Murió la cuenca lechera de Soledad, llegó a producir 75 mil litros diarios de leche

Era un mundo de leche, hoy la producción es poca
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Era un mundo de leche, hoy la producción es poca
Rubí Jaime Velázquez
San Luis Potosí, San Luis Potosí.- En febrero pasado se decretó la muerte de la cuenca lechera de Soledad luego de que la empresa Nestlé dejó de comprarle a los pocos productores. De un auge en los años 60 con 500 productores ahora quedan 75, quienes tienen de dos a tres vacas.
Con una carcajada irónica Fernando Delgadillo Martínez, presidente de la Asociación Ganadera Local, sostuvo «olvídense de la cuenca lechera no va a resurgir, es triste y penoso».
En la colorida parcela donde el olor a granja y hierba se mezclan armoniosamente con el sonido del bramar de unas cuantas vacas, Delgadillo Martínez guía el camino hacia una pequeña sala donde el polvo y la tierra lo invaden todo.
Ahí, comienza a narrar que en los años 60’s fue el apogeo de la leche en Soledad cuando sólo para abastecer a la capital se producían 75,000 litros diarios, «aparte, la Nestlé se llevaba dos pipas de 15,000 por lo que eran otros 30,000 litros, más 15,000 que se producían para las queserías, ¡era un mundo de leche! Ahora en Soledad se producen 25,000 litros».
Sin embargo, gradualmente las grandes compañías dejaron de comprar la leche en Soledad, hasta que hace dos meses la Nestlé le adquirió los últimos 1,500 litros diarios.
DECLIVE
El ocaso de la Cuenca Lechera se presentó cuando la demanda entre la población decayó debido al mito de que el consumo de leche bronca provocaba obesidad, las amas de casa ya no la hervían y se decía que era fatal para el ser humano, que debía consumirse pasteurizada por lo que la población se desacostumbró a tomarla y comenzó el principio del fin. A eso se sumó la falta de iniciativa de los gobiernos municipales, estatales y federales, quienes nunca velaron por proteger esta actividad por lo que el margen de ganancia se restringió de tal manera que muchos productores decidieron desistir y buscar otras fuentes de ingreso.
Lo que antes brillaba con luz propia como una fuente de empleo para millares de personas, ahora dejaba a miles desempleados y al campo convaleciendo, sin una luz al final del camino.
Faltó la unificación entre la gente «porque no es lo mismo ser un ganadero rico, que ser alguien que conoce de vacas, de producción, que hace sus propios ensilajes y conoce los costos por litro, la ganancia se reduciendo a tal grado que todo sube pero el precio de la leche se estanca».
Fernando Delgadillo ejemplifica «un litro de agua se lo dan aproximadamente en 12 pesos, y a un productor que esté bien acomodado, exagerando le pagan 5.70, y el que no recibe de 4 a 4.20 pesos por litro».
SOLEDAD YA NO RESURGIRÁ COMO CUENCA LECHERA
Delgadillo Martínez ha dedicado su vida al campo y a la ganadería, conoce las tierras en la región como a la palma de su mano, la misma que ha trabajado la tierra y ha ordeñado vacas, dice que no hay mejor trabajador que al que le gusta y siente amor por lo que hace porque recibe su salario como un extra, «su prioridad es su trabajo», pero está convencido de que Soledad no tendrá una segunda oportunidad.
«Tenemos un problema muy grande, la zona urbana se está comiendo a las tierras buenas, está tapando las tierras fértiles y al productor lo están obligando a irse a tierras erosionadas donde va a tener que meterle más dinero al costo de producción de la pastura, por eso la gente dice no, pérame, ya no».
Con datos duros respalda su versión, tan sólo en el Ejido San Francisco, que abarca del periférico oriente hacia el distribuidor, constaba de 1,200 hectáreas, «ahora quedan 10, todo por la urbanización». El Ejido Soledad está por las mismas de 6,000 hectáreas quedan 1,000
Entre la familia de nosotros, que eramos la familia Delgadillo Quijano y Delgadillo Martínez se producían 4,000 vacas, «ahorita son 50 vacas entre toda la familia, de ese tamaño andamos».
Se le pregunta si los apoyos del campo no les llegan, o son insuficientes, a lo que contesta: «los apoyos del gobierno son pa’ los amigos de los diputados, de no sé quién, hasta amigos de los jueces y si sobra algo se lo dan a un productor que ya se hizo con un moche. Estamos en una agricultura ficticia, el que está ahorita como productor de leche es porque le gusta lo que está haciendo y aunque no gane con que sobreviva ya es ganancia».
Sobre el convenio que se firmó en el Cabildo de Soledad en junio de 2013 y con el que se invertirían 20 millones de pesos para hacer resurgir la cuenca lechera señaló, «el asunto no es que firmen papeles el problema es que nunca los aterrizan entonces de nada nos sirve ir y arreglar con medio mundo si abajo no llega el apoyo».
MEDIDAS DRÁSTICAS, A PROBLEMAS DRÁSTICOS
Ante el gris panorama que se vislumbra en el horizonte para los ganaderos, se le pregunta una vez más si no hay salvación para el campo y la producción de leche en Soledad y contesta tajante «yo le decía a una persona, quítenos Procampo, quítenos apoyos, nomás denos un buen precio en la leche, no necesitamos más».
Indicó que los programas de Seguro Catastrófico son para los ganaderos que no quieren trabajar y se hicieron mañosos, «las hormigas son animalitos que inventaron el silo previendo la escases de alimento en invierno, y nosotros no prevemos siendo humanos y ganaderos. El buen productor prevé su invierno.
La solución está en incrementar el pago por litro de leche a los ganaderos «con eso se resuelve el problema y mañana empieza a haber productores, pero eso no va a suceder».
—–¿Por qué?
«Ahorita está máximo 5.70 pesos el litro, no hay quién la produzca, los poquitos que producen leche tienen de dos a cuatro vacas, algunos contados con 40, y de ahí solo tres establos grandes con 60 vacas».
NO AL PATERNALISMO
Enfundado en una camisa tipo polo azul cielo, sus pantalones de mezclilla deslavada, cachucha y botas de trabajo, Fernando Delgadillo opina que la medida de Liconsa de vender el litro de leche pasteurizada a un peso beneficia a la población de alta marginación que vive en ranchos donde no hay vacas, «a nosotros como productores no nos afecta y está bien si la quieren regalar que la regalen, pero acuérdese que hasta la Biblia dice ‘enséñalos a pescar, no les des el pescado’ desde ahí estamos mal porque son programas electoreros, socialistas que en lugar de estimular a la gente a que trabaje, la estimulan a ser floja».
Externó que de aquí a 20 años no va a haber gobierno ni dinero que mantenga a la gente que se acostumbró a los programas populistas, «ya todo es populismo, en lugar de voltear a ver las necesidades para que impulsen actividades laborales que vayan con la región, ahí se está equivocado el gobierno a mi punto de vista».
Hay personas que de verdad quieren trabajar en el campo, «pero también quienes prefieren irse a una fábrica donde van al trabajo en la sombrita para recibir su dinero por semana, no porque les guste».
Al intentar obtener datos sobre el tema del ayuntamiento de Soledad a través del titular de Fomento Agropecuario Sergio Humara Pedroza, o bien, del secretario general Ernesto Barajas Abrego, ninguno de los dos funcionarios respondió a la llamada telefónica. Por su parte, este último quedó de comunicarse y no lo hizo.
El Sol de San Luis
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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