Según Fedegan, en Colombia había 497.008 predios ganaderos en 2014: 19,9% en ceba; 38,8% en cría; 35% en el doble propósito (carne y leche); y 6,4% en lecherías especializadas. Es decir, 41,4% de los predios producen leche, la mayoría de pequeños ganaderos.
Aunque el Censo Nacional Agropecuario mostró una concentración alta en la propiedad de la tierra, Fedegan dice que 43,76% de las fincas tienen menos de 10 reses; 23% tienen de 11 a 25 reses; 14,2% tienen entre 26 y 50 reses; 9,5% tienen de 51 a 100; 6,4% tiene de 101 a 250; 2,1% tiene de 251 a 500 reses; 0,8% tiene de 501 a 100; y 0,3% tiene más de mil reses. Es decir, 66,76% de las fincas tiene menos de 25 reses, una cantidad aún precaria para levantar una familia.
La consigna de los ganaderos es criar cada vez mejor ganado para sacar más leche, de la que depende el flujo de caja familiar, pero hace algunos meses se conmocionó el sector agropecuario porque Colanta, la cooperativa lechera más grande del país, gerenciada por el veterano Genaro Pérez, le anunció a sus afiliados que no podría comprarles más toda la leche producida, y les recomendó servir sus vacas lecheras -desarrolladas con el esfuerzo de padres a hijos-, con toros de razas de carne, en particular la Angus, para ir volteando sus hatos de la leche hacia la carne.
¿La razón? El país estaba “enlechado”, con un exceso de producción en épocas de lluvia con condiciones óptimas: pastos verdes, pero sin agua que incomodara al ganado. La noticia fue una bomba en el sector porque las cooperativas nacieron de las entrañas de los ganaderos precisamente para garantizarles comprar toda su producción de leche.
Ayer el gerente de Alquería, Carlos Enrique Cavelier, otro respetado líder del sector lechero al frente de una empresa tradicional, le dijo a Portafolio todo lo contrario a lo dicho por Pérez: “se debería estimular la mayor producción de leche” para exportarla, con una gran reducción de costos, y que además, su empresa la compraría toda, suponemos nosotros que en su área de influencia. Advirtió que el Gobierno debería subsidiar a los productores un par de años mientras reducían sus costos por debajo de los de los países extranjeros. Cavelier también habló de educar al ganadero, de darle asistencia técnica, y de otorgarle créditos blandos en insumos.
Ninguno de estos dos líderes es un charlatán ni un novato, por lo que sorprende un análisis tan opuesto ante la misma realidad.
¿Cuál es el mejor camino para los ganaderos? Sin duda se requiere una gran discusión en el país, pero sin olvidar que ya estamos en un mundo distinto, expuestos a grandes sequías e inundaciones. Ahora con El Niño no habrá enlechada, pero sí la oportunidad de hacer grandes represas para almacenar el agua que sobre, proteger los campos de las crecientes y evitar así los extremos violentos entre lluvia y sequía. De eso debería estarse ocupando el Gobierno.
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