El sector lácteo coincide con el Ministerio de Agricultura en que su futuro pasa por crecer y «no reducir la producción» para corregir «los excedentes de otros».
Lo advertía el presidente de Ilas Reny Picot, Francisco Rodríguez, con nada menos que medio siglo de experiencia: «El sector lácteo vive su año más difícil». Y lo confirmaba otro grande del negocio, el director general de Central Lechera Asturiana, Francisco Sanmartín, al atribuir «el cierre de ocho ganaderías al mes en Asturias» a la crisis de la leche, marcada por el desplome de los precios que se alarga ya cerca de dos años. La desaparición de las cuotas y el consiguiente excedente de producción en Europa no han dejado un escenario fácil. Ni para los ganaderos, ni para la industria. Tampoco para la Administración. Ayer, representantes de todos estos ámbitos se dieron cita en los Cursos de la Granda para tratar los problemas a resolver y abordar de forma crítica la política agraria común. Coincidieron en una cosa: «Nuestra vocación no ha de ser la de reducir la producción, sino la de crecer», resumía para agrado de los presentes el director general de Producciones y Mercados Agrarios, Fernando Miranda.
Fue precisamente en este punto en el que más había insistido Francisco Rodríguez, coordinador de la mesa redonda. El empresario criticó a una Comisión Europea que en un principio negó «hasta la saciedad» que hubiera un excedente de oferta. La reforma de la PAC y la desaparición de las cuotas, añadió, creó una situación absolutamente distinta a la anterior, una situación «ventajosa para Holanda, que probablemente el comisario Hogan no ve con malos ojos». El consumo global de leche y productos lácteos no ha evolucionado positivamente como se esperaba y Europa ha lanzado medidas -hasta el momento por un importe de 500 millones de euros- para promover la reducción de la producción, pero en opinión de Rodríguez «quienes deben reducir la producción son otros países y no España». Aquí, «apenas se cubre el 70% de nuestras necesidades y por lo tanto no somos responsables de los excedentes, sino víctimas». Cargó, además, contra el sistema que «condenó a España hace tres décadas a comprar el 30% de sus necesidades de leche a Europa. Se aceptó una cuota injusta, que ha traído consecuencias».
Por su parte, Sanmartín prefirió mirar hacia dentro e hizo examen de conciencia: «Creo que no hemos hecho los deberes como sector, nunca hemos mirado a largo plazo, siempre hemos estado capeando el temporal, centrados en lo coyuntural». La ausencia de una política clara, de un plan estratégico y la necesidad de estructurar y organizar el sector lácteo fue otra de las grandes conclusiones de la mesa. Se mostró moderadamente optimista en las posibilidades de avanzar con éxito hacia una articulación del sector, pero advirtió: «No será de un día para otro, los franceses nos llevan 40 años de ventaja».
El punto de vista ministerial llegó de la mano de Fernando Miranda, que instó a evitar «la nostalgia y la melancolía» de otros tiempos. Se refirió al veto ruso (por la situación en Ucrania) y la impredecible China para explicar la decepcionante evolución de la oferta mundial, pero se mostró confiado en que España, que produce unos siete millones de toneladas de leche alcance los ocho millones en una década, acercándose a su consumo. Contradijo a la sala y explicó que el peso español en Europa es, en su opinión, «superior incluso al que nos corresponde», ya que la producción del país supone el 4,3% de la de la Unión. Pero la capacidad de negociación, ahondó, es más limitada que en otros sectores, «como el porcino, donde somos nosotros quienes utilizamos todas las armas a nuestro alcance. Y eso nos parece bien».
El presidente de Asaja, Ramón Artime; el director general de la cooperativa gallega Feiraco, José Luis Antuña; el subdirector de la cooperativa madrileña La Serrana, Manuel Carlón; la directora gerente de la Organización Interprofesional del Sector Lácteo Inlac, Águeda García-Agulló, y el director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas, Luis Calabozo, también participaron en las cinco horas de debate, que cerró la consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, María Jesús Álvarez.
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