Carreón señaló que el objetivo es controlar el ingreso no sólo de leche fresca, para lo cual ya se habilitó la caseta fitosanitaria en Jiménez, sino también de los lácteos que ya vienen empacados.
Recordó que la idea de instalar el punto de revisión en el sur de la entidad fue desde el inicio verificar que la leche de otros estados no viniera adulterada con antibiótico y peróxido, y lo más importante, que no proviniera de vacas tuberculosas.
Destacó que desde la implementación de la caseta fitosanitaria hasta la fecha se han regresado casi 900 mil litros de leche que no cumple los requisitos, por lo que el punto de revisión continuará, pues le cuesta a los productores locales que compraron el laboratorio y pagan parte de los sueldos de las personas encargadas.
Señaló que la caseta funciona gracias a la sinergia que los lecheros hicieron con el Gobierno del Estado para poner fin a la entrada indiscriminada de productos lácteos contaminados.
Y ahora con la próxima formación de la Comisión Estatal de la Leche, el objetivo se hace más amplio al buscar regular el ingreso no sólo de leche fresca, sino también de la que viene ya empaquetada tanto del sur como del norte, pues se desconoce en qué condiciones llega al estado.
Lamentó que las empresas secadoras producen alimento para niños con la leche que reciben en malas condiciones, lo cual –señaló- no se vale porque la sanidad es primero que el negocio.
Dijo no tener a la mano estadísticas de personas que hayan enfermado por consumir lácteos contaminados, pero aseguró que sí hay casos de brucelosis pero no de tuberculosis, ya que la bacteria de esta enfermedad se elimina por lo general con la pasteurización.
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