Las Tunas.- Juan Alberto Peña Pérez ha dedicado 25 años de su vida al trabajo duro de la ganadería. Es pionero en la inseminación artificial en Majibacoa y destaca, muy especialmente, por su aporte constante a la industria lechera. Esto último lo sitúa a la vanguardia en ese territorio, el más seco de toda la provincia.
Primero fue un pedazo de tierra, herencia de familia a la que se entregó con el ímpetu de la juventud. Las ganancias iniciales fueron para hacerse de una buena casa, cercana a la que ocupaba entonces y que tenía más de 100 años de estar en pie: «Porque el hombre, cuando no tiene dónde vivir, carga muchas preocupaciones. Ahora el dinero se dedica más a la finca, ya se puede».
Gracias a las ventajas de la Ley 250 y la 300 después, que le han permitido una ampliación «buscando área y desarrollo, que es lo que necesita la ganadería», ahora nos habla de nuevos sueños. Y dice: «Yo no estoy acostumbrado a que me regalen nada, quiero que me dejen seguir trabajando. Tengo mis ganancias y ayudo a los demás, soy útil».
Contagia su pasión al hablar de la faena dura del campo y el anuncio de que espera cerrar el 2018 con poco más de 20 mil 200 litros de leche entregados a la industria, de un plan que inicialmente concebía alrededor de 14 mil 827, es la mejor prueba de que sabe volver resultados tamaño entusiasmo.
«Desde fuera todo se ve bonito, pero nos levantamos a las 3:00 am para el ordeño de las 29 vacas. Después dele a llevar los animales a comer, voltear las cercas, la limpieza y, muchas veces paramos solo una hora para almorzar y es hasta las 7:00 pm o las 8:00 pm, mientras se ve un poquito, trabajando. Es un sacrificio muy grande.
«Y todo eso solo dos obreros, el yerno y yo. El promedio de leche por vaca es de 4,9 litros o poquito más. En el mejor momento ha sido hasta de siete litros, pero esta tierra es seca. Eso nos afecta. El manejo del animal es lo primero. Ahí está la alimentación, el agua, aportarle los nutrientes que necesita, la siembra de pasto, conseguir las mejoras de raza; por eso mismo es que estamos trabajando en la inseminación artificial, pensando siempre en líneas de vaca que sean lecheras.
«Acá las que más se desarrollan son el Holstein y el Siboney. Estamos inseminando con esta última raza que es más rústica, más fuerte y tiene buen perfil de leche. El año pasado fue histórico porque conseguimos un 85 por ciento de natalidad. Cerrar la campaña reproductiva de este 2018 con un 71 por ciento de gestación no está mal.
«La sequía también afecta la alimentación. Aquí no se puede plantar caña porque cuando llega la seca no tenemos con qué regarlas y mueren. Por eso lo mejor son las plantas proteicas, dan un resultado magnífico. Es el Plan Sierra Maestra, un logro del Comandante. Porque no se nos puede olvidar, periodista, que Fidel fue pionero desde que triunfó la Revolución en todo eso. A base de moringa, morera, pangola, él siempre se preocupó mucho por la ganadería. Yo siembro todo eso, es lo que comen mis animales y el resultado está».
EN EL CENTRO DE LA JORNADA
A Yoismel Burque, director de la UEB integral agropecuaria Majibacoa, no le sorprendió demasiado nuestro alborozo ante el buen trabajo de Juan Alberto, o El Chino, como todos le dicen por acá.
«Tiene muy buenos resultados de manera integral la CCS Mártires de Omaja a la que él pertenece. Son, en total, 247 productores. Llevan varios años consecutivos siendo millonarios en la entrega de leche a la industria. En este 2018 lo consiguieron desde el mes de noviembre, así que ya están por encima del plan previsto. Piensan cerrar el año con alrededor de un 106 por ciento de cumplimiento.
«Eso significa que se han entregado a la industria poco más de tres millones 503 mil litros. A pesar de la sequía hemos adoptado un grupo de medidas importantes. Por ejemplo, el trabajo en la siembra de pastos y forrajes, que todavía es insuficiente, pero se nota que vamos avanzando.
«Nos apoyamos en los subproductos de Azcuba para la alimentación, como la cachaza, la miel urea y los bloques nutricionales, además del residuo de la cosecha. También los controles a productores que tenían una mala planificación y se ha rescatado la leche por esa vía.
«Varios de esta propia CCS se dedican a la fabricación de queso, por la distancia en que están de la base productiva, se les hace muy difícil entregar la leche y de esta manera la conservan mejor. Para que se tenga una idea algunos llegan a estar a 12 kilómetros de distancia de los puntos de entrega.
«Seguimos trabajando el tema de la siembra de alimento animal. La «Mártires de Omaja» es muy golpeada por la sequía, siempre están inventado algo para proteger los animales. Sembramos lo mismo caña, que pangola y todo lo que se adapte a esta zona. En todas partes no se puede sembrar lo mismo, los productores van conociendo qué es mejor para cada pedazo de tierra.
REALIDAD QUE SE CONSOLIDA
El municipio de Majibacoa trabaja para concluir el 2018 con una cifra de leche entregada a la industria que ronda los 278 mil 500 litros por encima de lo planificado. El trabajo de más de 500 productores como Juan Alberto, de sol a sol, tiene mucho que ver con estas alegrías.
Por supuesto que tienen dilemas. Solo cuatro tractores estatales resultan maquinaria insuficientes para alistar las tierras con que fomentar la siembra de plantas proteicas para los animales, tan necesarias, por ejemplo. Sin embargo, prefieren no detenerse en problemas; los resultados están.
Los directivos del sector en ese territorio confirmaron a 26 Digital que el aumento sostenido de la producción lechera tiene que ver con todos. Y la mejor prueba es la consolidación de una cultura ganadera que se anuncia sólida por aquellos parajes.
Sus resultados son parte importante de los logros que exhibe ese terruño al norte de Las Tunas. Los que les han permitido ser acreedores del acto provincial en saludo al aniversario 60 del Triunfo de la Revolución. De todo eso también nos hablaron, orgullosos.