Y asesorados por el economista Salvador Valdés, acudirán con un estudio a la Comisión de Distorsiones para demostrar el negativo efecto que tendrá en los precios al consumidor el eventual nuevo impuesto arancelario.
Durante su trayectoria profesional, Valeria Flen Silva (55 años, ingeniera comercial UC) ha marcado varios hitos. Hace nueve meses se convirtió en la primera mujer en llegar a la gerencia general de Soprole -tras dejar el cargo Hugo Covarrubias-, e ingresó al selecto grupo de ejecutivas a cargo de una compañía en Chile.
Desde siempre, su carrera ha estado ligada a la firma controlada por la neozelandesa Fonterra. Apenas se tituló, la hoy mandamás de Soprole se incorporó, en 1988, al área de control de gestión de Soprole, para luego ir escalando diversas posiciones, en márketing, en el staff financiero y luego recursos humanos. Eso, hasta que en 2015 se embarcó en un ambicioso desafío: ser directora general de Inlaca, la unidad de negocios de Fonterra en Venezuela, país al que se fue dos años.
«Era como ser gerente general de una empresa más chica que me podía permitir crecer dentro de Fonterra y entender todas las aristas que debe manejar un gerente general. Siempre mi visión era volver y ojalá tener la oportunidad de aplicar a la gerencia general de Soprole. Era como un paso previo. La compañía trabaja mucho los planes de sucesión y para hacerlo, tienes que prepararte», dice (ver recuadro).
Su retorno y llegada a la gerencia general en Chile ocurre en momentos complejos y desafiantes para la empresa y la industria láctea. Coincidentemente, este año se cumple un hito, los 30 años desde que Fonterra ingresó a la propiedad de Soprole, en 1988. Pero además, el rubro lácteo atraviesa por diversos frentes. Por un lado, una petición de Fedeleche, el gremio de los productores, ante la Comisión de Distorsiones para que esta aplique una salvaguardia, un impuesto adicional a productos importados: de al menos 30% en leches en polvo entera y descremada y de 27% a quesos gouda, acusando un creciente nivel de importaciones de estos productos afectando a la producción lechera nacional. Prolesur -firma relacionada a Soprole, pues ambas dependen de una matriz común-, es la principal importadora, según un documento de Fedeleche a junio de este año, con el 24,1%. Soprole detalla que sus importaciones provienen de Holanda, Alemania, Nueva Zelandia, Argentina y Uruguay.
Además, en el Congreso se discuten dos proyectos de ley referidos al etiquetado de envases y que buscan que haya más precisión y transparencia sobre el origen de la leche, su lugar de ordeña, y si es leche natural, reconstituida (leche en polvo a la que se le agrega agua) o recombinada (leche descremada, grasa de leche y agua).
Y además, hay cuestionamientos, principalmente hechos por Watt’s, en el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) en contra de la cooperativa Colun, por las condiciones en que esta compañía compite.
Por si fuera poco, a mediados de agosto surgió un Twitter que se relacionó con el Movimiento Social Patriota que desplegó una campaña contra Soprole y a favor de Colun, por dañar a los productores chilenos y vender leche reconstituida, entre otras razones. Este es el tema que más inquieta a Valeria Flen y del que se hace cargo.
-En nueve meses en el cargo, y pese a todas estas contingencias en la industria, usted no había hablado públicamente. ¿Por qué lo hace ahora?
«Me decidí a hablar porque llega un minuto en que ves esta cantidad de falsedades que han salido al mercado. Hay personas que de alguna manera las tomaron y tienen dudas que pueden ser súper razonables. Las personas hoy quieren ver transparencia, y como empresa, tenemos que abrir nuestras puertas. Estas falsedades vienen de grupos minoritarios y que al final le hacen daño a la industria completa».
«Nos reservamos el derecho a investigar y a tomar acciones legales de quien resulte responsable. Aún no sabemos quién está detrás. Estos han sido puros temas anónimos, y todo lo que es anónimo en la red, lo encuentro bien cobarde, porque es refácil decir cualquier cosa».
-¿Qué falsedades?
«Que nuestra leche no es fresca, sino reconstituida, lo que no es cierto. Hicimos un cambio de envase (de la leche blanca), donde explicamos dónde recolectamos la leche y todo el proceso. Esto ha sido siempre así y tal vez antes no nos veíamos en la necesidad de explicarlo con tanto detalle (…) Esta caja es solo leche natural, nunca se ha secado. Más o menos el 70% de nuestra leche la recolectamos de productores de la zona central, otra parte de la VIII Región y otra, de la XIV. Todo es leche fresca. Procesamos cerca de 15 millones de litros al mes y de esos, aproximadamente 7 a 8 millones se pasan a la leche en caja. Hay otros productos que tienen receta. Por ejemplo, la leche con chocolate, algunos postres, los yogures, y en ellas se les echa sólido lácteo, proteínas, utilizando como insumo leche en polvo».
-¿Sabe quiénes son el Movimiento Social Patriota?
«No. Sabemos que es un grupo que apareció a raíz de otras causas del año pasado, que tiene esa mentalidad de lo nacional, y seguramente tomaron esto como una expresión para fortalecer su mirada del nacionalismo. Es un grupo de 100 o 200 personas, lo que no quita que estemos en un proceso de investigación, y siempre nos reservamos el derecho de tomar acciones legales, porque hay un daño, una marca, una reputación que se está cuestionando en forma falsa».
«Las salvaguardias no la compartimos, porque al final quien paga es el consumidor»
-Fedeleche apunta a las importaciones y cómo están afectando a la industria nacional. ¿Cuál es su diagnóstico?
«No tenemos una mala relación con nuestros productores de leche. Entendemos que las federaciones, en su justo derecho, defienden los intereses del sector. Obviamente hay ciertas cosas que no compartimos. El tema de las salvaguardias no lo compartimos, porque al final quien paga esa cuenta es el consumidor».
Soprole, asesorada por el estudio Barros & Errázuriz, aportará a la Comisión de Distorsiones un estudio económico, trabajado con el economista Salvador Valdés, para demostrar cómo impactan las salvaguardias. «Los efectos del mercado no son positivos. Implica un aumento en los precios, una disminución en la cantidad, y estamos sacando proteínas de los sectores que más lo necesitan. Esa es nuestra conclusión y eso lo vamos a ir a defender (…) Confío mucho en la institucionalidad de este país. Dejemos los espacios para que ellos funcionen».
¿Por qué no se abastecen solo con la leche nacional? «La demanda crece, pero la producción no crece. (…) En quesos, hace tres años la demanda era cuatro kilos por persona y hoy es siete por persona al año, y nosotros queremos llegar a duplicar a 14 kilos», responde.
-¿La producción no crece porque no está la señal de precio adecuada?
«Los argumentos del sector primario es importante atenderlos, pero no a costa del bienestar de todos los chilenos. Hemos estado permanentemente en conversaciones con ellos (los productores) y hemos crecido 10% en la recepción de leche».
«La posición de precios se basa en varias variables. Es bien complejo. Ahora acabamos de subir el precio de la leche $11 por litro, con vigencia el 1 de agosto. Publicamos las pautas así y hoy Nestlé bajó (los precios). Las condiciones de cada compañía son distintas».
Disputa sobre pautas de precios: «Siempre es buena la transparencia absoluta»
A comienzos de junio, Watt’s ingresó una consulta en el TDLC por la obligatoriedad que desde 2004 tienen las empresas de publicar sus pautas de precios de compra de leche a los productores, exigencia de la que está eximida Colun. Watt’s pide que se obligue a todos los actores del mercado a publicar. Pese a que Soprole concurrió al TDLC a aportar antecedentes -señaló que cumplen con la publicación de precios-, no tomó posición en el debate.
-¿Apoyan la visión de Watt’s de que es injusto que solo algunas firmas publiquen y Colun no? Colun es un competidor distinto, es una cooperativa.
«No tengo nada contra las cooperativas, es una forma de asociarse y de poder tener escala (…) Siempre es buena la transparencia absoluta. Y los organismos fiscalizadores eso deben buscar».
-¿Lo mejor sería que se dejaran de publicar los precios o que todas las compañías los publicaran?
«No me quiero pronunciar sobre eso. ¿Cuál de las dos partes hace más transparente el mercado? Por un lado, dicen que publicar genera posibilidad de ver los precios del otro, es un punto. Y por el otro lado, dicen que al no publicar puedes generar abuso de posición dominante».
-Un segundo punto que levantó Watt’s es el tributario. ¿Considera que compiten en desigualdad de condiciones respecto de Colun, que no paga impuestos por ser cooperativa?
«El tema tributario es de análisis de las autoridades económicas que deben definir lo que es justo para la gente, para el país, más que para nosotros como compañía (…) Las asimetrías de información siempre son malas desde mi perspectiva, porque creo mucho en la libre competencia».
Proyectos de etiquetado: «Si mejora la información, estamos de acuerdo»
En agosto se presentaron en el Congreso dos proyectos de etiquetado de envases de leche. Una moción en el Senado establece la obligación de etiquetar los envases en el origen y define los tipos de leche. Otra iniciativa, presentada en la Cámara de Diputados, busca perfeccionar el Reglamento Sanitario de Alimentos y exige que los productos importados indiquen el país de ordeña, el nombre y domicilio del importador, entre otros. Fedeleche apoya el concepto «país de ordeña».
Asegura que están de acuerdo con ambas iniciativas. «Si mejora la información a los consumidores, estamos de acuerdo totalmente», sostiene. No obstante, hace una observación sobre el lugar de ordeña: «Se recibe mucha leche de distintas partes y no sé cómo van a identificar en una caja todo eso».
En el marco de esa discusión, afirma que se han reunido con varias autoridades por Ley de Lobby, incluido el ministro de Agricultura Antonio Walker. ¿Les facilita la interlocución que el ministro de Economía José Ramón Valente haya sido director de Soprole? «Pedimos una reunión por Ley del Lobby, pero parece que estaba de viaje y nos juntamos con los asesores, por las salvaguardias», responde.
No tengo nada contra las cooperativas, es una forma de asociarse y de poder tener escala (…) Siempre es buena la transparencia absoluta».
«Estas falsedades vienen de grupos minoritarios y que al final le hacen daño a la industria completa. Aún no sabemos quién está detrás. Han sido puros temas anónimos, y todo lo que es anónimo enla red lo encuentro bien cobarde».