El desequilibrio de la cadena de producción de leche no es solo un problema en España y en la UE, sino que también se produce al otro lado del atlántico. En Argentina, el gobierno de Macri está intentando que el beneficio de la cadena láctea esté más equitativamente repartido.
Según algunas estimaciones realizadas en Argentina, la distribución tiene un 40% de margen de beneficio sobre un precio de la leche en el lineal de 15 $/litro (88,5 céntimos de euro/l). La Casa Rosada quiere que una parte de este beneficio se retorne a los ganaderos, los cuales están cobrando actualmente entre14,8 a 16,6 céntimos/l, cuando se calcula que el precio debería estar en unos 23,5 €/l, según recoge La Política Online.
Sin embargo, no parece que vaya a ser tarea fácil la de convencer a la distribución. El Ministro argentino de Agricultura, Ricardo Buryaile, convocó a la distribución a una reunión para tratar este tema y nadie se presentó. Curiosamente todos los convocados alegaron problemas de agenda. Además, hay quien no está muy de acuerdo con esta medida, ya que no creen que la distribución vaya a compartir su beneficio, aunque aceptara la propuesta. En su opinión, sería el consumidor el que terminaría pagando, ya que aunque los supermercados aceptaran perder un porcentaje del margen de ganancia en la venta de leche la leche, podrían aumentar los precios de otros productos lácteos (como quesos, mantecas y cremas, etcétera). Fuentes del sector lácteo argentino han dicho, refiriéndose a la distribución: “Siempre encuentran la manera de ceder por un lado y ganar por otro».
La semana pasada, el gobierno argentino abonó la segunda tanda de compensaciones oficiales para productores lecheros. La a ayuda consiste en un subsidio de 40 centavos por litro (2,4 céntimos de euro/l) para los primeros 3.000 litros diarios de producción entre octubre, noviembre y diciembre de 2015.