Tres recetas para capear el mal momento lechero

Alta volatilidad del mercado lácteo requiere seguir mejorando en eficiencia, prepararse para períodos malos que seguirán ocurriendo y generar acuerdos sectoriales.
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Un mercado internacional de la leche con alta volatilidad en los precios tiene a todos los países afectados. La mirada de expertos internacionales coincide en que las consecuencias son preocupantes.
El fenómeno es global y en el vecindario, el sector lácteo latinoamericano, que aporta el 10% de la producción mundial, con 78.418 millones de litros, también se ha visto impactado y, después de un peak productivo en 2014, registra una caída en los últimos tres años.
«La crisis de los precios y el cambio climático de los últimos años tuvieron como efecto la disminución de la producción en la región», señala el doctor Ariel Londinsky, secretario general de la Federación Panamericana de Lechería, Fepale.
Agrega que el precio de la leche en general se ha estabilizado entre 2017 y lo que va en 2018 en US$ 3.200 la tonelada. «Venimos de dos años de valores muy malos; es decir, bienvenida esta recuperación, pero sería necesario un aumento un poco mayor para que el sector se sienta algo más confortable, ya que todavía arrastra endeudamiento y la crisis de precios de 2015-2016», señala.
Las proyecciones no son muy esperanzadoras, ya que a mediano plazo puede que el precio internacional suba un poco, pero por razones más bien estacionales, y no se ve un aumento de precios considerable.
«Aunque tenga más dinero la clase media china no va a aumentar mucho más la demanda de lácteos. Otros países del Asia, como Vietnam, Indonesia, Camboya y Malasia, que representan una gran cantidad de población, la podrían expandir un poco, pero no en la cantidad que lo hizo China», señala el doctor Andrew Novakovic, profesor de Economía Agraria de la Universidad de Cornell, especialista en mercados agrícolas y políticas de alimentos, y en economía del mercado lácteo, quien, junto a Ariel Londinsky participó en el Foro Económico y Políticas Lecheras, organizado por la Federación Internacional de Lechería (IDF) en conjunto con el Consorcio Lechero.
Ante este panorama, expertos internacionales proponen una serie de medidas para enfrentar el mal momento.
Fórmulas para tiempos revueltos
De acuerdo con Andrew Novakovic, el tema se debe enfrentar con distintas acciones, tanto como productor individual, como sector procesador, como compañía individual o como gobierno.
«No hay un solo ejemplo exitoso, es un proceso que se está aprendiendo constantemente respecto de cuáles son las mejores prácticas», señala.
A nivel de los productores lecheros en Estados Unidos se insiste en que tienen que adecuar su forma productiva para que tolere mejor las fluctuaciones de precios.
«Lo que se está viendo es que muchos buenos gerentes o productores lecheros mantienen reservas de capital de trabajo que les permiten sobrellevar mucho mejor estos momentos», dice Novakovic.
También plantea la necesidad de analizar cómo se evalúan las rentabilidades, sobre todo cuando se está más complicado, porque a veces se puede tomar una decisión drástica y, por ejemplo, salir del negocio siendo que posteriormente puede mejorar mucho la rentabilidad.
El experto señala que dado que en EE.UU. el 85% de la leche viene de cooperativas que tienen que vender todo lo que se produce, lo cual es complicado en períodos como el actual, una mejor coordinación podría hacer que no baje el precio y mejorar los resultados.
«Coordinar toda la cadena a partir de la demanda sería un gran paso. En el fondo, es como se hace en cualquier otra área que tiene una demanda y a partir de ella los retail le piden a la planta, y las plantas piden hacia atrás. Sería la forma de adelantarse a un evento de volatilidad», subraya.
Otro punto que resalta Novakovic es la necesidad de que los agricultores cuenten con información sobre todas las variables importantes del mercado y se le ayude a interpretarla y usarla.
En el análisis del especialista, el gobierno también tiene un rol importante en varios aspectos, tanto a nivel de la industria como de los productores.
«Puede ayudar en cómo manejar mejor el negocio, hacer transferencia tecnológica, extensión para que los agricultores sean más resilientes a estos cambios y para que la industria se organice mejor también», señala.
En EE.UU., dice Novakovic, hay una antigua ley que permite que el Secretario de Agricultura se siente con compradores y vendedores para coordinar este tema de mercado. «Pero, definitivamente, todos los gobiernos tienen muchos elementos para mejorar esta coordinación y hacer más efectiva la comercialización, sin influir ni tener problemas de libre competencia, ya que el gobierno, por un bien mayor, se pone a trabajar con la cadena», advierte.
El valor de la leche
Ariel Londinsky dice que el cuidado de los costos y la eficiencia en la producción siempre son temas críticos cuando los precios son bajos.
«Somos tomadores de precios; es decir, lo que sucede en el mercado internacional, aunque no tenga una causa en lo local, siempre va a impactar. Entonces, sobre el precio es difícil actuar, pero puede ser más factible actuar sobre los costos. Y todavía en nuestra región nos queda mucho por trabajar en eficiencia productiva y manejo de costos. Naturalmente, el precio que se le paga al productor también es crítico», dice.
Para el secretario general de Fepale, el retiro de productores del mercado es una tendencia mundial que viene dándose hace años, en la que hay menos productores y menos vacas, pero se produce más leche.
«No es bueno el retiro de productores, porque el que se retira no vuelve a la producción; entonces, es un enorme desafío de los gobiernos y de las cadenas lácteas mantener los productores dentro de la cadena», señala Londinsky.
Otro problema preocupante y que también juega fuerte en el cierre de lecherías, señala, es la participación de los hijos en el negocio. «El tema de la sucesión en las fincas, la continuidad de los jóvenes en el medio rural y en la actividad lechera es un desafío que a veces es más difícil que lo económico. Tenemos muchos ejemplos de lecherías que son rentables y que terminan saliendo de la producción porque los hijos de los productores no continúan».
Otra tarea para toda la cadena, a su juicio, es la promoción del consumo de lácteos.
«En América Latina todavía estamos en niveles relativamente bajos frente a los mínimos establecidos, 150 a 180 litros por habitante al año. Este nivel lo alcanzan Uruguay, Argentina, Costa Rica y Brasil, luego siguen Colombia, Chile y México que están cerca, y después el resto de los países de la región todavía lejos de alcanzar los mínimos. Ahí hay una tarea realmente grande de toda la cadena», destaca.
Muy junto con lo anterior, advierte que toda la cadena debe continuar y acrecentar el trabajo de difusión de los beneficios que la leche produce en la salud humana.
«El beneficio de los lácteos a la salud humana es algo que la ciencia lo ha determinado muy claro, en tanto aparecen grupos que recomiendan lo contrario, basados en mitos o en formas de vida que están alejadas de lo que marca la ciencia», dice.
Autor: Arnaldo Guerra M.
Fuente: El Mercurio Campo
Link: http://www.elmercurio.com/Campo/Noticias/Noticias/2018/05/14/Tres-recetas-para-capear-el-mal-momento-lechero.aspx

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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