Leche bronca, un sabor casi extinto en Puebla

De más de una decena de marcas, casi el mismo número de tipos y con rangos de precios que oscilan entre los 10 pesos el litro de la leche bronca, hasta los 99 pesos los de productos alternativos, es la oferta actual de lácteos en el mercado.
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A diferencia del pasado cuando la leche era surtida sólo por los ganaderos que ordeñaban a sus vacas y se consumía después de hervida, hoy puede comprarse pasteurizada y puede servirse inmediatamente después de abrir el empaque y de entre una amplia variedad de estilos, presentaciones y precios.
Mientras que un lechero vende el litro del lácteo entre 10 y 12 pesos, en el supermercado hay hasta 10 marcas, varios tipos y distintas presentaciones, por precios que pueden alcanzar los 99 pesos.
En una tienda como Walmart, la leche más económica es de marca Aurrera, a 11.70 pesos el empaque de un litro, aunque el producto se define como “producto lácteo con grasa vegetal, ultrapasteurizado, adicionado con vitaminas A, D y Hierro”.
A continuación hay algunos otros productos que también se ofertan como leches, como es el caso de FortiLeche, con precio de 13.90 pesos, pero que no indica que se trate de leche, sino de “mezcla de leche con grasa vegetal rehidratada, ultrapasteurizada, adicionada con vitaminas A, B6, D, ácido fólico, niacina y hierro”.
Y a medida que se incrementa el precio también la variedad y tipo de leche, a leche entera, semidescremada, deslactosada, deslactosada light y adicionada con vitaminas y proteínas. Además, se encuentran también productos que ofrecen vitaminas especiales para niños, mujeres, adultos mayores y deportistas.
En estos productos, de marcas como Alpura, Lala, Santa Clara y Parmalat, entre otras, los precios parten de los 17 pesos y superan hasta los 20 pesos.
A estos productos se puede sumar la oferta de leches alternativas, como las producidas a partir de la soya, almendras, de coco y de alpiste.
La oferta de estas leches se produjo en los años recientes y son recomendadas para quienes son intolerantes a la lactosa, desean una dieta baja en grasas, orgánica y libre de hormonas, por ejemplo.
El precio de estas leches puede partir desde los 27.80 pesos, por ejemplo, la de marca Soy de soya; mientras que otras de almendras, como la de marca Nature’s Heart, vale 40.90 pesos.
Y si acaso prefiriera leches de este tipo pero saborizadas, a vainilla o chocolate, por mencionar otros ejemplos, el precio puede aumentar 3 o 4 pesos.
La leche más costosa en una tienda Walmart visitada por El Sol de Puebla fue una en polvo y de alpiste, con precio de 99 pesos, la cual se recomienda preparar con agua a quienes llevan dieta.
HAY MERCADO PARA TODO
Para muchos poblanos la leche bronca sigue siendo la mejor opción, no sólo por el precio, que va de los 10 a los 12 pesos, el más bajo en el mercado, sino también porque consideran que es la más saludable.
A decir de Mayté Marcial, Asunción Matías y Alicia Bautista, tres madres de familia poblanas, consumir la leche natural, que no ha sido procesada, es la mejor elección, pues es fresca y carece de sustancias químicas, como conservadores, que a la larga puedan perjudicar su salud.
Según ellas, la leche bronca contiene muchos nutrientes que son necesarios para la salud y en cualquier etapa de la vida, por eso la daban a sus hijos de pequeños y aun ellas que son adultas aún la consumen, “yo con esta (leche bronca) crecí a mis hijos y todavía, hasta la fecha, yo la tomo”, explica doña Alicia.
Para Asunción, además, el sabor de la leche natural es delicioso e inconfundible, de modo que incluso después de años, no la ha cambiado.
Y coincide con Mayté Marcial en que la leche recién ordeñada es más que para beber, pues con ella, los atoles, las gelatinas y otros postres, adquieren un sabor especial.
“Además, con la nata que sale hago algo más, un postrecito o algo, o nos la comemos con torta. Nos gusta”, añadió.
Por su parte, Rafael Martínez, un hombre que vivió en el campo y ordeñó las vacas de sus padres en la infancia, compra leche natural porque le gusta recordar esos tiempos.
Admitió que él la consume poco y que es más cómodo comprar el empaque de leche para que sus hijos se sirvan, pero reconoció que por esa razón personalísima, no lo prefiere.
“Yo creo que como se dice, el lechero ‘la bendice’, o sea que le pone agua para rebajarla y sacarle un poquito más (de ganancia), pero bueno, yo la sigo comprando, cuatro litros cada tercer día”, completó.
Para otros, la falta de tiempo en el agitado ritmo de vida actual, los lleva a preferir la leche pasteurizada.
Fabiola por ejemplo, es una mujer trabajadora que pasa prácticamente todo el día fuera de casa, por lo que confiesa que aunque quisiera beber leche bronca, no puede porque no permanece en casa para esperar al lechero y mucho menos para hervirla y alistarla para servirla a su familia.
Ella, igual que Juan Antonio Vázquez, consume leche pasteurizada porque por las circunstancias no tiene modo de conseguir leche bronca, pues por su casa hace mucho que ya no los visita un lechero.
De hecho agregó que si no la comprara en el supermercado, definitivamente no habría de este producto en casa.
Además, para Carla Trejo, que vive a pocas calles de un supermercado, es más cómodo comprar un litro de leche empacado cada vez que la necesita, que esperar a que pase un lechero y luego tenga que hacerla hervir, “como nos queda bien cerquita, a veces hasta en la mañana, rápido venimos por ella para el desayuno o para cualquier cosa, hasta para hacer una gelatina, venimos rápido”, continuó.
LOS OBSTÁCULOS DE LA PRODUCCIÓN LECHERA
A decir de José Meza, un hombre que lleva casi sus 72 años de vida dedicados al campo y a la venta de leche y ganado, las recomendaciones de los médicos sobre bajar el consumo de grasas y la “moda” por querer llevar una dieta saludable, ha mermado la venta de leche bronca.
Explica que hace años que no había tantas recomendaciones de doctores y mucho menos tanta variedad de productos, más gente prefería la leche que él y su hijo, de nombre José también, llevan todos los días a bordo de sus bicicletas a unas 40 familias de varias colonias del sur.
Y agregó que la cada vez menor disposición de los jóvenes por trabajar en el campo, ha impedido que el sector progrese.
“Lo hacemos mi hijo y yo porque pues a eso nos hemos dedicado siempre, pero ya ahora nadie quiere trabajar limpiando los establos o dándole forraje a las vacas, entonces así ya no se puede”, remató.
https://www.elsoldepuebla.com.mx/local/leche-bronca-un-sabor-casi-extinto-en-puebla

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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