Un puente demasiado lejos, la historia de película de la lechería

Por la secuencia de una crisis iniciada en 2014, es el sector que peor la pasa. La cadena supermercadista es la que se observa con recelo.
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Por la secuencia de una crisis iniciada en 2014, es el sector que peor la pasa. La cadena supermercadista es la que se observa con recelo.
«El tambo en un esquema de alta suplementación ya no es sustentable», dijo Salaverri.
–¿En algún momento pensó en abandonar el tambo?
–Sí, en momentos de bronca sí, pero al final nunca lo hacemos. Lo digo por mis hermanos, que son mis socios. Terminamos creyendo que todo mejorará. Además, reconvertirse no es sencillo.
El contador Horacio Salaverri, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa, pertenece a la tercera generación de productores lecheros.
En la zona bonaerense de Suipacha, Salaverri administra 110 animales en 160 hectáreas. Dice que las labores del tambo son complejas; que acaso este sea el peor momento histórico del sector; que la brecha entre los 4 pesos que le pagan por litro al productor y los $ 20 de góndola es casi obsceno y que, si el Gobierno no les tiende un puente en las semanas venideras, serán muchos quienes en 2017 ya no serán tamberos.
–¿Por qué es tan grande la brecha?
–En lechería existe una crisis internacional que afecta los precios. De todos modos, en nuestro país había limitantes en cuanto a la exportación; de hecho, en algún momento (Guillermo) Moreno (secretario de Comercio Interior) directamente la prohibió y no se exportaba. Mas, cuando la leche en polvo tuvo su precio máximo de 5.000 dólares la tonelada, que fue algo extraordinario, Moreno decidió retener el 50% porque había un valor de corte que daba U$S 2.500 la tonelada. Luego se impuso la idea de que había un sobrestock en el país. Eso produjo, en diciembre de 2014, una baja en tranquera. Desde entonces, el sector ya no se recuperó.
–¿No fue sobrestock entonces?
–Claramente, el sobrestock no era de las características que la industria lo presentaba. Cuento un detalle. Cuando empezó el inconveniente en el litoral por las lluvias, en un plazo de sólo 20 días empezó una recomposición de los valores que llevó el litro de leche de $ 3,20 hasta los 4 pesos. Si el sobrestock hubiera sido el que decían, esa recuperación no podría haber abastecido el mercado interno. Esto benefició a las fábricas, que decían que debían pagar menos.
–La cartelización de la que todos hablan…
–Acá hay una cartelización de las fábricas pero, claramente, de los supermercados, porque compran a los precios que quieren y venden a los valores que se les antoja.
“Así se entiende que al productor le paguen 4 pesos el litro de leche y que el kilo de queso duro en góndola cueste $ 180. Le puedo asegurar que esos quesos no ingresan en supermercado a más de $ 80 el kilo. El incremento es de más del 100%. Según un estudio del INTA, el productor debería recibir hoy $ 5 por cada litro.
–¿Este es el principal problema de la cadena?
–Es uno de los más importantes. Pero también hay una gran orfandad de información. Por ejemplo, no sabemos cuánta leche en polvo existe en depósito. El Gobierno no tiene estas cifras, que podrían ser importantes a la hora de las negociaciones.
–¿Cuál es la responsabilidad del Estado en este problema?
–Pasa por requerir más información, pero también por sentar las bases firmes para que se pueda sentar en una mesa de diálogo a la cadena de valor. En este sentido, ha sido imposible que estén los supermercadistas.
“El Estado tiene que entender que la cadena está mal y que la apropiación de renta de parte de uno de los sectores es muy importante. Antes, el productor recibía el 30% del precio de góndola y hoy no llega al 17/20%.
–¿Cuál es el estado de ánimo del productor?
–De gran desazón, porque si la producción lechera se cae no se recuperará al año siguiente. Para entonces se calcula una producción del 20% menos. El 10% será por la venta de animales y lo restante por la falta de alimentos, porque se intentará minimizar los daños. Si no se toman medidas urgentes, en 2017 habrá una situación grave por la salida de más productores de la actividad.
–¿De quién es la responsabilidad de convocar a la cadena?
–El área del ministro (Ricardo) Buryaile (subsecretaría de Lechería) ha hecho un buen trabajo dentro de todo, aunque algunos dicen que no toma en claro la problemática, pero en las áreas de Producción, que tienen a su cargo lo que hacen los supermercados, está en problema.
–¿El Gobierno entiende la crisis tambera?
–Creo que no se toma conciencia de la crisis y hablan de una recuperación internacional del sector para el año que viene, que puede ser, pero nosotros planteamos que tiene que haber un puente porque, insisto, en estas condiciones el productor no llega a 2017.
–¿Hay autocrítica desde lo gremial para concluir que el gobierno no entiende la problemática?
–La que podemos hacer tiene que ver con haber permitido la reducción de precios (de la leche) que realizaron las fábricas en su momento. Pero el tambero es una personal especial. Y eso limita su capacidad para poder negociar y conseguir un mejor valor.
–Porque no pueden hacer un paro…
–Es imposible y las empresas lo saben. Hay que ordenar a la mañana y a la tarde. Un equipo de frío, con suerte, mantiene la leche por un día y medio.
–¿Tiene futuro el tambo?
–Su futuro pasa por dos cuestiones. Primero por lo comercial, pero, en especial, por el modo en que vamos a producir. Esta es una autocrítica también.
–¿Cuáles son los modelos en debate?
–Debemos elegir entre un sistema suplementado, donde el animal está alimentado no solo a campo natural, sino con raciones, maíz picado y valores proteicos, que es aplicado actualmente, o el neocelandés, que es todo a pastura y, además, cierran en invierno.
“En el sudoeste bonaerense se ven rollos en los campos, pero, como diría (Alvaro) Alsogaray, eso es para pasar el invierno. Ahora, como el costo de producir es muy alto, en Nueva Zelanda cierran, secan la vaca, la sacan del campo, la mantienen por tres meses y luego, con la parición, vuelven a abrir. En esos tres meses no mantienen un ritmo alto de alimentación, es económico, a pasto y sin ordeñe.
–¿Esta discusión no la deberían tener resuelta los productores?
–Deberíamos. En la SR de Suipacha ya hicimos una charla-debate sobre los tres modelos. El tercero es un mix entre los dos restantes, pero siempre sobre los mismos parámetros.
“Creo que el tambo en un esquema de alta suplementación no es sustentable en el futuro, ya que el costo adicional no puede ser cubierto con el precio del litro de leche. ¡Sí hoy conviene vender el maíz antes que picarlo!
Guillermo D. Rueda
grueda@lanueva.com
http://www.lanueva.com/la-region-impresa/873099/un-puente-demasiado-lejos–la-historia-de-pelicula-de-la-lecheria.html

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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