Panorama crudo. Los ganaderos abulenses que tenían contrato con la industria láctea Ornúa hasta este mes de marzo no ven salida a su situación.
En agosto se extendieron como la pólvora las imágenes de uno de ellos, Sofío Canora, tirando 3.700 litros de leche cada día al ver que no se lo recogía nadie: “El miedo que tenemos ahora es que no hay ninguna empresa que nos lo quiera recoger ni ahora ni de cara al futuro”, señala Canora en declaraciones a Agronews. Es más, señala que han contactado con tres o cuatro empresas esperando que alguna retire su producto, pero no han obtenido respuesta.
La diferencia en su momento fue pagada tras la resolución favorable a los productores desde la INLAC, pero ahora el horizonte que se vislumbra, y más tras el vencimiento del contrato, no es nada halagüeño para ganaderos como Sofío, quien saca adelante diariamente su explotación con más de un centenar de vacas. Desde UCCL, organización que ha seguido el caso desde el principio y firmó el acuerdo con Ornúa hace siete meses también se mantiene a la espera de saber qué empresa le recogerá la leche a estos ganaderos: “Han perdido el miedo a hablar, ya no tienen nada que perder”, señala Adoración Martín.
La última baza: Reunión el lunes en la Consejería
La reunión que tendrán en la Consejería el próximo lunes será determinante para saber qué ocurre con su leche, que hasta ahora estaba pagada, según el ganadero en unos 250 euros la tonelada, si bien ya han tenido contacto con el Jefe del Servicio territorial de Agricultura y Ganadería, Francisco Gil: “Como la Administración no tome cartas en el asunto, mal futuro nos aguarda”.
Los precios tampoco eran hasta el momento como para tirar cohetes -el litro de leche se pagaba hasta a 0,18€-, pero desde el día 1 y tras más de medio año de tiras y aflojas, parece que ya no hay marcha atrás y no se les abonará nada: “A la industria ya le da igual, pero no se dan cuenta de lo triste que es que tengamos que llegar a la situación de regalar nuestra leche. Es que a este paso nos vemos de nuevo tirándola al suelo” apostilla resignado Sofío. Lo último que tirará, de momento, será la toalla.
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