La presión de México por disputarse con Dos Pinos el mercado lácteo de Centroamérica es muy fuerte y Panamá no está aislada.
Panamá tiene el tiempo justo para “ponerse las pilas” y elevar la producción de leche porque ya arrancó la cuenta regresiva frente a la liberación arancelaria.
“De lo contrario, seremos inundados por otros países productores de leche que son más competitivos”, advierte Gerardo Escudero, director del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
La presión de México por disputarse con Dos Pinos el mercado lácteo de la región centroamericana es muy fuerte y Panamá no está aislada, comenta el representante del IICA.
Los ganaderos panameños reciben uno de los precios más altos por el litro de leche en el mundo, pero a la vez sus costos de producción son los más elevados. Esta tendencia al alza en el precio y costo de producción les resta competitividad.
El litro de leche grado A se paga al productor a 60 centésimos; el litro de grado B en 50 centésimos, y el de grado C, que se utiliza para la elaboración de leche evaporada, condensada y en polvo, así como queso procesado, se fija en 50 centésimos.
El costo de producción de un litro de leche oscila entre 40 y 35 centésimos.
La debilidad en la producción de leche en el país radica en algunos ganaderos que merecen recibir asistencia técnica, conocimiento y créditos.
“Más que subsidios se necesita fomentar la competitividad para que los ganaderos ganen como productores y los consumidores obtengan un producto más barato”, asegura Escudero.
En Panamá se consumen anualmente 340 millones de litros de leche y de esos 100 millones son importados. La grado A es la más producida.
“El único camino para lograr la competitividad es hacer un mejor uso de la tecnología y desarrollar un buen manejo del hato ganadero”, añadió.
Los productores locales más que adquirir nuevas tecnologías deben aplicar las buenas prácticas que desarrollan algunas fincas en el país que reportan buenos márgenes de ganancia y rentabilidad.
En un corto plazo la estrategia fundamental es diseminar las mejores prácticas que aplican fincas de referencia en el país hacia los pequeños productores.
Estas fincas modelos se enfocan en cinco áreas fundamentales: alimentación, elevar los coeficientes reproductivos del hato lechero, un oportuno levante de las becerras, mejorar el peso del animal y la calidad de la leche, y una mejor conectividad con el sector bancario.
En la alimentación es fundamental que se renueve la adquisición de pasto mejorado. El 65% del costo de producción del litro de leche se debe a la alimentación.
Otro factor que se necesita cambiar es mejorar la reproducción del hato lechero. En Panamá, el porcentaje de parto al año es de 23%, cuando el promedio ideal sería de 70%. “Tener animales comiendo sin producir leche incrementan los costos de producción”, destaca Escudero.
Aumentar la calidad de la leche también marcará la diferencia. Los productores deben invertir en adecuados sistemas de frío. “Se requiere un manejo de ordeño automatizado en el que la leche salga de la ubre de la vaca y entre inmediatamente, sin que la toque la mano del productor, a los tanques de enfriamiento”.
Si se aplican estas buenas prácticas, se diseminan a través de capacitaciones con extensionistas y se acompaña con acceso a crédito en esas áreas, creo que Panamá puede crear una lechería muy potente en los próximos cinco años, manifestó Escudero.
“Panamá ha logrado estructurar toda la cadena agroindustrial láctea, pero los pies de barro aún están en las fincas ganaderas”, advierte el representante del IICA, quien participa como expositor en el XXI Congreso Nacional Lechero Aprogalpa, en los terrenos de la Feria Internacional San José de David.
http://impresa.prensa.com/economia/Produccion-leche-tiempo_0_4570792977.html