La Marcha Blanca planteará una estrategia de presión a la distruibución después de que se haya constatado «el fracaso de las medidas adoptadas por Ministerio de Agricultura para que subiera el precio de la leche cruda», según confirmó ayer el gerente de la Cooperativa Vega-Esla y portavoz del grupo reivindicativo, Jesús Rodríguez López.
Rodríguez López se reunió ayer en Toral de los Guzmanes con el coordinador regional de la UCCL, Jesús Manuel González Palacín, el secretario general de Asaja Castilla y León, José Antonio Turrado, y el portavoz nacional de la Organización de productores de Leche (OPL), José María Álvarez, con el fin de plantear nuevas reivindicaciones. Del encuentro salió la convocatoria de una reunión de todas las organizaciones que formaron la Marcha Blanca para el 16 de febrero, en la que se analizarán las medidas que adoptarán los ganaderos.
En la provincia, los productores perciben «alrededor de 30 céntimos por litro», en los mejores casos, o «entre 20 y 22 céntimos en leche ‘spot’», es decir, la que se vende a diario a los intermediarios. La industria se muestra «parada después de Navidad y bastante pesimista». Además, los datos de producción son «similares a los de julio» y los de consumo de productos lácteos «muy preocupantes, con un descenso aproximado del 3%». El sector no ofrece síntomas de recuperación, motivo por el que se ha decidido retomar el espíritu de la peregrinación de León a Madrid, que reclamaba como exigencia principal un precio para los ganaderos suficiente para que las explotaciones resulten rentables.
Los nuevos ‘cupos’
Los ganaderos se encuentran ahora con propuestas de contrato a para la próxima campaña —abril de este año al mismo mes de 2017— a precio fijo de 290 euros por mil litros, «cuando el año pasado la misma empresa ofrecía 320 euros». El granjero se encuentra también con amenazas de «no recoger la leche. Además, la industria no quiere producciones superiores a las que registraba el ganadero años atrás y la recogen a precio ‘spot’ o de leche en polvo», de manera que, como se temía hace un año, los cupos que antes marcaba la Unión Europea los fija ahora la transformación. En León la situación no llega a los extremos de «Galicia, Navarra o Madrid», donde hay ganaderos que el día 1 de febrero no tendrán industria a la que entregar su producción.
En Francia, los precios sacan al sector otra vez a la calle «y reclama de nuevo un pacto de caballeros para que la industria pague el litro a 34 céntimos», como ya sucedió el verano pasado, con mediación del Gobierno galo —las administraciones francesa y española siempre negaron que se hubiera acordado un precio—. «Aquí, dada la debilidad del sector, será difícil conseguir un acuerdo similar», concluyó el gerente de la Cooperativa Vega-Esla.
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