Bruselas autorizará pactos para producir menos leche difíciles de lograr en España

Accede a que organizaciones de productores lleguen a acuerdos voluntarios y temporales para reducir entregas, pero en el país la mayoría no están agrupados. Acepta destinar más leche a la intervención pública, pero no subir los precios.
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Accede a que organizaciones de productores lleguen a acuerdos voluntarios y temporales para reducir entregas, pero en el país la mayoría no están agrupados. Acepta destinar más leche a la intervención pública, pero no subir los precios.
La Comisión Europea está dispuesta a permitir que las organizaciones de productores lácteos lleguen a acuerdos para reducir de forma voluntaria y por tiempo limitado la producción como medida para evitar que se sature más un mercado en el que la demanda se queda corta para absorber tanta oferta. Se trata de uno de los ofrecimientos que el Ejecutivo comunitario hizo este lunes a los ministros de Agricultura de la UE para atajar la crisis de precios en las explotaciones en un encuentro en el que solo hubo propuestas, escasas en comparación con las casi 40 planteadas por los estados miembro y poco concretas en algunos casos. Entre ellas figura un incremento de los volúmenes de leche en polvo y mantequilla que se podrán retirar de circulación a través de la intervención pública —con los precios actuales— o la implantación de una herramienta al crédito a la exportaciones.
¿Cómo funciona ese sistema de acuerdos? ¿Es viable y efectivo?
La Organización Común del Mercado (OCM) incluye un artículo que permite que en «períodos de desequilibrios graves en los mercados» las organizaciones de productores planifiquen de forma temporal la producción. Esto es, que en la situación actual pacten una reducción, algo que sin permiso de Bruselas iría en contra de las normas de la competencia. Ante los enormes excedentes de leche y derivados que existen en la actualidad, la CE acepta echar mano por vez primera de esa opción reclamada por varios países —entre ellos España—, pero está por ver cómo se articularía. ¿Habría unas reglas de juego básicas para todos los países sobre los porcentajes de disminución de las entregas? ¿Lo decidiría cada agrupación de ganaderos por libre? ¿Podrían intervenir los gobiernos estatales? ¿Recibirían las explotaciones una compensación por cada litro de leche que dejen de vender?
Javier Iglesias (Unións Agrarias): «A intevención pública ten pouco sentido se non se soben os prezos e se levanta o veto ruso ás exportacións»
El comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, solo indicó que esa posibilidad se podría usar en principio por seis meses, un plazo que sería ampliable, y que los detalles están por cerrar. Hay muchas dudas pero dos cosas claras. Una es que en España la mayoría de los ganaderos no están integrados en ninguna de las nueve OPL autorizadas a cierre de 2015 y la otra es que si unos bajan la producción y otros siguen incrementándola la medida no solo no funcionaría, sino que alimentaría las desigualdades entre los países.
Puede que en estados donde el sector está bien organizado, como en Francia, sea más fácil poner en marcha la medida, pero en España no parece sencillo. En el caso concreto de Galicia existen dos organizaciones de productores. Entre Ulega, auspiciada por Unións Agrarias, y Aprolac, impulsada por cooperativas como Feiraco, suman 3.478 ganaderos de los poco más de 9.000 que siguen al frente de explotaciones en la comunidad.
¿Qué opinan los representantes de los ganaderos de esta vía?
Con ese telón de fondo, desde Unións Agrarias y Asaja Galicia apuntan a la posibilidad de que el Ministerio de Agricultura establezca ese mecanismo de reducción, incentivado con dinero público, aunque no está claro que la legislación comunitaria permita que sean los gobiernos los que tomen la iniciativa. En todo caso, solo verían con buenos ojos esta medida si se aplica en el conjunto de la UE. «Pouco importaría que recortasemos a produción un 10% anual en España se logo ese leite nolo colocan aquí os franceses, alemáns ou portugueses», sostiene Javier Iglesias de Unións. Y también rechazan que asuman el compromiso los ganaderos de unas comunidades y no los de otras.
Francisco Bello (Asaja Galicia): «Como sempre Bruxelas tarda en reaccionar e cando o fai case nunca está á altura do que os produtores piden»
Sobre la disposición de las granjas gallegas a moderar las entregas, Iglesias cree que dependería de la compensación económica, mientras que Francisco Bello, de Asaja Galicia, considera que sí hay titulares dispuestos a «producir menos litros e cobrar un pouco máis». Para ello tendrían que tomar medidas como modificar la alimentación de los animales o incluso reducir el número de vacas que tienen en ordeño.
Lo que quedó de manifiesto este lunes es que Bruselas no está por la labor de volver a regular el mercado tras enterrar las cuotas lácteas hace ya casi un año —durante el que no se han puesto en marcha medidas efectivas para impulsar los precios— y propone que sean los ganaderos quienes se autogestionen.
Phil Hogan (Comisario de Agricultura): «Ante el desequilibrio severo en el mercado, la CE aceptaría acuerdos voluntarios para reducir la producción en el lácteo»
Más leche para la intervención pero no a un precio más alto
Una vía para colocar menos leche en el mercado sin reducir las entregas pasa por almacenar por un tiempo la que se produce. En este punto, el Ejecutivo comunitario accede a duplicar la cantidad de leche en polvo y mantequilla —productos que aguantan más tiempo— que los estados com-pran a las empresas con dinero del presupuesto de la UE para retirar producto de la circulación como mínimo durante un año. Si el techo está en 109.000 y 50.000 toneladas respectivamente hasta finales de septiembre, ahora propone aumentar esos topes hasta las 218.000 y 100.000 toneladas. En lo que no cedió pese a que se lo pidieron insistentemente varios países como España fue en aumentar el precio que se paga por ese producto, unos 18 céntimos por litro, para hacer atractivo este mecanismo. Con todo, esa leche que se retira volverá al mercado antes o después, por lo que los sindicatos creen que lo primordial sería recuperar mercados perdidos y buscar nuevos destinos para el producto.
Isabel G.Tejerina: «Urgen medidas que equilibren el mercado y se deben adoptar a nivel comunitario porque el problema está en la UE»
¿Qué se va a hacer para que se demande más leche de la UE?
Hogan solo apuntó tras el Consejo de Ministros a la posibilidad de desarrollar una herramienta de financiación a la exportación. Parte del problema de la sobreoferta se debe a que las expectativas de incremento del consumo de China fallaron y al veto que Rusia estableció en verano de 2014 a productos agroalimentarios de la UE. A ese país se destinaba el 30% del queso que se vendía al exterior, por lo que el bloqueo agudizó el problema de los excedentes. Más de año y medio después no se sabe cuándo desaparecerán las restricciones, una tarea en la que las centrales creen que debería centrarse Bruselas. El comisario admitió ayer que hay pocos avances en las relaciones comerciales con Moscú. Está previsto que la situación de este mercado y las posibles medidas a tomar se analicen en abril.
En una Europa que produce un 12% más de leche de la que consume, cualquier contracción de la demanda deja huella. Un escenario ante el que Bello aboga por fijar la atención en nuevos destinos. «España debe mirar máis cara ao Mediterráneo e África. Temos potenciais clientes preto que parece que esquecemos», señala, para advertir que mientras tantos países «do norte, máis afastados» se lanzan a la conquista de ese mercado.
La conclusión es que la de este lunes fue una reunión sin soluciones a la crisis de precios que afrontan las explotaciones gallegas. Y la primavera está a punto de comenzar.
Casi 40 peticiones, pocas propuestas y ninguna medida que sea inmediata
En las últimas semanas los estados miembro enviaron a Bruselas cerca de 40 medidas a aplicar a corto, medio y largo plazo para ayudar a los sectores agrarios en crisis, pero la Comisión Europea descartó, de momento, la gran mayoría. En el caso del lácteo, no calaron las peticiones de hacer más flexibles las ayudas a los operadores para el almacenamiento de productos o de incrementar el techo de las ayudas de ‘minimis’ de 15.000 euros por ganadero al año a hasta 30.000 euros.
El Ejecutivo comunitario solo atendió parte de las demandas de la Consellería do Medio Rural: acepta aumentar el volumen de leche para la intervención, pero no subir el precio, algo que Ángeles Vázquez pidió expresamente en su visita a la capital belga.
CRISIS EN EL PORCINO. Para el porcino, otro sector sacudido por el desequilibrio entre oferta y demanda, Bruselas abre la puerta a poner en marcha de nuevo las ayudas al almacenamiento privado de carne para tratar de impulsar los precios.
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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