La Organización de Productores de Leche (OPL) insta a evitar la especulación con la leche, para lo que propone «eliminar a todo primer comprador que no sea cooperativa o industria», señaló su portavoz, José María Álvarez, con el fin de evitar «el mercado, la especulación».
La organización señala que la retirada del número de primer comprador a quienes simplemente realizan labores de intermediación «corresponde al Ministerio de Agricultura y es la única forma de que el mercado cambie». En este sentido explicó que «para las empresas es más sencillo que sea un intermediario el que compre la leche al ganadero, porque, luego, si ésta se queda en el campo, su imagen no resulta dañada ante el consumidor, algo que no le ocurre al intermediario», al que calificó «como un parásito que es ahora mismo más grande que el parasitado».
Álvarez defendió el respaldo de la Administración a todos los ganaderos que se impliquen en la transformación de la leche en productos que demanda el mercado, «de manera especial, agilizando los trámites administrativos, un proceso lentísimo y costoso. Resulta que cuando se termina de hacer todo el papeleo, el ganadero tenía que haber empezado ya a amortizar la inversión sin siquiera haber podido iniciar la actividad». Subrayó que la Administración «no tiene que regalar nada, pero sí puede facilitar el acceso a unos créditos en un momento en el que el sector no los va a conseguir porque los bancos saben que se ha descapitalizado».
En cualquier caso, el portavoz de la OPL indicó que la transformación corresponde a la industria, «excepto en casos puntuales en los que los ganaderos fabrican quesos o leche», y recordó que en el mercado español «entran muchos productos lácteos —quesos para ensaladas y para fundir…, que tienen demanda—, que podríamos producir en España». El envasado como principal actividad de la industria es uno los fallos estructurales que debe afrontar el sector lácteo.
El portavoz de la OPL, José María Álvarez, manifestó a este periódico que «los brotes de tuberculosis que se están produciendo en distintos puntos del país» y afectan a León, con dos casos especialmente importantes, «nos tiene muy preocupados a todos los que vivimos de este sector, porque la matanza de animales que supone su aparición obliga a sacrificar reses y esta matanza llegaría en un momento en el que las explotaciones se han descapitalizado después de meses en los que han estado percibiendo precios por debajo del coste de producción».
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