Arla se ha posicionado como la cuarta cooperativa láctea a nivel mundial, situándose como una de las favoritas de los españoles, tal y como ha informado la compañía en un comunicado.
Cien años después de sus inicios en la producción de leche, Arla ha alcanzado este puesto gracias al pensamiento de grupo -priorizando el beneficio de los ganaderos-, ambición y responsabilidad de su estrategia de crecimiento.
El fabricante avanza en su deseo de entender las necesidades del consumidor y su objetivo de sacar todo el partido a la leche y ayudar a sus consumidores a hacer lo propio con su vida, tal y como apuntan fuentes de Arla.
Todo sus productos cuentan con el certificado ArlaGärden, el programa de garantía de calidad de Arla obligatorio en sus granjas.
Todos sus productos lácteos proceden de granjas de ganaderos europeos que producen el alimento de sus propias vacas –que pastan al aire libre–, conocen su ganado y son capaces de controlar la producción de una leche sostenible.
Así, sus productos cuentan con el certificado ArlaGärden, el programa de garantía de calidad de Arla obligatorio en sus granjas y que avala que las fincas cumplen con todos los estándares de calidad, bienestar animal y respeto al medio ambiente, gracias al control de todos los procesos del producto -desde la recogida de la leche, hasta su llegada a los supermercados-.
Asimismo, la empresa láctea cuenta con el sello Farmer Owned, que comunica su modelo productivo, certifica que se trata de un producto elaborado en las granjas de la cooperativa, con ingredientes 100% naturales, y con el beneficio de un control de calidad integral en todo el proceso.
En la actualidad, Arla cuenta con más de 12.500 ganaderos y una red de más de 19.000 colaboradores distribuidos en siete países del norte de Europa.