«La leche que producía en 2008 me la compraban a $211 el litro y fracción; hoy está en $182 y $197 el litro».
Con esta frase, y factura en mano para corroborar lo dicho, el productor lechero Augusto Willer Sotomayor, argumenta la razón por la cual se ha convertido en el primer lechero de la Región en utilizar paneles fotovoltaicos para proveer de energía eléctrica a su lechería, con el fin de abaratar costos de producción.
Cuarenta paneles solares adosados a los techos de sus galpones en su predio en Pelleco (a 15 kilómetros al noreste de Osorno) le ayudan a generar poco más de 1.000 kilos de energía (el consumo de una casa regular es de 200 kilos), lo cual representa el 40% del total de energía que necesita para hacer funcionar su plantel lechero.
En efecto, gracias al sistema suministra de electricidad tanto a los motores de la sala de ordeña, del estanque de la sala de leche como al motor del pozo profundo, aunque también para las viviendas de los trabajadores del campo.
Precios Bajos
Como heredero de lo que comenzó su abuelo en 1942, Willer cree firmemente que el tema económico para el mundo rural nunca estuvo más complicado como hoy en día, donde los insumos que deben adquirir para trabajar la tierra han subido considerablemente de valor, contrario a lo que ocurre con el precio de la leche, el cual no ha dejado de bajar.
Por lo mismo, uno de los puntos en donde creyó posible ahorrar fue en el tema de la generación de energía eléctrica propia a través del sistema de paneles solares, los cuales llevan poco más de un mes en funcionamiento.
«La verdad es que existen pocas instancias para ahorrar costos en esta actividad, por lo que pensé que si ahorraba dinero en energía iba a ‘sobrevivir’, ya que ese es el tema ahora. No vivir, sino que ‘sobrevivir'», recalca Willer, quien hace especial hincapié en la experiencia de otros colegas que han debido recurrir a préstamos y créditos para seguir en la actividad.
Para este agricultor, que produce dos millones 800 mil litros de leche al año, los costos para trabajar han ido aumentando sostenidamente, por lo que recurrir a energía que le permita ahorrar al menos la mitad de lo que gasta en el ítem, sería un gran avance; ello, porque las cuentas que le llegan de la luz, no bajan de dos millones de pesos mensuales y si todo sale como corresponden, podría tener cancelada la inversión de los paneles en uno o dos años de funcionamiento.
«Fue parte de una decisión drástica que tomé para bajar los costos de producción», advierte Willer.
Y aunque los 40 paneles se encuentran en funcionamiento, aún no puede sacar cuentas debido a que el estado de la luz le llega cada dos meses.
«Con estos paneles se debería ahorrar entre 40% y 50% de la energía. Si esto es finalmente así, no descarto instalar más paneles en el predio para tener autonomía eléctrica y no tener que pagar ninguna cuenta más», enfatizó.
Autonomía
En un viaje por Europa en 2010, específicamente por Dinamarca, Mauricio Gómez, dueño de la empresa osornina Solarimar y ex agricultor, se dio cuenta que la mayor parte de los agricultores del país escandinavo, pero también de otros puntos del Viejo Continente, contaban con equipos autónomos de energía eléctrica, derivada de iniciativas eólicas o solares, lo cual les permite aumentar los ingresos de sus actividades agrícolas.
De regreso al país hace dos años y vista la experiencia de aquellos agricultores, Gómez decidió iniciar una empresa de paneles fotovoltaicos, los cuales ya ha podido instalar en varios puntos de la provincia de Osorno con éxito y en el caso de Augusto Willer, en la primera lechería que lleva a efecto un proyecto de este tipo.
Según Gómez, el costo de los equipos que instaló al productor del sector Pelleco, llegó a los 11 millones de pesos, no obstante afirma le permitirán generar un drástico ahorro de energía en el corto plazo.
«Si la cuenta le llega a salir por unos dos millones de pesos al mes, con estos equipos podrá comenzar a ahorrar prácticamente un millón por cada vez que reciba la cuenta, lo que quiere decir que en uno y dos años recuperará la inversión de unos paneles que le durarán entre 20 a 30 años», aseveró.
Comenzar a trabajar en estos proyectos en la zona fue una tarea complicada para Gómez, ya que la mayoría de los agricultores o de las personas que viven en sectores rurales están acostumbrados a recibir la energía desde una compañía distribuidora de electricidad.
No obstante, contar con un sistema como el instalado en la lechería de Augusto Willer ofrece varias ventajas comparativas con respecto a los medios tradicionales, tales como el cuidado del medio ambiente, el mismo ahorro de energía y la autonomía en el suministro, aunque también depende de la inversión que se haga.
Fuente: http://www.australosorno.cl/