Las voces de alarma aumentan exigiendo una comisión de investigación sobre la venta de la leche infantil contaminada. Mientras tanto el Gobierno francés asume deficiencias en la gestión del problema y reitera en la alerta a farmacias y hospitales. Por su parte, el presidente de la asociación de las miles de familias con bebés afectados por salmonela, Quentin Guillemain, lanza una alerta a escala mundial:
«Tiene que saber que estos productos se están repartiendo por todo el mundo, y estamos hablando de 65 países. Entonces, ¿Dónde están esas cajas de leche infantil? Porque estamos hablando de millones de ellas, de decenas de millones de cajas que hoy no sabemos dónde están. Por eso me gustaría decirle a sus espectadores y especialmente a aquellos que no son franceses, que no viven el escándalo diariamente, que no compren esa leche. Si tienen este tipo de leche, podemos nombrarla, las marcas Picot y Milumel, les aconsejamos que no las consuman porque suponen un grave peligro para la salud de su bebé.
Hubo un primer decreto para los 620 primeros lotes retirados de la venta, un decreto de Bruno Le Maire que prohíbe su exportación. Pero los 720 lotes que fueron prohibidos después en Francia. no han sufrido ninguna traba para ser vendidos al exterior y pueden potencialmente seguir siendo exportados. También preguntamos al gobierno dónde están todos esos millones de cajas. Porque no hace falta que se sigan exportando para aumentar así el escándalo. Tenemos que saber dónde están esas cajas, si han sido destruidas, si realmente se han recuperado y si realmente informamos a los consumidores de otros países de que esas cajas estaban contaminadas.»