Jenaro Pérez, gerente de Colanta, es el “Empresario del Año”

Desde que Pérez tenía ocho años ya sabía que quería ser médico veterinario, así, pese a la oposición de muchos, entre estos el sacerdote de Entrerríos, Antioquia, Germán Villa Gaviria, dio sus primeros pasos.
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Desde que Pérez tenía ocho años ya sabía que quería ser médico veterinario, así, pese a la oposición de muchos, entre estos el sacerdote de Entrerríos, Antioquia, Germán Villa Gaviria, dio sus primeros pasos.
No renunció a sus sueños de trabajar y vivir para el campo, por eso se graduó de la Universidad Nacional de Colombia como médico zootecnista y veterinario y con la ayuda del British Council salió a Inglaterra a realizar un curso en ovejas. Allí le propusieron que si quería quedarse estudiando un año más, a lo que contestó que sí y cursó una maestría en nutrición animal en la Universidad de Bangor.
A su retorno al país tuvo que trabajar nueve años con el Estado en forma de pago. Para entonces, el ministro de Obras Públicas, Tulio Ospina Pérez, le propuso que fuera de Secretario de Agricultura del entonces gobernador de Antioquia, Diego Jaimes Restrepo, y estuvo allí desde 1970 a 1973. Para ese mismo año llegó a Colanta, luego de que se creara en Donnmatías, Antioquia, en 1964, por un grupo de 65 campesinos.
Lo primero que hizo a su llegada fue cambiar el nombre de Coolechera por el de Colanta, elegido entre siete propuestas que le habían pasado. Este era el primer cambio que quería hacer mientras pasaba el año que pensaba quedarse. Ya lleva 42 y no se piensa ir.
El segundo paso fue hacer un préstamo ante el desaparecido Banco Ganadero por $20 millones, con lo que compraron equipos para pulverizar leche que costaron $2.500 de la época. Pérez recuerda muy bien por los caminos que ha debido pasar pero prefiere no hablar de ellos. En la actualidad Colanta tiene 14 plantas y tres más de pulverización, una en Medellín, Planeta Rica (Córdoba) y en Valledupar, Armenia y Funza (Cundinamarca) tienen plantas procesadoras de leche.
Las cifras que rodean a esta empresa, cuyo modelo orgánico en la conformación corporativa es llamativo, son muy positivas y admirables. Hoy tienen 7.000 asociados-trabajadores y el año pasado vendieron $1,9 billones y para este año esperan sobrepasar los $2 billones.
Expandir y consolidar sus ventas en el país es la meta principal, pues ya saben que son los número uno en Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Armenia y Manizales.
Entre sus objetivos principales está el de exportar queso a Europa a través del Urabá antioqueño y poner a consumir a gran parte del viejo continente un queso latinoamericano. A Pérez no lo trasnocha la fuerza en la venta de los quesos en esa región, porque por ejemplo, en Parma (Italia) a las empresas se les daña 13% de la producción lo cual se debe, según el empresario, a que “no saben ordeñar como lo realizan los productores de Colanta a quienes no se le daña ni una libra en la producción de queso parmesano, que toma dos años en estar listo”.
Uno de los mayores motivos de orgullo empresarial, es que paga el litro de leche a $1.400, cuando la mayoría de las compañías del sector lo pagan a $300 por debajo de este precio.
Por los buenos resultados de Colanta, tanto financieros como de responsabilidad social. La República decide darle este reconocimiento -que se creó en 2003- a una persona que ha contribuido al desarrollo económico y social del país.
Se veía venir la reactivación de la venta de la firma
El pasado 20 de febrero, el diario El Colombiano dio a conocer que de manera silenciosa se había reabierto el cuarto de datos de Isagen, ese lugar en el que las multinacionales pueden ir a consultar la información de la compañía. En ese momento Rodrigo Paniagua, presidente de la Asociación de Trabajadores de la Energía (Atrae), sindicato mayoritario de Isagen, indicó al diario de la ciudad que aunque no se hubiera dicho oficialmente una sola palabra de la venta de la compañía, con la orden de volver a abrir el cuarto era más que claro que el Gobierno había reiniciado el proceso. El dirigente cuestionó la opinión del Gobierno en el sentido de que sea una necesidad vender la empresa.
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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