Los empresarios de la industria láctea están preocupados por el crecimiento de la informalidad. Este fenómeno ya alcanza 42% del mercado.
Jeffrey Fajardo, presidente de Asoleche Foto: DineroLa solicitud, que ya ha sido presentada al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y al de Agricultura, apunta a que se extienda a todo el país la medida creada para las Zonas más Afectadas por el Conflicto (Zomac), mediante la resolución 083 de enero de este año, a través de la cual las partes pueden acordar el precio de compra de los excedentes del líquido; que hoy están quedando en manos de la informalidad, que ya representa 42% del mercado.
Jeffrey Fajardo, presidente de la Asociación Colombiana de Procesadores de la Leche (Asoleche), precisa que el control de este fenómeno es uno de los principales desafíos del sector y por ello proponen desarrollar un proyecto piloto de acuerdos entre ganaderos e industriales con el fin de quitarle mercado a los comerciantes informales.
Las empresas formales del sector generan ingresos anuales superiores a los $16,2 billones y más de 800.000 puestos de trabajo. Estas compañías trabajan con más de 400.000 fincas.
El dirigente gremial dice que la informalidad está representada en comerciantes que le compran la leche al productor en condiciones de mercado que impactan altamente a la industria; pues pagan entre $400 y $500 por un litro del líquido, mientras los empresarios formales están obligados a cancelar un precio mínimo, cuyo promedio en este momento es de $1.068.
El precio mínimo de pago se estableció en 2012 mediante la resolución 017 y para Fajardo, esta norma lo que hizo fue que de manera inmediata se creara un mercado paralelo. La industria formal acopia 3.300 millones de litros al año; mientras los excedentes están por el orden de los 2.900 millones de litros anuales y son absorbidos en su totalidad por los informales.
El objetivo de los industriales con esta solicitud es poder fomentar las ventas al exterior, las cuales hoy son muy bajas. “Nadie ha exportado por cuenta de la resolución 083 porque en las regiones en donde están ubicadas las Zomac no quedan excedentes de leche”, precisa Fajardo.
La balanza comercial del sector es completamente deficitaria. Mientras las exportaciones de leche y derivados lácteos hasta junio de este año solo sumaron 2.783 toneladas, equivalentes a US$11,08 millones, las importaciones de este tipo de productos en le mismo periodo fueron de 25.471 toneladas, por un valor de US$61,29 millones.
El año pasado, dice Fajardo, el país importó lo equivalente a un mes de consumo nacional de productos lácteos, compras representadas principalmente en leche y lactosuero en polvo, quesos y mantequilla y este volumen puede incrementar pues la desgravación arancelaria con Estados Unidos avanza, igual que la de la Unión Europea.
Por ello, para el directivo es clave adoptar medidas que permitan fortalecer a la industria, mediante un ajuste estructural que evite en unos pocos años el desplazamiento de la industria nacional por parte de las importaciones.
Frente al tema, el ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, en un debate en el Congreso, señaló que se debe trabajar en temas de productividad, de hacer más eficiente el trabajo en las fincas, para que con el mismo número de vacas se pueda producir más leche.
No al TLC con Nueva Zelanda
Otro aspecto que preocupa a los industriales lácteos, son las negociaciones que Colombia adelanta para la firma de un acuerdo comercial con Nueva Zelanda, pues este país es el mayor productor lácteo del mundo, con un volumen que supera los 22.000 millones de litros al año.
Los empresarios del sector le han pedido al gobierno ser excluidos de dicha negociación, por considerar que el sector puede verse seriamente afectado en caso de lograrse un acuerdo definitivo. “No tiene sentido poner en riesgo una industria a cambio de nada, porque con toda la producción que ellos tienen, los industriales colombianos no tendrían nada que hacer en ese mercado”.
Fajardo considera que al sector lácteo colombiano no le sirven plazos largos, ni que les desgraven los aranceles en 19 años, aunque aclara que esto no implica que el sector esté en una posición proteccionista, porque en este momento ya está abocado a una liberalización total con Estados Unidos y con la Unión Europea, mercados con los cuales estarán completamente liberalizados en el 2026 y 2028, respectivamente.