Cuando el pasado 10 de marzo Lactalis anunció su decisión de cerrar la fábrica de Lauki a finales del mes de junio muchos ganaderos se echaron a temblar. A la delicada situación que atraviesa el sector había que sumar, en algunos casos, la incertidumbre de perder a uno de sus principales clientes.
Las propias Organizaciones Profesionales Agrarias (OPAS) expresaron públicamente su temor sobre una posible bajada del precio que se paga a los ganaderos si al final se consumaba el cierre y había que trasladar la leche más lejos.
Pero lo cierto es que Lactalis no tardó en reaccionar. Tan solo unos días después del anuncio empezó a contactar con los ganaderos para tranquilizarles y asegurarles que iba a seguir recogiendo su leche, aunque a partir de julio tuvieran que trasladarla más lejos. Y también iba a seguir pagando el mismo precio.
El secretario de Organización de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Palencia, Raúl Azpeleta, asegura que Lactalis está ofreciendo dos opciones a los profesionales. La primera es un contrato de cuatro meses con un precio de 29 céntimos por litro de leche hasta un determinado volumen que varía cada mes. A partir de ahí, Lactalis sigue recogiendo toda la leche que estime el ganadero, pero a 16 céntimos. La segunda opción es un contrato de un año, pero con un precio más bajo y una cantidad menor de leche pagada a mejor precio.
Eduardo Martín, ganadero de la zona de Tordesillas, confirma que Lactalis contactó con él «dos o tres días después» del anuncio de cierre. «Me ofrecieron renovar el contrato y opté por el de cuatro meses, de abril a julio, con las mismas condiciones que hasta ahora», explica. Martín aprovechó el último contacto con representantes de Lactalis para trasladarles su inquietud de cara al futuro. «Me dijeron que iban a seguir recogiendo la leche, aunque la trasladen a otro lado», añade.
El destino más probable de la leche cuando cierre Lauki es la planta que Lactalis tiene en Zamora. Allí produce queso de la marca El Ventero.
La empresa francesa ha trasladado el mismo mensaje, por ejemplo, a los ganaderos de la zona de Saldaña, en Palencia. «Nos han dicho que el cierre no nos va a influir para nada y que nos mantienen el precio», señala uno de ellos que prefiere mantener el anonimato. José Luis Calleja, de la misma zona de Palencia, lleva «cinco o seis años» trabajando para la planta de Lauki. Aunque a él todavía no le han ofrecido la renovación de un contrato que acaba esta semana, dice que tiene esperanzas en que lo hagan y cree que será así. Con todo, tiene sus dudas sobre lo que pueda pasar a medio plazo. «No es lo mismo llevar la leche a Valladolid que hacerlo a Zamora o Lugo, y al final todo lo acaba pagando el ganadero», sostiene. Calleja lamenta la «nula» capacidad de negociación que tienen los ganaderos cuando las empresas les ofrecen un precio. «Lo tomas o lo dejas, es así», añade.
Por otro lado, los trabajadores de Lauki realizarán hoy una concentración entre las 13.00 y las 15.00 horas en la puerta de la fábrica, situada en la avenida de Santander. El objetivo es presionar a Lactalis para que dé marcha atrás en su decisión de cerrar la planta o, en su defecto, acepte negociar su venta. Cabe recordar que directivos de la empresa ya han trasladado al alcalde de Valladolid, Óscar Puente, su negativa a vender, aunque la Junta de Castilla y León mantiene contactos con interesados en comprar.
El jueves se repetirá la concentración de hoy. Eso sí, será entre las 8.30 y las 10.30 horas, antes de la reunión que mantendrá el comité de empresa con la Dirección. En ese encuentro los trabajadores darán una respuesta sobre la documentación que les entregó hace días la empresa para justificar el cierre.
La plantilla se opone en redondo a esta decisión y, de momento, no quiere ni siquiera oír hablar de las recolocaciones que pueda ofrecer Lactalis. Los trabajadores creen que esta decisión es injustificable si se tiene en cuenta que Lauki ha tenido más de dos millones de euros de beneficios en los dos últimos ejercicios.
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