El año agrícola y ganadero en 2015 estuvo marcado en Castilla y León por la crisis del vacuno de leche y la progresiva pérdida de rentabilidad, según el balance anual que ha hecho hoy la organización agraria Asaja.
Los informes económicos apuntan a una ligera subida de la renta agraria de Castilla y León de un 2 por ciento, pero Asaja ha advertido en un comunicado de que «este incremento lleva a engaño» debido a que se parte de una comparación con 2014, cuando la cosecha fue «catastrófica».
De hecho, la mayor parte de los agricultores aún no han vendido el grano debido a que los bajos precios han desanimado las operaciones.
Sin embargo, han seguido subiendo los precios de los fertilizantes, de los productos fitosanitarios, de la energía, de la maquinarias y de las reparaciones.
Según los datos de Asaja, el coste de los medios de producción han pasado de significar el 30 por ciento al 50 por ciento.
La patata tuvo unos precios dignos, lo que ha supuesto en alivio tras la debacle de 2014, aunque las producciones se vieron recortadas por el excesivo calor de mayo y junio.
Por contra, la remolacha, aún en campaña, puede alcanzar una producción histórica y la estabilidad en los precios, en un contexto internacional convulso, es lo que más preocupa a los agricultores.
Una tónica de bajos precios han sufrido los ganaderos y la crisis del sector de vacuno de leche ha sido en Castilla y León protagonista de un año en el que no se ha conseguido alcanzar un precio digno para los productores lácteos.
Tampoco, según Asaja, se llevan buen sabor de boca los ganaderos de ovino de leche que viven un momento complicado de precios y lo mismo ocurre con los lechazos, cuyo precio permanece congelado desde hace décadas.
http://www.lavanguardia.com