La situación se repite en otros departamentos como Cundinamarca o Tolima. Varios productores se asocian en una cooperativa y deciden acopiar la leche de aquellos que no hacen parte de la organización, con el fin de producir derivados lácteos e impulsar el negocio. Ellos se registran ante Cámara de Comercio y son vigilados por entidades como el Instituto de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, Invima.
Sin embargo, no son pocos los que deciden saltarse estos pasos y prefieren comprar el lácteo sin el debido permiso.
En Valle del Cauca, esta situación ha afectado principalmente a los productores de Sevilla y Versalles, quienes han manifestado que sus negocios han disminuido por cuenta de la competencia desleal de los denominados “cruderos”.
Luis Eduardo García, gerente de la Cooperativa Ganadera de Versalles, Cooversalles, manifestó que estos compradores informales están perjudicando a la organización, pues algunos productores han renunciado a su participación en ella.
“Como los informales no tienen cargas fiscales ni prestacionales, no tienen empleados ni le deben pagar un contador o un revisor fiscal, pueden ofrecer un mejor precio, hasta $50 y $70 por litro”, explicó.
De igual manera, García criticó que no tengan regulación del Estado, pues no reciben visitas del Invima ni de los entes territoriales para vigilar la calidad higiénica de su producción.
Así las cosas, mientras que la cooperativa debe hacer grandes inversiones para cumplir con la normatividad, los que se dedican al negocio informal del queso no tienen las mismas obligaciones.
“Hay queseras que funcionan dentro de la cabecera urbana. El proceso para calentar la leche lo hacen con leña y entonces contaminan. Pero a las autoridades no les importa eso. Nosotros denunciamos y no pasa nada. Cuando vienen los del Invima, uno les dice y ellos responden que tienen un acta de visita y que no puede ir a otra parte”, dijo.
Diego Fernando Acosta, miembro de la cooperativa, confesó que se ha alejado del negocio por cuenta de la baja rentabilidad, en parte ocasionada por la competencia desleal.
“Esos queseros no tienen que pagar todo lo de ley. Entonces una persona que se dedique a eso puede pagar más caro y eso obviamente hace que el negocio se complique. La utilidad que recibe la cooperativa es muy poca”, sostuvo.
No obstante, García aclaró que los ganaderos que les venden a los compradores informales no reciben tantas ventajas, pues estos les bajan el precio o les incumplen el pago de forma arbitraria.
El caso de Asproleche en Sevilla
Este caso recuerda el de la Asociación de Productores de Leche de Sevilla, Asoproleche. La gerente, Gloria Castañeda, explicó que la planta de la asociación, que cuenta con un tanque frío adquirido por ellos mismos, se convirtió en un importante recurso para pequeños y medianos ganaderos que quieren vender su leche a la industria.
Sin embargo, en los últimos años han visto cómo el negocio ha venido decreciendo porque cada vez más productores están cambiando el negocio de la leche por el de otros cultivos como el plátano y la caña.
Además, tienen que competir con los “cruderos”, quienes pueden ofrecer un mejor precio a los ganaderos porque no exigen calidad en el producto.
Los productores organizados hacen un llamado a las autoridades para que ejerzan un mayor control a quienes no cumplen con los requisitos establecidos por la ley, así como también se premie el esfuerzo de aquellos que se ciñen a la norma.
http://www.contextoganadero.com/regiones/compradores-informales-afectan-productores-lecheros-en-valle-del-cauca