El presidente de la República, Iván Duque Márquez lo ha repetido en todas su intervenciones económicas: ni un TLC más, solo se dejarán los existentes, y junto con el Ministerio de Agricultura se buscarán acciones para aprovecharlos y equilibrar la balanza comercial.
Para el sector ganadero, esa es una postura clara frente a la intención de Nueva Zelanda y Australia de ser parte de la Alianza del Pacífico como países asociados.
Estas dos potencias lecheras (la primera) y cárnica (la segunda) son una seria amenaza a la producción nacional, por ser grandes productores mundiales en sus ramos.
Hasta ahí, la tranquilidad rondó las huestes ganaderas; sin embargo, esta semana apareció un nuevo actor presionando la firma de ese acuerdo comercial: los fabricantes de galletas y chocolates.
El nuevo horizonte
Para la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, la apertura de ese tratado para la importación de leche ha sido solicitado por esa industria, en detrimento de 400 mil familias que viven en el país de la producción de leche.
El gremio estima que no puede complacer a 4 ó 5 empresas y terminar de sepultar un sector significativo en la producción local.
La transición
José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de Fedegán, dice que el panorama lechero del país es oscuro, y muestra de lo anterior es que el litro de leche se vende a $800; precios de hace una década.
En concepto del dirigente gremial, la única alternativa es “voltear la actividad”; es decir, la vaca de leche ponerla a producir animales de producción cárnica.
“Yo creo que la Costa Caribe debe voltearse a producir terneros o novillos gordos; en pocos años, será un productor de carne muy importante del país, pues ese proceso ya empezó. Hoy se tienen mejores perspectivas para la producción de carne que de leche”, agregó.
En ese orden de ideas, la producción láctea quedaría para las regiones frías, donde hay posibilidades de tener ejemplares de alto rendimiento, como por ejemplo, la Sabana de Bogotá.
“La ganadería ha venido respondiendo productivamente; pero es imposible e insostenible una situación de ruina todos los años, alrededor de la leche y con amenazas de TLC”, agregó.
Lafaurie Rivera dijo que el Gobierno debe entenderlo, porque ya “no estamos en el cuento de la paz, sino en lo productivo”.
Frente a la producción de carne expresó que se tiene mejor perspectiva y muestra de ello+ es que se pueden llegar a 13 mercados potenciales y no hay materia prima, un reclamo diario de los frigoríficos.
En menos de cinco años
De acuerdo con un experto en la producción de novillos gordos, voltear la producción de una ganadería de leche a carne no demora cinco años.
Desde el momento mismo en que se deja de ordeñar se tendrán mejores terneros destetos. Predominará un mayor peso.
Dijo que a esa ganadería se comienza a cruzar con toros de razas cárnicas y los efectos se pueden apreciar a los 18 meses, cuando comiencen los primeros destetos.