Sin acuerdo con Canadá sobre el TLCAN, debido a la leche

La ensalada de temporada en el popular Oz Kafe de esta ciudad se sirve con un delicioso acompañamiento culinario salado: finas rebanadas de queso gouda.
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Para Estados Unidos, son un elemento de un conflicto comercial cada vez más amargo por los productos lácteos, que amenaza con debilitar el acuerdo de décadas de antigüedad con Canadá.
La política arraigada de Canadá de gestionar su suministro de productos lácteos con cuotas de producción y altos gravámenes a las importaciones se ha vuelto un punto de desacuerdo irresoluble en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que corre el riesgo de frustrar un pacto de veinticinco años que unió a las economías de México, Canadá y Estados Unidos.
El presidente Donald Trump ha definido la práctica como injusta e insistió en que está dispuesto a dejar fuera a Canadá si no abandona sus aranceles de un 270 por ciento a los productos lácteos. El 25 de septiembre, el principal negociador comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, declaró que Canadá “no estaba haciendo concesiones en áreas que consideramos fundamentales” incluyendo “las cuestiones de los productos lácteos”.
Sin embargo, el alboroto sobre la leche es desconcertante para muchos expertos en comercio. Estados Unidos apoya a sus productores de lácteos con un complejo sistema de sostenimiento de precios que es económicamente similar al sistema canadiense de gestión del suministro.
Aunque los productores estadounidenses de lácteos pueden querer vender más leche a Canadá, los observadores comerciales afirman que el acceso a un sector relativamente pequeño de la economía agrícola no justifica poner en riesgo la relación comercial que se ha vuelto crítica para industrias en toda Norteamérica.
“Abrir la industria de productos lácteos de Canadá, que es tan pequeña, es una ganancia muy menor como para arriesgarnos a echar por tierra el acuerdo comercial más ventajoso de la historia”, comentó Tony Fratto, fundador de Hamilton Place Strategies, una firma de asuntos públicos que aboga por el libre comercio. “Sin embargo, la diferencia en los empleos y las condiciones de vida en ambos países no será más que de unos centavos. ¿Hay que tratar de arreglar estas cosas? Claro. ¿Acabar con el TLCAN por ellas? Es una locura”.
Canadá rebate que el gobierno de Estados Unidos tiene sus propios apoyos a los precios para los productores de lácteos que benefician a ese país.
La reducción de las barreras de Canadá hacia los productos lácteos se había logrado mediante años de arduas negociaciones que condujeron al Acuerdo Transpacífico, un acuerdo comercial de gran alcance entre países de ambos lados del Pacífico, incluyendo Canadá, Estados Unidos y México. Sin embargo, Trump retiró a Estados Unidos del pacto en sus primeros días en el cargo y los once países restantes completaron el acuerdo sin ese país.
Estados Unidos, incluso con la estructura de aranceles elevados a los productos lácteos canadienses, se beneficia de su relación comercial. Importa alrededor de 137 millones de dólares en productos lácteos canadienses, en comparación con los 470 millones de dólares que exporta anualmente a Canadá, según los funcionarios canadienses.
Estados Unidos es el principal proveedor extranjero de queso de Canadá, con una participación de mercado de un 25 por ciento en 2017. Canadá fue el décimo proveedor de quesos más grande de Estados Unidos ese mismo año, con una participación de mercado de un 2,9 por ciento.
Otras cuestiones no relacionadas con los productos lácteos siguen obstaculizando las posibilidades de tener un acuerdo trilateral, incluyendo un desacuerdo por una cultura de exención para el TLCAN que dificulta a las empresas de medios estadounidenses comprar empresas canadienses, además de cuestiones relacionadas con los posibles aranceles futuros a los automóviles y las autopartes. Canadá y Estados Unidos también siguen en desacuerdo en relación con un mecanismo que permita a los países del TLCAN impugnar fuera del sistema judicial las decisiones en contra de la competencia desleal y de cuotas compensatorias que se impongan entre sí.
No obstante, los negociadores en Washington se han concentrado en los productos lácteos.
Larry Kudlow, quien encabeza el Consejo Nacional Económico, dijo a Fox Business Network la semana pasada que “uno de los grandes problemas con Canadá era una palabra de cinco letras: L-E-C-H-E, leche, muy bien. Eso es todo”.
Para Canadá, el apoyo a los productores de lácteos, de quesos, criadores de pollos y similares va más allá de la simple economía. Para Quebec —la provincia productora de lácteos más grande de Canadá— los productos lácteos son como el etanol para Iowa: si quieres formar parte de la política nacional, no debes estar en contra de la industria. Esto aplica particularmente a los liberales canadienses que pueden tener problemas con las provincias de las praderas; los políticos no pueden ganar a nivel nacional sin el apoyo de los electores de Quebec.
El 1 de octubre se celebrarán las elecciones provinciales en Quebec, por lo que muchos analistas comerciales argumentan que el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, tiene poco que ganar al ceder de antemano en los productos lácteos.
El queso también es motivo de orgullo nacional. Los menús como el que se sirve en Oz Kafe incluyen la oferta de quesos de procedencia canadiense, que se han ganado la atención internacional y han dado lugar a un consenso entre los principales partidos de Canadá a fin de que el sistema actual prevalezca.
“El sistema de gestión del suministro de Canadá ha estado en vigor desde hace más de cincuenta años”, comentó Oliver Anderson, vocero del ministro de Agricultura canadiense. “Está diseñado para equilibrar el suministro interno de productos lácteos con la demanda de los consumidores para evitar la sobreproducción y ayudar a los productores canadienses de lácteos a sobrellevar las tendencias difíciles en el mercado mundial. El gobierno de Canadá continuará defendiendo a los productores de lácteos y el sistema de gestión de suministro canadiense”.

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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