Precisamente poner en el mercado bienes que dejen más ganancia que la leche líquida es uno de los grandes retos para la industria española y asturiana. Países como Francia, Holanda o Alemania llevan una clara ventaja desde hace años. La CE advierte que continuará la variabilidad de los precios de la leche y los operadores de la cadena necesitarán desarrollar estrategias para limitar la volatilidad. En 2030 la producción mundial de leche superará los 1.000 millones de toneladas, que suponen un incremento de 16 millones de toneladas al año si se compara con el crecimiento medio anual de la última década.