrá sobre la mesa la discusión de aranceles base y depurar las ofertas y reducir las diferencias.
Una relación asimétrica
En bienes industriales, para Corea hay 91 productos de alto interés y en 41 de ellos es difícil que acepten la oferta colombiana de desgravación. «Corea está siendo agresivo en sus solicitudes en relación con automóviles, cinco subpartidas de autopartes, dos de llantas, cuatro de electrodomésticos y una de confecciones», señala un informe del Consejo Gremial Nacional.
Por su parte, Colombia ha sido particularmente insistente en 30 de 116 subpartidas de bienes agropecuarios para lograr mejores condiciones de acceso en banano, café, lácteos, carne de res, preparaciones de pollo y alimentos elaborados.
Los puntos en discusión evidencian que mientras Corea del Sur, la cuarta economía de Asia, se propone ampliar sus mercados de productos terminados en el país y de alto valor agregado, Colombia, la cuarta economía de América Latina, quiere sumarle alimentos básicos y algunos productos elaborados a los bajos volúmenes de café y materias primas que provee. Hoy Corea nos vende 4,5 veces más que lo que les exportamos (ver infografía).
¿Qué se juega Colombia?
Con el antecedente de una relación comercial históricamente asimétrica, un TLC pone los pelos de punta a la industria nacional, incluyendo ensambladoras, textileras, siderúrgicas y fabricantes de electrodomésticos.
Al tiempo, ya celebran los importadores de vehículos, neveras, lavadoras y otros productos de la llamada línea blanca, así como el Gobierno que insiste en diversificar los destinos de exportación con mercados de alto desarrollo económico. El ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados, ha reiterado que «un TLC con Corea es parte de la estrategia para lograr mayores relaciones con Asia».
En tanto, los agricultores y ganaderos tienen el desafío de ponerse a tono ante las exigentes medidas sanitarias y fitosanitarias que Corea del Sur esgrime en la negociación.
Un TLC que divide opiniones
» El Gobierno no piensa en negociar los TLC, sino en firmarlos, y no parece importarle que estén en riesgo 150.000 empleos de la industria colombiana de firmarse ese acuerdo», asevera Guillermo Rodríguez Villegas , vocero del Grupo Proindustria.
Esta coalición de empresarios, centrales obreras y parlamentarios de todas las orillas políticas ha emprendido una amplia campaña que se ha valido de avisos de prensa, cartas al Gobierno y debates para rechazar el TLC con Corea.
En un foro realizado en Bogotá, el 26 de enero pasado, quedó claro que un TLC con Corea es una reiteración de los errores del pasado, porque se abre de nuevo el mercado a productos que amenazan las manufacturas colombianas, sin que haya mayor posibilidad de compra de productos agropecuarios, pues otros países como Brasil, México y Chile ya tomaron la delantera.
Según Eduardo Sarmiento , director del Centro de Estudios Económicos de la Escuela de Ingeniería Julio Garavito, en los últimos 40 años la productividad por trabajador en la industria colombiana creció 1,5 por ciento, mientras en Corea subió el 7 por ciento.
Y esas amplias diferencias con el quinto productor mundial de vehículos son las que preocupan a la Cámara de la Industria Automotriz de la Andi. Su directora, Juliana Rico Ospina , solicita que se excluya al sector automotor de la negociación, pues «las condiciones de competencia no son comparables a los acuerdos que Colombia ha adelantado con otros países».
A esos temores, responde Oliverio Enrique García , presidente de la Asociación de Importadores de Vehículos (Andemos) que la industria automotriz nacional está sobreprotegida con un arancel de 35 por ciento y nunca ha tenido una competencia real: «las ensambladoras y autopartistas no pueden esperar a que le compren, tienen que salir a vender lo que se haga aquí a los coreanos», sentencia el líder gremial.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio Colombo Coreana, Miguel Durán Ordóñez afirma que el acuerdo en negociación ha despertado el interés de los empresarios coreanos por invertir en el país por ubicación, mano de obra y bajos costos de producción: «Las cifras hablan por sí solas: en el 2011, se dobló el número de sucursales de empresas coreanas en Colombia, las cuales pasaron de 11 a 23», concluye Durán.
Los argumentos a favor y en contra están sobre la mesa. Lo cierto es que ahora la responsabilidad es del Gobierno, para que el acuerdo final sí genere un intercambio real con un país que nos lleva mucha ventaja en industrialización y comercio internacional.
DICEN DE…
HAY QUE AFINAR CRITERIOS PARA NEGOCIAR
La exministra de Comercio, Marta Lucía Ramírez , manifestó a este diario sus preocupaciones de cara a la nutrida agenda de acuerdos comerciales que tiene el país, mientras falta robustecer sectores productivos sensibles de cara a una nueva competencia: «hay que afinar los criterios de negociación y que Colombia presione más el acceso a productos agroindustriales (elaborados). Pero se deben ampliar los plazos de desgravación para la industria automotriz, pues el tiempo sigue siendo corto para que las ensambladoras se integren verticalmente, ser más competitivas y aumenten su componente de partes nacionales».
¿QUIÉN GANA?
TEXTILEROS Y CONFECCIONISTAS
El Gobierno da como mayor beneficiado del TLC al sector agropecuario, pero tiene que sortear barreras sanitarias que no tendría la industria textil, que ha ganado en productividad, fruto de una reconversión tecnológica en la última década.
¿QUIÉN PIERDE?
AUTOPARTISTAS Y ENSAMBLADORAS
En Colombia se fabrican 180.000 vehículos al año y en Corea del Sur se superan los cuatro millones. Pese a los aranceles de 35%, los vehículos del país oriental compiten en igualdad de condiciones. Solo el año pasado se importaron 49.000 al país.
http://www.elcolombiano.com

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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