Los aranceles de 20 y 25 por ciento impuestos a los quesos provenientes de Estados Unidos, en respuesta a las medidas impositivas del presidente Donald Trump, no tendrán un efecto negativo en el consumidor mexicano, aseguró el director general de la Canilec, René Fonseca Medina.
La víspera, la Secretaría de Economía (SE) dio a conocer, a través del Diario Oficial de la Federación (DOF), el listado de los productos estadounidenses y los aranceles que tendrán a partir de ayer, entre los que están el queso fresco, requesón rayado o en polvo y de cualquier otro tipo.
El representante de la Cámara Nacional de Industriales de la Leche (Canilec) explicó que México sólo le compra a Estados Unidos 18 por ciento del total de dichos productos lácteos que van después al mercado nacional.
Fonseca Medina señaló que el volumen de la producción asciende hasta 520 mil toneladas, de los cuales 125 mil son de importación y, de ellas, 91 mil provienen del vecino país del norte, sobre todo de la región de Wisconsin, donde Trump obtuvo la mayoría de los votos en la contienda electoral.
Entre los quesos estadounidenses se tienen los semimaduros -gouda, edam, crema, mozzarella y parmesano-, que son destinados al food service, hoteles, restaurantes y establecimientos de comida rápida de nuestro país, indicó.
Al igual que con la carne de cerdo, comentó, los impuestos a los quesos de Estados Unidos serán aplicados de manera escalonada, por lo que desde ayer y hasta el próximo 5 de julio se tendrán tarifas de 10 y 15 por ciento para después incrementarlas.
El directivo de la Canilec dijo que en una primera reacción se espera que buena parte de los aranceles sean absorbidos por el proveedor y el resto por el comprador mexicano. “Entonces no veo cómo se pueda traducir en mayores precios al consumidor”, reiteró.
Subrayó que si hay posibilidad de sustituir la importación de quesos semimaduros porque se compra 40 mil toneladas de otras partes del mundo y con precios competitivos, pero la industria evalúa de dónde provendría los otros productos.
“Lo que estamos viendo es de dónde provendría el queso fresco, rayado o en polvo y como alternativas viables se tienen a Europa, como primera opción, y después a Argentina, Uruguay y Chile”, acotó Fonseca Medina, quien añadió que es también conveniente aprovechar la oportunidad para fortalecer el producto local.
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Fuente: AM de Querétaro
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