Las granjas de la zona tienen un nivel de profesionalización y tecnológico inimaginable hace solo una década.
Beber leche es moderno y producirla todavía lo es más. Al contrario de lo que se pudiera pensar, es un alimento imprescindible en una dieta sana y equilibrada y así se pone de manifiesto en la última campaña puesta en marcha esta semana por la Interprofesional Láctea y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Y si la leche de vaca es tan buena es porque los productores lo están haciendo bien. El trabajo de mejora de la cabaña ganadera, tanto desde el punto sanitario como genético, ha sido excepcional en los últimos años y esto tiene su reflejo en la calidad. De hecho, según los datos de control lechero, la materia prima barbanzana es de las mejores de Galicia. Otro tanto sucede con los ganaderos y con las granjas que han alcanzado unos niveles de profesionalización y modernidad inimaginables hace tan solo una década.
La producción de leche ha pasado de ser una actividad poco menos que artesanal a convertirse en casi tecnológica habida cuenta del equipamiento con el que cuentan la mayoría de las granjas. Ningún aspecto, sobre todo en momentos delicados de rentabilidad como el actual, se deja al azar ya que puede acarrear unas pérdidas añadidas que muy pocos pueden asumir.
Rigurosos controles
Todo lo relativo a los animales está sometido al mayor de los controles. Desde el momento mismo en que nacen se les asigna un número de identificación que los acompañará durante toda su vida y que permitirá al ganadero y a la Administración conocer todos sus movimientos. A mayores, permite al granjero elaborar todo el libro genealógico de la res, fundamental para trabajar en la continua mejora genética. Este aspecto ha propiciado, precisamente, que las vacas den, cada vez, más y mejor leche. La mayoría de las reses son descendientes de los mejores sementales canadienses, americanos o italianos, cuyas cualidades morfológicas y reproductivas conocen perfectamente los profesionales de la zona.
Por no hablar de todo lo concerniente a la alimentación, la reproducción o el cowconfort, un concepto de reciente cuño que aboga por dar al rebaño las máximas comodidades para obtener así el máximo rendimiento.
No resulta extraño ver en las granjas a profesionales que realizan una ración de comida personalizada para las necesidades de los distintos animales, a otros que controlan todo lo relativo a la reproducción o incluso otros que, de forma periódica, repasan las patas de las vacas con el fin de evitar enfermedades futuras.
Así que ya lo sabe. Si piensa que lo de producir leche o, incluso, lo de beberla, es cosa antigua que sepa que se equivoca. Tanto lo uno como lo otro, es de lo más moderno que uno puede echarse a la boca.
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