«Es necesario que el gobierno intervenga, aunque exista libre competencia, asumiéndolo como un tema de Estado, ya que vemos que el mercado está siendo intervenido y alterado», dice el parlamentario.
Últimamente nos hemos acostumbrado a ver cómo algunos grandes empresarios se han coludido para aumentar sus ganancias, perjudicando a miles de chilenos. Por eso hemos acogido con preocupación la inquietud de los pequeños productores lecheros, quienes se han visto afectados por el precio de la leche.
Pedimos que la Fiscalía Nacional Económica investigue una posible colusión en el precio que las grandes empresas pagan a los productores de leche, ya que existen muchas similitudes en los valores a los cuales la compran a esforzados agricultores del país. En los hechos, ellos se reparten cuotas de mercado, fijando precios y comprando a los mismos productores.
Queremos que se investigue la posición dominante de estas grandes empresas al fijar arbitrariamente los precios a los productores. Estas conjeturas no son casuales. Por ejemplo, la empresa Soprole obtuvo un 187% de utilidades el año 2015, en relación al año 2014, y junto a Nestlé, el año 2015, obtuvieron en conjunto 100% más de utilidades con respecto al año 2014, en desmedro de los productores que sólo han obtenido pérdidas, lo que los ha llevado incluso a tomar la difícil decisión de cerrar sus lecherías.
Es necesario que el gobierno intervenga, aunque exista libre competencia, asumiéndolo como un tema de Estado, ya que vemos que el mercado está siendo intervenido y alterado subrepticiamente por estas empresas, Soprole y Nestlé. Lo cierto es que hay cosas que no tienen explicación, como que de $220 el valor que se pagaba por el litro de leche, se rebajó a $170 el litro. Hemos sabido que a los pequeños y medianos productores se les ha rebajado aún más. Todas estas rebajas perjudican a los productores lecheros, ya que alteran absolutamente los planes de producción y sus compromisos financieros, poniendo en peligro su permanencia en el rubro.
Hemos sabido también, que el queso importado entra subsidiado al país, lo que implica una competencia desleal con riesgo de quiebra de las queserías del país. Para esto, hemos pedido al gobierno la aplicación de salvaguardia para defender la comercialización normal de estos productos. Necesitamos coherencia en el actuar, defender nuestros productos y apoyar a los pequeños productores, pues es gracias a ellos que nuestro país camina en la senda del desarrollo. Terminar con los abusos es tarea de todos, pero especialmente de los diputados.
Por Patricio Vallespin
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