Roza ha recordado que, según las cifras del MAPAMA, el consumo de leche en España en 2016 ha descendido más de un 2%, un 1% en yogures y leches fermentadas, mientras que se incrementa un 1,5% en quesos.
“A pesar de la creciente demanda en el mundo de la leche y los productos lácteos, es cierto que algunas corrientes de pensamiento sin ningún soporte científico han afectado al consumo de los mismos en Europa y en nuestro país, y lo continúan haciendo”, ha añadido Roza.
“Ante estas cifras, FeNIL continúa asumiendo la responsabilidad de trabajar por la salud de la sociedad que, lamentablemente, no alcanza el consumo de lácteos recomendados en una dieta sana, equilibrada y completa”, ha señalado durante la apertura de la jornada en la que representantes del sector, autoridades de las Administraciones de Agricultura, Sanidad y Economía, científicos y representantes de distintas organizaciones y países emergentes se han reunido para promover los beneficios de la leche y los productos lácteos, animando a su consumo como parte fundamental de una alimentación rica en nutrientes y de calidad.
En esta edición, la Federación ha apostado por una mesa redonda de carácter internacional, que ha permitido conocer la percepción que existe sobre la leche y los lácteos en distintas zonas del planeta, ya que lo que ocurre en España no sucede de manera aislada, sino que es fruto de los mercados y las corrientes internacionales. El debate central, “Por un sector lácteo en forma: La mejor combinación de nutrientes”, ha dado a conocer la situación actual en Europa, Estados Unidos y diferentes áreas del continente Africano, con marcadas diferencias entre unos y otros.
“Sabemos que algunos grupos de edad no cumplen con las recomendaciones de consumo de lácteos”, ha explicado Hélène Simonin, directora de Alimentación, Medio Ambiente y Salud de la Asociación Europea de Productos Lácteos. Niños, adolescentes, mujeres jóvenes y ancianos son quienes necesitan más calcio, proteínas y muchos micronutrientes. “La Comisión Europea reconoce la importancia de los productos lácteos en una dieta equilibrada” ya que “aportan esos nutrientes en una buena cantidad y calidad, satisfaciendo las necesidades diarias con más facilidad y a menudo como la opción menos costosa”, ha destacado.
Mayor consumo en los mercados emergentes
Mientras que el consumo de lácteos en España y Europa se ha reducido en los últimos años, la tendencia en mercados emergentes es al alza, con una población en crecimiento que cada vez desea tener mayor acceso a unos productos con alto valor nutricional de calidad. Según la FAO, la diferencia en el consumo per cápita de leche y productos lácteos con muchos países en desarrollo se está reduciendo, principalmente debido al aumento de los ingresos, el crecimiento demográfico, la urbanización y los cambios en los regímenes alimentarios.
A este respecto, Peter Mwaniki Ngaruiya, CEO Este y Sur de la Asociación Sudafricana de Productos Lácteos, ha explicado que “los productos lácteos crean una cadena de valor muy importante para abordar la desnutrición en el África oriental, así como para mitigar la pobreza”, ya que la industria láctea africana contribuye ya “en torno al 4% del PIB de los países de la región”. Así, África se ha convertido en un nuevo e interesante mercado de internacionalización para el sector lácteo mundial.
Una tendencia similar en Estados Unidos, donde “la leche y sus derivados están ganando de nuevo popularidad entre los consumidores, coincidiendo con un creciente volumen de evidencia científica sobre su calidad y seguridad”, asegura Erin Coffield, responsable de Comunicación Estratégica e Integración sobre salud y bienestar en el Consejo Nacional de Productos Lácteos de Estados Unidos. Añade que es así porque “los consumidores estadounidenses ya no solo tienen en cuenta la calidad del producto, sino también su beneficio en la salud global, la prevención de enfermedades y la relación con la sostenibilidad y el entorno”.
Investigación sobre grasa láctea
En este encuentro, también se han tratado las importantes investigaciones que se están llevando a cabo en España sobre la grasa láctea. Javier Fontecha, investigador científico del CIAL-CSIC, ha anunciado que “la totalidad de las evidencias científicas disponibles muestran una neutra o inversa asociación entre consumo de lácteos e incidencia en hipertensión. Así, el consumo de proteínas y minerales lácteos, como el calcio, se asocian con la disminución del riesgo de hipertensión y enfermedad cardiovascular”.
Como ha explicado el experto del CSIC, estos resultados científicos, después de décadas de controversia, atenúan la imagen negativa de la grasa láctea, detectándose un creciente interés en todos aquellos aspectos que se refieren a los lípidos lácteos como fuente de ingredientes bioactivos y confirmándose la no asociación del consumo de lácteos con el incremento del riesgo de CVD en individuos sanos.
http://financialfood.es/default.aspx?where=5&id=1&n=24738