La brisa que cayó por la influencia del huracán “Earl”, alentó la semana anterior a los ganaderos del Valle de Agalta, ubicado en el municipio de San Estaban, al norte de Olancho, debido a que solo este año unas 600 cabezas de ganado han muerto por la severa sequía.
Los pastos están a ras de suelo y amarillentos como resultado de las fuertes temperaturas que se han sentido en las extensas praderas, mientras los bovinos arrancan con el hocico las secas raíces para sobrevivir.
Una vaca negra, angustiada por la sed fue en busca de agua a un arroyo, pero no encontró una gota, desvaneciéndose en el enorme agujero, quedando rodeada de cientos de zopilotes que solo esperaron su último respiro para empezar a devorarla.
El problema es generalizado en las comunidades que están alejadas del Río Grande de Agalta, ya que no existe forma de obtener agua suficiente para suplir la necesidad diaria y las pérdidas cada vez son millonarias.
Uno de los habitantes de la zona, comunicó sobre la muerte de una decena de animales en varios puntos y lo peor es que nadie los auxilia, debido a que los técnicos de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) solo han llegado a tomar leche y fotografías.
DECADENCIA
Los lugareños rememoran que San Esteban, a unos 280 kilómetros de Tegucigalpa, era uno de los municipios más prósperos del vasto departamento olanchano, de donde salía un alto porcentaje de la leche para las procesadoras y la carne de res que se consume a nivel nacional.
Pero desde hace una década muchos productores han ido perdiendo su patrimonio, debido a que los veranos son más extensos y los inviernos cortos, el pasto no crece y los animales son más frágiles por la mala nutrición.
Esa es una de las preocupaciones que plantea a diario el productor Adrián Argueta, quien junto a cientos de ganaderos anhela del apoyo especializado, para encontrar la solución definitiva al problema.
“Los que están gordos son los zopilotes, esos carroñeros que ya ni quieren tanta carne por la mortandad de animales todos los días”, aseguró que el ganadero Gil Oliva, al momento de mostrar una de las 16 cabezas que perdió al inicio del año.
El trabajo es arduo para los productores, ya que a las 5:00 de la mañana revisan los potreros y establos para verificar si todos los animales están vivos y no están a punto de sucumbir.
“Necesitamos apoyo gubernamental porque solos ya no podemos, nuestra producción se fue abajo, tanto de leche como de carne, solo este año he perdido entre 300 y 400 mil lempiras, la producción de leche bajó de 600 a 200 litros y la carne que producía 50,000 libras, ahora ya no hay”, aseguró el ganadero.
Oliva demandó a la SAG apoyo técnico para construir cosechas de agua, ya que ellos han hecho pequeñas lagunas pero rápido se consumen, “necesitamos que nos orienten a construir reservorios de agua y proyectos de riego para asegurarle la comida a los animales, estamos dispuestos a invertir, no queremos que nos regalen nada”.
AGASE
“Estamos en emergencia”
El presidente de la Asociación de Ganaderos y Agricultores de San Esteban (AGASE), Edgar Oliva, constató que “la sequía nos mantiene en estado de emergencia y todos los ganaderos del Valle de Agalta manifiestan su preocupación a diario”.
“Es un problema que no habíamos vivido desde hace mucho tiempo, al grado que varios productores están desapareciendo porque el 70 por ciento de 374 socios están siendo afectados, en especial en la zona de Palito Verde, que es el área más productiva del valle”, aseguró.
Oliva indicó que la crisis afecta a toda la población, por ese municipio es netamente ganadero y se generan miles de empleos, para el caso el año pasado la alcaldía otorgó 34,000 vistos buenos para la salida de ganado.
“Toda la economía se mueve a través de la ganadería y ahorita tenemos desempleo, bajas producciones de leche y carne y eso genera especulación en los precios, por eso estamos demandando asistencia técnica para construir cosechas de agua, perforar pozos e instalar sistemas de riego”, apuntó.
http://www.latribuna.hn/2016/08/10/sequia-mortandad-vacas-hunde-productores-san-esteban/