Un grupo de productores de la montaña pierden al día 7.000 litros tras el rechazo de Cea-Esla.
Catorce de los 19 ganaderos de leche de vacuno de la montaña leonesa a los que la cooperativa Cea-Esla ha dejado de recoger la leche aún no han encontrado comprador para los 7.000 litros diarios que producen sus explotaciones. Por ello, los sindicatos agrarios y los afectados decidieron, en una reunión celebrada ayer en la Cámara Agraria Provincial, que hoy tirarán centenares de litros ante las puertas de la Delegación Territorial de la Junta, en una movilización prevista a las 12 del mediodía. Los organizadores barajan repetir a diario la medida de protesta hasta encontrar una solución para estos productores que, de no encontrar comprador —y a un buen precio—, se verán forzados a cerrar sus explotaciones.
Las queserías Picos de Europa y Piedra de los Mártires son los que se han hecho cargo de recoger el producto a los cuatro ganaderos que han salvado la situación, con contratos de tres meses y con un precio de entre 22 y 23 céntimos por litro, sustancialmente por debajo de lo que paga actualmente la industria en la provincia que oscila entre los 32 y los 28 céntimos.
Junto a los productores afectados estuvieron presentes en la reunión el presidente y el secretario provincial de Asaja, Arsenio García y José Antonio Turrado; el secretario general de Ugal-UPA, Matías Llorente; el portavoz de la Organización de Productores de Leche, José María Álvarez; el secretario provincial de UCCL, Juancho Rodríguez y Apolinar Castellanos, representante de Ucale.
Tras el encuentro, Turrado criticó con dureza la gestión de la crisis láctea en la provincia por parte de la consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, a quién achacó no presionar lo suficiente a la industria para acabar con el problema de los ganaderos de la montaña de León.
Por su parte, Llorente aseguró que la leche que se produce en estas zonas es de buena calidad, pero se trata de ganaderos con explotaciones muy dispersas, algo que «dificulta la recogida».
Desde la OPL, José María Álvarez destacó que sólo se podrá mantener esta ganadería de leche si hay «estructura productiva» en la montaña y que, de lo contrario, dichas explotaciones se verán obligadas a desaparecer.
Para Rodríguez, de UCCLse trata de ganaderos, que por la zona en la que se encuentran, «no tienen otra actividad productiva a la que dedicarse. Llevan más de 45 años en el sector, y ninguno de los afectados contempla la posibilidad de abandonar la actividad».
Las explotaciones que aún no han encontrado comprador se encuentran en Reyero, Huergas de Gordón, Candanedo de Fenar, Barrillos de Curueño, Gallegos de Curueño y Taranilla, mientras que las ubicadas en Lugán, La Losilla y Villahibiera han aceptado la oferta de las queserías de la montaña oriental.
Asaja aseguró ayer que existen «sospechas fundadas» de que «el Estado español está falseando, con cifras artificialmente al alza, los datos de precios de la leche percibidos por los ganaderos que envía a la agencia Eurostat». El sindicato agrario salió ayer al paso de las declaraciones de la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, que afirmó que «por primera vez en la historia el precio de leche en España está por encima del precio de la leche comunitaria».
Asaja desmintió esta afirmación remarcando que en la última crisis láctea, en 2009, ya se consiguieron precios más altos y que «independientemente de los precios medios reales que en estos momentos perciben los ganaderos de Castilla y León, en todo caso calamitosos, hay que constatar un problema añadido». Según señala, «en esta ocasión, como nunca había ocurrido, «xiste un alto porcentaje de ganaderos que están vendiendo a precios excesivamente desviados de la media, hacia abajo, en un porcentaje de hasta el 30%» y «las cooperativas, que en otras ocasiones tiraban de los precios hacia arriba por su mayor fuerza negociadorason ahora las más perjudicadas en un mercado donde las principales industrias prefieren entenderse con ganaderos individuales. Existe un boicot evidente al modelo cooperativo, y una negativa a la comercialización a través de organizaciones de productores».
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