De acuerdo con la norma, los valores establecidos para el pago de la leche se actualizan anualmente el primer día de marzo, de acuerdo a la variación acumulada del Índice Compuesto del Sector Lacteo (ICSL), que determina precio del gramo de proteína, grasa y sólidos totales.
En 2013, el incremento fue de 1,2 %, en 2014 fue 4,9 % y en 2015 no subió. Para 2016, el alza fue de 8,3 %, y el año pasado, de 7 %. Con un valor promedio de $1.000 por litro, esto representa entre $10 y $80.
De acuerdo con Óscar Cubillos, jefe de la Oficina de Planeación de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, los productores se han acostumbrado a ver el aumento en estas fechas. Sin embargo, también se han percatado que la industria baja otros rubros para dejar el mismo pago.
“Lo que ha pasado en los últimos años es que el Gobierno decreta el alza del precio y los industriales terminan haciendo que sí lo cumplen, pero bajan las bonificaciones voluntarias. Entonces lo que suben por un lado para no infringir la norma, lo bajan por el otro”, explicó.
De hecho, el analista ha revisado el comportamiento de las bonificaciones voluntarias en los últimos años y se ha dado cuenta cómo se ha cerrado la brecha entre estas y las obligatorias, que antes era más amplia porque la industria pagaba más compensaciones de iniciativa propia.
En cambio, desde finales del 2015, se puede ver cómo la variación porcentual entre el pago con bonificación y sin ella ha ido cayendo, como si en algún punto ya no haya diferencia entre uno y otro.
“El industrial ofrece un mejor precio al ganadero que le entrega en frío, le da leche de buena calidad, está certificado en BPG, que es por voluntad propia según la fórmula de la resolución”, aclaró el funcionario.
No obstante, agregó que el problema es que los ganaderos se han dado cuenta que no reciben bonificaciones voluntarias a pesar del reporte del laboratorio que muestra que su leche tiene buen contenido de grasa y proteína.
Si bien el ajuste ha representado entre $70 y $80 en los últimos 2 años, algo que agradecen los productores, muchos se han resignado a que este cambio no será significativo.
Por ejemplo, Florentino Chacón, presidente de la Asociación de Productores de Leche de la vereda Sabaneca, Asosabaleche, en San Miguel de Sema (Boyacá), expresó que no se avizora una mejoría en el pago de la leche en las próximas semanas.
“El tema del precio ha estado muy inestable y, todo lo contrario, tiende a ser más difícil que se mantenga. Hemos tenido una fluctuación bastante crítica y no se ha logrado un convenio con las distribuidoras. No hemos avanzado porque no hemos podido acceder a la cadena de frío”, indicó.
De otro lado, Ricardo Camacho, presidente de la Asociación de Ganaderos de Facatativá, Asoganaderos, sostuvo que no tiene caso seguir subiendo la leche “artificialmente”, mientras que la leche importada, considerada por él como la gran amenaza para el sector, no está sometida a ningún control.
Finalmente, Cubillos advirtió que este incremento debe ser superior al índice de inflación de precios del año pasado, pues de lo contrario se estaría afectando al productor.
“Un ajuste significativo debe hacerse por encima de la inflación, que el año pasado fue del 4 %, para que el poder real del ingreso que se genera con estos precios ayude realmente a las condiciones sociales y económicas del ganadero”, manifestó.
Según fuentes cercanas al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, la Comisión de Precios del Consejo Nacional Lácteo (CNL) está evaluando el alza aunque todavía no hay ningún valor acordado, y solamente se tomaría una decisión hacia mediados de marzo.
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Fuente: CONtexto ganadero
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