El brusco aterrizaje de la leche

Mientras la industria muestra que en Chile se pagan mejores precios a los lecheros que los que dicta el alicaído mercado internacional, los productores insisten en la falta de transparencia y prometen dar un nuevo impulso a la demanda ante el Tribunal de la Libre Competencia.
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Mientras la industria muestra que en Chile se pagan mejores precios a los lecheros que los que dicta el alicaído mercado internacional, los productores insisten en la falta de transparencia y prometen dar un nuevo impulso a la demanda ante el Tribunal de la Libre Competencia.
Jaime Olivares tiene una historia de más de 20 años en la producción lechera y, aunque ya está curtido con todas las crisis que ha vivido, reconoce que la actual, con sucesivas bajas de precio, para una actividad que venía saliendo de la sequía más intensa en décadas, está remeciendo todo. «El tema está complicado, porque a los productores lecheros nos pagan 50 pesos menos que el año pasado a la fecha. Entonces, estábamos muy arriba y cómodos, pero vino el cambio brusco. Yo no había visto nunca que bajara el precio de invierno», señala el productor.
Olivares pertenece a Uprolac, una sociedad anónima comercializadora de leche que negocia del orden de 35 millones de litros al año, de 22 socios, entre Frutillar y Los Muermos, en la Región de Los Lagos. Son agricultores con condiciones y calidad de leche similares, y unos 8 mil litros por vaca, bastante por sobre la media del país. Producen con el sistema de pradera como base de la alimentación, aunque también suplementan con energía y proteína, si es necesario.
Uprolac es una de las uniones exitosas de productores que se han desarrollado y son vistas, junto con las cooperativas, como parte de la posible solución para los actuales tiempos, ya que permitirían actuar con más peso en el mercado.
Una unión que sobresale en un mercado que tiene enfrentados a los principales exponentes de la cadena -productores y plantas de procesamiento-, tal como ha sido la historia de este sector que terminó incluso en el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia tras una demanda -que hoy está suspendida- de los lecheros contra tres industrias a las que acusa de falta de transparencia en los precios.
En el último tiempo, el anuncio de cierre de lecherías en algunas zonas versus las utilidades obtenidas por empresas como Soprole, crisparon aun más el panorama, y con ello subió el nivel de crisis de credibilidad que ahora también se instaló en este sector lácteo y que está llevando a que el avance en soluciones no sea el esperado.
Algunos piden algún gesto de la industria procesadora y otros llaman a asumir las señales del mercado y ajustar la empresa para enfrentar el ciclo negativo que, al parecer, tiene para rato.
Panorama oscuro
El análisis que hacen en la Federación de Productores de Leche, Fedeleche, es que los agricultores debieron absorber todos los costos asociados a la sequía del verano, a lo que se sumaron dos bajas de precios en el año. Esto ha llevado a que muchos productores estén con números rojos al cerrar 2015.
«El precio que recibe el productor ha caído en torno a 20% durante 2015 y la producción se estima que puede cerrar entre -3% y -4%, respecto de la temporada anterior. Parte de esa menor producción se explica por la eliminación de animales, a consecuencia de la sequía, y por una disminución de la producción por animal», señala Juan Horacio Carrasco, presidente de Fedeleche.
A nivel global, el último año ha sido complejo. Bajos precios internacionales como consecuencia del incremento de la oferta mundial de leche en Oceanía, Estados Unidos y Europa, en momentos en que China redujo la demanda y Rusia impuso el bloqueo a las importaciones de lácteos de la UE, EE.UU., Noruega y Australia. Lo positivo, según Fedeleche, es que en los últimos meses la situación ha mejorado, acumulando, desde agosto a la fecha, para el caso de la leche en polvo entera, un incremento de 42% respecto del precio más bajo alcanzado.
«Existe consenso en que esta situación debiese revertirse hacia mediados del próximo año, en función de que se estarían viendo las primeras señales de recuperación de la demanda en China, una disminución en la producción de Oceanía y menores tasas de crecimiento de Estados Unidos y Europa», indica Carrasco.
Los precios actuales del mercado internacional son significativamente más bajos que los de los últimos cinco años. Así, el precio de la leche en polvo entera es de US$ 2.260/tonelada -según Global Dairy Trade, GDT-, lo que representa una caída de 54% respecto de los US$ 4.940/tonelada de enero de 2014. Incluso más, en septiembre de este año, el precio marcó un mínimo histórico de US$ 1.500/tonelada, lo que equivale al valor más bajo de la última década. Y si se miran los precios de los últimos 10 años, se aprecia que los valores actuales son incluso inferiores a los de la crisis de 2008 y similares a los de 2005 y 2006.
«Los precios FOB que Chile ha enfrentado para la leche en polvo entera, no se comportan igual que el mercado mundial, debido que el mercado de los commodities lácteos está lejos de ser un mercado integrado. Por el contrario, es un mercado fragmentado, producto entre otros, de grandes diferencias arancelarias entre países, restricciones sanitarias diferenciadas, etc.
De esta forma, el precio FOB de exportación de Chile ha sido superior al valor de transacción del GTD durante gran parte del año pasado y el primer semestre de este año, razón por la cual los precios a productor en Chile se ajustaron a la baja recién este año, mientras en el resto del mundo lo hicieron el año pasado», indica una fuente de la industria.
Lo que señala es que el precio a productor sigue la tendencia de la paridad efectiva de Chile, y por ello desde hace más de 18 meses los precios a productor en nuestro país son significativamente superiores a los que equivaldrían a los precios internacionales. Así las cosas, el actual valor a productor es equivalente a US$ 2.800 como precio FOB para exportar una tonelada de leche en polvo entera, mientras el precio mundial se acerca a US$ 2.000.
«El argumento de los gremios lecheros de que mientras la leche sube en el exterior en Chile baja, no tiene sustento. Por cierto subió de US$ 1.500 a US$ 2.200, pero en Chile nunca se llegaron a pagar esos valores; por el contrario, el precio mínimo pagado en los últimos cinco años es el equivalente a US$ 2.800», señala la misma fuente.
Por ahora la volatilidad del mercado no permite hacer pronósticos, aunque a nivel externo se mantienen condiciones muy negativas. Lo que sí afirman en la industria es que la caída de la demanda de los grandes compradores, como China, Rusia, y en menor medida de algunos países árabes y Latinoamérica, no parece que vaya a cambiar a corto ni mediano plazo. Sí existe consenso en que la solución debe venir de una disminución de la oferta exportable del mundo.
Es lo que estaría ocurriendo. Al menos, Nueva Zelandia ha disminuido 5% su producción, mientras que Estados Unidos ha dejado de crecer y se espera que Europa tenga un crecimiento de no más de 1%. Al respecto, algunos analistas coinciden en que con los actuales precios internacionales, a la mayoría de los países exportadores, incluido Nueva Zelandia, no les sería rentable exportar leche.
«Mientras, en Chile los productores reciben un precio significativamente superior a los de Nueva Zelandia, producto de la estructura del mercado chileno y del menor grado de influencia que tienen las paridades de exportación para determinar los precios internos, situación que ocurre cuando las paridades de exportación son muy altas o muy bajas», agrega una fuente de la industria.
Coincide Odepa en que, en el actual panorama, el mercado nacional se ha comportado relativamente bien, «gracias a que ha mantenido una demanda estable. Los precios nacionales han experimentado una caída cercana al 20%, pero dicha baja no ha sido tan profunda como la que afecta a otros productores del mundo, en particular de países exportadores. En esto, el mayor precio del dólar ha contribuido, así como también la menor producción de leche, por la sequía del verano pasado. En este escenario, los productores están trabajando en el margen.
El precio se encuentra muy cercano a los costos de producción. Aquí hay un desafío importante de ajuste que deben realizar los productores. Es el momento de tomar decisiones que se orienten a la mejora de la productividad y al control de costos», señala Claudia Carbonell, directora de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias del Ministerio de Agricultura.
Un nuevo esfuerzo
La directora de Odepa agrega que han comprobado en terreno que los productores están buscando estrategias para ser competitivos y enfrentar el complejo momento en forma adecuada. «Cada productor debe encontrar su mejor sistema productivo, y potenciar sus fortalezas, disminuyendo sus costos y pensando en la rentabilidad de largo plazo del negocio», dice.
Es lo que hacen Jaime Olivares y los socios de Uprolac.
«Si bajan el precio de invierno te están diciendo: no queremos leche. Yo prefiero ver las cosas por el lado positivo, y bueno, dije, al menos me avisaron antes. Y si entiendo el mensaje, entonces me pondré a vender las vacas que no producen, que están enfermas crónicas o no han funcionado en la parte reproductiva, ya que generan más gastos. Tengo que pensar que voy a vender menos y que voy a tener que reestructurar y acomodar mis costos hasta cuando esto se arregle», señala.
Este productor de Los Muermos no se mete con el negocio del procesamiento. «A mí me gustaría que a la industria le vaya bien, porque si le va bien, me puede ir bien a mí. Ellos necesitan mi leche y si necesitan más me pagarán más y si necesitan menos me van a ofrecer menos. Ahí es donde nosotros tenemos que tener la capacidad de ir a tono con el mercado. Eso no lo hemos hecho nunca», agrega.
El problema, según Olivares, es que cuando se paga menos por lo general se produce más leche, pero con eso solo se logra sobreestoquear el mercado. «Es la reacción natural del que quiere persistir en el negocio, que necesita producir más, aunque sea regalado, para poder pagarle al banco. Hoy, lamentablemente, hay productores que no tienen espaldas para aguantar, y si hay mucha leche tengo que aceptarlo y competir con los precios bajos no más», plantea.
Olivares da la clave de cómo ha hecho para enfrentar el chaparrón 2015. «Como estoy disminuyendo la carga y manteniendo probablemente los costos un poco altos, porque no estoy diluyendo los costos fijos por el volumen, hay costos fijos que tengo que hacer desaparecer. Por ejemplo, si tengo menos vacas, eso significa una persona menos hasta que pueda volver a retomar el ritmo. Obviamente, al producir menos también va a ir bajando la electricidad… Hoy el tema se siente complicado. Tenemos la suerte de que el clima nos está acompañando, lo que nos da un poquito más de tranquilidad, pero una sequía más y ahí queda la cuerería… Los viejos van a preferir deshacerse de las vacas», puntualiza.
Guillermo Jiménez, productor de la zona central y ex presidente del Consorcio Lechero, considera que la situación está muy complicada y seguirá estándolo, al punto que señala que es muy probable que algunas lecherías tengan que cerrar, porque la baja de precios podría continuar por un buen tiempo, dado que a los países del hemisferio norte que trabajan con lecherías confinadas les ha bajado el precio del maíz y la soya en 30 a 40%, lo que los pone en una posición económica similar a cuando los precios estaban altos, porque sus costos de producción han bajado.
«Hay pocas cosas que puede hacer el productor, pero si lo miramos en el contexto nacional en que éramos excedentarios en la producción de leche en aproximadamente 10%, el precio interno cambia sustancialmente cuando somos importadores netos a cuando somos exportadores netos. La diferencia puede ser de hasta 15% a 20%. Por lo tanto, lo mejor que les puede pasar a los productores chilenos de leche es que bajen un poquito su nivel de producción, que es lo que estamos viviendo últimamente, así podríamos esperar una mejor situación de precios», señala Jiménez.
Frente a frente
No obstante la situación internacional y las señales del mercado, Juan Horacio Carrasco, presidente de Fedeleche, insiste en que es fundamental que el mercado de compra de leche fresca en Chile funcione en forma competitiva.
«La misma Soprole señaló que el mayor resultado obtenido en el actual período se produce principalmente por una baja de los costos relacionados con la compra de leche fresca. Agrega que este incremento en sus utilidades también tiene una base de comparación menor por motivo de inversiones efectuadas durante el período, a lo que se sumó el alza del tipo de cambio. En consecuencia, las utilidades actuales son generadas de forma relevante por un menor precio pagado a los productores», señala Carrasco.
El líder lechero comenta que por largo tiempo buscaron el diálogo con la industria. «Lamentablemente, en el último tiempo observamos una posición de total intransigencia de parte del sector industrial. Acudimos, entonces, a las instancias que dispone nuestra institucionalidad. Desde ese momento el tema quedó radicado en el tribunal», agrega.
Carrasco comenta que la demanda por falta de transparencia en la determinación del precio a productor, «se sigue trabajando con más intensidad y fuerza; se han incorporado nuevos antecedentes que fortalecen la posición de Fedeleche y los argumentos», lo que indica que el caso podría ser reactivado próximamente.
Explica que «el mercado no ha operado de forma correcta ni competitiva. A consecuencia del abuso de las empresas, entre septiembre de 2006 y abril de 2014, los productores dejamos de recibir a lo menos US$ 737,8 millones, equivalente en cada caso a unos $31,5 por litro. De haber pujado por comprar leche cruda en forma competitiva, toda esa renta efectiva hubiese quedado en manos de los productores. Sin embargo, las empresas no lo hicieron y el precio de la leche fresca no subió. Se hace necesario establecer medidas para prevenir que esto vuelva a suceder. Los productores estaríamos en una posición más favorable para enfrentar el ciclo negativo», dice.
Sobre el tema, Soprole aclaró que, si bien las utilidades al tercer trimestre del año presentan un aumento de 70,4% respecto de igual período de 2014, para entender la tendencia se requiere un período más amplio. Señala que los resultados entre 2014 y 2013 arrojan una disminución de utilidades de 43%, por el impacto del aumento en el tipo de cambio y por la puesta en marcha del nuevo centro de distribución en Renca. El bajo desempeño del año 2014 y los fuertes cambios en las condiciones del mercado llevaron a reestructuraciones que se reflejaron en los resultados de 2015, de acuerdo al informe.
Al mismo tiempo, explica que las bajas de precios a productor en 2015 se deben a la influencia de los precios de los principales commodities lácteos en el mundo, los que sufrieron una caída de precios entre enero y diciembre de 2014, según información del GDT y USDA, de más de 50%, mientras que los precios al productor en Chile no tuvieron variación. Durante este año, entre enero y noviembre, los precios al productor han caído alrededor de 20%, sin perjuicio de que este equivale a un precio US$ 2.800/ton LEP FOB, mientras que el precio efectivo que enfrenta el país para exportar, durante esta temporada, es cercano a los US$ 2.100/ton FOB.
Destaca que, entonces, el precio pagado por Soprole-Prolesur al productor, en sus plantas de la X y XIV Región, para octubre de este año sea superior al pagado en los países productores exportadores del hemisferio sur que tienen información pública disponible, como Uruguay y Nueva Zelandia. Aclara la industria: «Los precios al productor deben seguir la tendencia del retorno del último litro vendido, esto es, el precio de paridad de exportación, siendo hoy en día el precio al productor significativamente superior a dicho precio de paridad de exportar».
Desde el Estado, en tanto, se aclara que no intervienen en las relaciones comerciales entre actores privados, aunque el Ministerio de Agricultura está monitoreando la situación.
«Hemos establecido en Odepa una revisión permanente -conjuntamente con otros actores de la cadena- de la situación del mercado internacional de la leche y sus derivados… Hasta la fecha se registra un incremento de las importaciones de queso y leche en polvo, en línea con la menor producción nacional. Es decir, las importaciones han venido a completar la oferta de leche y sus derivados, en un contexto de baja en la recepción de leche producto de la severa sequía del verano y otoño del 2015 que afectó la producción nacional», señala Claudia Carbonell, directora de Odepa
[Recuadro: Lo que se puede hacer]
Hay cosas que se pueden hacer bien para paliar los malos momentos. Como asesor voy a dar mi opinión de cómo enfrentar la crisis que vivimos y otras que vendrán. Lamentablemente, hemos hablado de estos factores muchas veces, pero el productor aún no entiende o no tiene control sobre algunos de ellos. Los ahorros baratos a la larga son más costosos», señala Pedro Meléndez, especialista en salud bovina.
1.- Optimizar la producción de forrajes, tanto en calidad como en cantidad. Saber elegir bien un híbrido de maíz para silo, hacer un buen trabajo de la tierra, controlar malezas y plagas, regar adecuadamente, cosechar en el momento preciso; confeccionar un buen silo, con un buen picado, craqueado del grano, compactación, y eficiencia, usar aditivos que mejoran la preservación, sellar el silo en forma adecuada, darle el tiempo para que se produzca la fermentación, son factores que nunca hay que olvidar. Lo mismo para los silos de pradera.
En cuanto a los henos, es inaceptable seguir pagando lo mismo por henos de diferente calidad. Se debe buscar un heno que haya sido cosechado prebotón, con la humedad adecuada y con la mínima pérdida de hojas.
Los forrajes son fundamentales y son la base para la producción lechera y luego lo que falta se debe complementar con los concentrados. El problema es que en Chile, se usan los concentrados para encubrir deficiencias de los forrajes. Eso es muy costoso y antirrentable.
2- Formular concentrados balanceados utilizando productos de calidad. Si los ingredientes del concentrado se pueden producir en el mismo campo, mejor aún.
3- En praderas, hacer un manejo eficiente, tanto de la fertilización como de la rotación de potreros. Ahorrar en fertilizantes es injustificado.
4- Descargar los campos eliminando animales improductivos.
5- Formular y alimentar con dietas balanceadas, según las etapas productivas de la vaca.
6- Realizar un manejo de preparto y posparto eficiente. En este contexto se van a prevenir muchas enfermedades que significan pérdidas cuantiosas (mastitis, metritis, cetosis, cojeras).
7- No hacer ahorros innecesarios en las vacas de primer tercio de lactancia. La vaca lo puede pagar con pérdidas excesivas de peso, infertilidad y menor producción de leche.
8- Hacer un manejo nutricional para optimizar la producción de sólidos, los cuales son parte de las pautas de pago.
9- Tener una alimentación consistente y pareja a lo largo del año. Esto es válido siempre.
Fuente: Revista del Campo

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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