Las dos marcas insignia volvieron a crecer en el primer trimestre, por las variantes introducidas por la empresa.
Danone, el mayor productor mundial de yogur, transformó su negocio ruso encontrando crecimiento en los lugares menos pensados: los pantanos siberianos.
Danone ha inyectado moras de los pantanos, un fruto color ámbar que crece en lodazales y marismas, en su yogur Actimel, en tanto su marca gemela, Activia, adoptó una variante espesa, al estilo campesino. Esto contribuyó a que las dos marcas insignia volvieran a crecer en el primer trimestre.
La rentabilidad también mejoró en la medida en que la compañía francesa avanzó hacia productos más innovadores, según Bernard Ducros, responsable de la empresa en el cuarto mercado más grande de Danone.
“Redujimos nuestra exposición a productos de bajo valor agregado como la leche ultrapasteurizada”, dijo Ducros en una entrevista en Moscú. “Es un segmento de margen bajo para nosotros y no queremos adquirir volumen mediante promociones y rebajas de precios”.
En estos dos últimos años, Danone ha enfrentado dificultades en Rusia, que fue en su momento su mayor mercado.
Los volúmenes cayeron levemente el año pasado, y si bien los aumentos en los precios permitieron al fabricante de yogur alcanzar un crecimiento de las ventas de un dígito, no cubrió la inflación.
El rublo se ha desplomado y la inflación subió debido al bajo precio del petróleo y a las tensiones geopolíticas.
Fabricantes cerveceros como Carlsberg y Heineken, junto con Unilever, el fabricante del jabón Dove, también han tenido dificultades con la demanda floja del mercado.
“La presión sobre los consumidores será menor este año”, dijo Ducros. La inflación se desaceleró desde un nivel de 16.9% el año pasado hasta 7.3% en marzo.
El año pasado, la unidad rusa de Danone introdujo los llamados yogures firmes, un tipo de yogur espeso en el cual la fermentación tiene lugar dentro del envase. El producto impulsó las ventas de los productos Activia y fue un éxito porque “recordó a los consumidores la forma en que los campesinos rusos elaboraban los productos lácteos tradicionales en un tarro”, según Ducros.
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