Este tipo de queso no es 100% natural, ya que se elabora con el caseinato y aceites vegetales, en otras palabras las sobras de la leche entera. Pese a ello algunos fabricantes insisten en etiquetar el producto como si fuera 100% queso, lo que podría representar un fraude al consumidor.
Óscar García, administrador de la Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia, señaló que “si el producto claramente dice que es una imitación o sustituto le toca al consumidor tomar la decisión si lo consume o no, lo importante es que la información esté clara al público, si se anuncia de manera muy pequeña hay una intención de confundir al consumidor y las sanciones por temas de veracidad en la publicidad van desde los $600”.
Euclides Díaz, de la Asociación Nacional de Ganaderos de Panamá (ANAGAN), manifestó que “vender este queso como si fuera un producto natural es atentar contra la salud del público, porque están estafando a las personas”.
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