“Estamos altamente preocupados con esta situación. Nuestra producción es perecedera” alertó el directivo de la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (Fenagh), Rigoberto Erazo.
Además de las pampas olanchanas, las mayores cuencas lecheras se encuentran en Colón, Atlántida, Cortés, El Paraíso y parte de Yoro.
“Hacemos un llamado a los actores de este problema político para que resuelvan de una vez por todas en la mesa del diálogo. Están afectando, no solo al productor más humilde, también al consumidor final en principales ciudades como Tegucigalpa y San Pedro Sula”, indicó Erazo.
La problemática ya empieza a sentirse con alzas de precios en productos lácteos y reportes de desabastecimiento. “Los tanques que van a recoger la leche tienen atrasos y los artesanales que compran a pequeños productores enfrentan problemas para llevar su producto a la gente de la capital”.
“Lógicamente al no haber producto, los comerciantes tienen que subir el precio, mientras nosotros seguimos ordeñando el ganado de mañana y tarde. Nos vemos obligados a darles el producto a los terneros”, señaló la fuente.
En 2016 esta actividad económica alcanzó una producción de 880 millones de litros de leche y 2017 cierra con crecimiento de un 5 por ciento.
Solo en Olancho existen más de 15 mil productores que ordeñan medio millón de litros diarios. Un litro de leche lo venden directamente en el campo entre 9 y 10 lempiras. Cada hato ganadero cuenta con cinco empleados.