Un menor consumo impacta en la industria láctea y el sector ganadero

Todos los días a las 05:00, René Estrella prepara sus 15 vacas productoras de leche para el ordeño en su pequeña planta, ubicada en el cantón Quijos, en Orellana.
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Todos los días a las 05:00, René Estrella prepara sus 15 vacas productoras de leche para el ordeño en su pequeña planta, ubicada en el cantón Quijos, en Orellana.
El futuro de esta pequeña planta es incierto, dice el ganadero, porque la multinacional Nestlé, su único cliente, ha anunciado que solo le comprará la leche cruda hasta el 15 de marzo próximo debido a una caída en el consumo de productos lácteos en el país. Aunque la firma, junto con el Gobierno, analiza alternativas para solucionar la situación de estos productores, el tema no deja de preocupar a Estrella.
El productor tiene una deuda de USD 7 000 con una cooperativa por un crédito que obtuvo hace tres años para modernizar su planta. “Si ya no puedo vender leche tendría que vender el ganado, pero ahora nadie quiere comprar”. Otros 60 pequeños ganaderos de Orellana y del norte de Pichincha tienen esta misma preocupación.
El productor Jaime Torres, de San José de Minas, al norte de Pichincha, teme que su inversión de USD 200 000, que realizó durante 17 años, quede subutilizada. La situación que viven estos pequeños productores refleja la contracción de la industria láctea, cuyas ventas cayeron en un 15% en el 2015 frente al año precedente.
“Esta caída influyó en toda la cadena de valor, incluyendo a los ganaderos locales”, sostiene Rafael Vizcarra, director ejecutivo del Centro de la Industria Láctea (CIL). La empresa Nutrileche, ubicada en Cuenca, pasó de procesar 360 000 litros diarios de leche cruda en octubre del 2015 a 300 000 en la actualidad, debido a las menores ventas. Además, la compañía cuencana estableció cupos a todos los proveedores, de acuerdo a la capacidad de producción.
La firma también recortó las compras de leche cruda a productores de Tungurahua, Cotopaxi y de algunas zonas del Cañar y Azuay, explicó Rigoberto Moncayo, gerente general de la firma. La Asociación Sierra Nevada de Cumbijín de caso de Cotopaxi comenta que desde enero pasado la empresa La Finca le redujo su cupo de 3 000 litros diarios a 500. Esto se debe a la disminución de su facturación, dice Carlos Amaluisa, directivo de la firma.
La reducción de ventas se explica, según la CIL, por el actual ciclo económico que vive el país, por la menor capacidad de compra de los ecuatorianos y, en menor medida, por el semáforo del etiquetado en los alimentos procesados que rige desde noviembre del 2014. En el último año, el consumo de leche en funda y yogur se redujo. Esto ha generado una abundancia de leche en el mercado, que está presionando los precios a la baja. La producción de leche cruda, entre el 2014 y el 2015 creció 3,5%.
Pese a que hay un precio oficial al productor de leche cruda, que está en USD 0,42 por litro de acuerdo con la calidad, en algunas zonas los ganaderos han optado por reducir sus precios con el fin de que las industrias no dejen comprarles el producto. María Laguaquiza, de 48 años, entrega a El Ranchito, una empresa pequeña de producción de lácteos de Cotopaxi, entre 18 y 20 litros diarios a un precio de USD 0,38. Johana Guato, jefa de Mercadeo de la Pasteurizadora El Ranchito, comenta que hay abundancia de leche en el mercado y habló de una crisis en el sector.
La ejecutiva indicó que actualmente los 100 000 litros diarios del producto que recolectan les alcanzan para producir hasta tres días; antes era para dos días. Este escenario se replica en diferentes sectores del país. María Muñoz, de la parroquia Tarqui en Cuenca, contó que antes vendía seis litros diarios a USD 0,40 centavos, pero ahora le pagan 0,35 y el tanquero llega dos veces a la semana.
“Ordeño todos los días y cuando no llega el tanquero pierdo porque se daña el producto y esa venta es mi sustento diario”. Según datos de la Cámara de Agricultura de Cuenca, las ventas en esta zona del país han caído 40% porque los intermediarios, que laboran para las industrias y centros de acopio, no les compran el producto.
En el cantón Balzar, en Guayas, la venta de leche también se redujo en un 20% desde diciembre pasado, indican los productores. José Meza, dirigente de la Asociación de Ganaderos de Balzar, manifestó que esa reducción está empezando a afectarles, porque tienen que convertir el producto en queso, cuyo precio también ha bajado por una sobreoferta. El Ordeño, indicó que mantendrán su compra de leche cruda de manera regular. Alpina, en cambio, no se pronunció porque dijo que está analizando el tema.

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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