Granjas de leche se pasan a la carne en busca de una mejor calidad de vida

Hay ganaderos que prefieren la cría y venta de becerros, alimentados a pasto, por la menor carga de trabajo.
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A lo largo del último lustro Galicia ha visto aumentar el número de explotaciones de vacuno de carne. Los datos actualizados sitúan el censo en 23.076 granjas, casi un 10 % más de las que existían en el 2013. Esta tendencia creciente contrasta con la evolución mostrada por las explotaciones de leche, cuya cifra global va adelgazando cada año. Por ejemplo, el 2017 arrancó con 8.477 granjas, y acabó con 8.014. La mayoría cesa la actividad por falta de relevo o por problemas de rentabilidad, pero hay algunas que se pasan de la leche a la carne. Esta reconversión, que viene produciéndose desde hace tiempo, se agudizó hace dos años y medios, justo cuando los precios de la leche en origen cayeron en picado. La creencia general apunta a que el cambio obedece a un factor económico, de búsqueda de mayores ingresos, pero esta es una visión parcial e incompleta.
El factor que más pesa, más allá de la rentabilidad, es la menor carga de trabajo, lo que redunda en una mayor calidad de vida. «Non é só que as necesidades de traballo na carne son moito menores, ademais nesta os gandeiros libéranse da escravitude que supón ter que estar todos os días munguindo dúas veces as vacas», apunta el profesor Edelmiro López.
Más tiempo
Luisa Díaz tuvo una explotación de leche en el municipio lucense de O Páramo: recuerda que le daba mucho trabajo y con los bajos precios de la leche le empezó a contabilizar pérdidas. Para atender las vacas y el ordeño necesitaba una mano de obra que no podía contratar, y desde hace poco se ha pasado a la carne. Ahora tiene 20 vacas.

Las granjas de vacuno de carne gallegas crecieron un 10 % en el último lustro

«Mudei basicamente por gañar tempo; o leite era unha escravitude: eu necesito agora atender aos meus pais, coidalos, que son moi maiores, e co leite non podía», recuerda esta mujer de 52 años, que tiene un hijo de 26 y otro de 28, ninguno de los cuales se piensa quedar en el campo a trabajar. Los estudios hechos hasta ahora muestran que el paso de la leche a carne en los últimos 25 años se ha dado principalmente en dos tipos de situaciones: primero, explotaciones en manos de ganaderos de edad madura y avanzada -más de 55 años- que no tenían sucesor. En estos casos, que fueron las más numerosos, la reconversión de la leche a carne funcionó como una etapa intermedia hasta la jubilación, como paso previo al abandono de la actividad agraria.
El otro tipo de situación, menos frecuente que la anterior, pero con un número también significativo de casos, fue la de ganaderos relativamente nuevos que buscaban una menor carga de trabajo y mejores condiciones de vida que en la leche, tal y como precisa el profesor Edelmiro López, que ya hizo un estudio sobre esto hace años.
«La probabilidad de cambiar de orientación aumenta en las unidades donde el titular alcanza una edad elevada y disminuye en aquéllas que eran más grandes (mayor superficie al inicio del período), más productivas (mayor producción de leche por vaca en 1985), con mejor estructura de su base territorial (mayor tamaño de la parcela en 1985) con sucesor y con un mayor número de miembros de la familia trabajando fuera de la explotación», apunta en las conclusiones de esa investigación.
Josefa Vázquez es otra ganadera de Friol que se pasó de la leche a la carne. Y vende unos 18 becerros al año a un precio medio cada uno que oscila entre los 1.000 y los 1.100 euros. «Cartos tamén da o leite, se cadra máis que a carne, o que pasa é que o traballo é ben diferente», precisa esta ganadera.
La comparativa
José Luis López es otro ganadero de Guntín, municipio de Lugo, que ha dado también el salto: tuvo sesenta vacas de leche y ahora cuenta con 40 de carne. «Se vive mucho mejor con el cambio; tal vez los beneficios sean iguales, a un precio de la leche normal, pero hay que hacer mucho menos gasto y mucha menos inversión», explica. Un documento de trabajo del gabinete técnico de Unións Agrarias así lo refleja: si se comparan dos explotaciones, una de leche y otra de carne, con 36 cabezas de ganado, se observa que la primera tiene unos costes de 54.000 euros, mientras que la segunda estaría en 23.000. Sin embargo, la renta neta de la explotación es más alta en la granja de leche que en la de vacuno de carne: 20.182 euros frente a 16.228, tal y como precisa ese informe comparativo, elaborado con datos del Ministerio de Agricultura.
Autor: Mario Beramendi
Fuente: La Voz de Galicia
Link: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/agro/2018/04/23/granjas-leche-pasan-carne-busca-mejor-calidad-vida/0003_201804G23P23994.htm

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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