Tambos, el eslabón más débil

Los productores de leche pasan por uno de los peores momentos de su historia. Al ser un alimento perecedero, quedan a merced de las procesadoras, que son las que determinan el precio. Un panorama de lo que pasa en San Luis.
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Los productores de leche pasan por uno de los peores momentos de su historia. Al ser un alimento perecedero, quedan a merced de las procesadoras, que son las que determinan el precio. Un panorama de lo que pasa en San Luis.
Los tamberos componen un sector de la agroindustria que preocupa, porque a partir de las dificultades que afrontan para lograr rentabilidad, peligra la estabilidad laboral del sector y también el bolsillo de los consumidores. Ambos son los extremos de la cadena y padecen las inclemencias del mercado. La situación en San Luis no difiere demasiado de lo que pasa en el resto de la cuenca lechera argentina. A fuerza de empeño y trabajo los productores locales, que se encuentran fuera de los polos productivos más importantes, subsisten como pueden, afrontando los rigores del clima y un precio en tranquera que no refleja lo que luego se ve en las góndolas.
La revista El Campo realizó un relevamiento sobre cuál era la situación de los, en general y en su mayoría, pequeños productores que además se encuentran lejos de los centros de mayor productividad, sufriendo los embates de los factores externos, tales como los precios internacionales de la leche en polvo y las especulaciones de las grandes empresas.
Nicolás Chiappero es uno de los técnicos responsables del tambo El Rosario, ubicado en Luján. El establecimiento fue azotado por el agua aquel inolvidable 1º de marzo de 2015. En ese momento sufrieron pérdidas económicas considerables que pudieron sortear.
“El 2016 no comenzó mejor. Las intensas lluvias hicieron que aumentaran los niveles de diques y ríos que finalmente terminaron decantando en nuestro campo. Nos asustamos mucho, vemos agua y nos aterrorizamos. Es como decir: el que se quema con leche ve la vaca y llora. Por suerte en enero no tuvimos pérdidas económicas, ya que estábamos más preparados”, explicó uno de los hermanos Chiappero, quien contó que construyeron cunetas para que drene el agua y evitar así nuevos desbordes dentro del tambo.
Tambos, el eslab1
En general, el pensamiento del productor de leche es que las medidas tomadas por el nuevo Gobierno han sido la gota que rebasó el vaso. “La liberación de las retenciones hizo que subiera el precio de los cereales, lo que terminó por ahorcarnos. Aunque comprendo que los granos no podían seguir estando tan baratos, eso agregó un problema a otros que ya teníamos. Ahora estamos quebrados”, contó Chiappero, muy afligido después de años de complicaciones.
Entre los principales problemas que aquejan al sector están los costos de los fletes, en especial para San Luis que se encuentra alejado de los principales centros de venta como son Santa Fe y parte del sur de Córdoba. Otro punto crítico fue mencionado por un pequeño productor de Concarán, Enrique Delfino, quien destaca el porcentaje que el Estado Nacional se lleva en impuestos. “Yo pago el 10 por ciento de mis ganancias lo pago en contribuciones tributarias. El resto se lo lleva el mantenimiento del tambo en producción. Mire, le doy un ejemplo: en estos días estoy por hacer el triturado, que es un proceso por el cual se deshacen los granos para guardar alimento para el invierno. Ese trabajo que el año pasado me costó 3.400 pesos por hectárea, con la leche a $3,20; hoy me sale alrededor de 5.000, con un valor menor en el precio de venta del fluido que ha llegado a los $2,25. Con esto digo que voy a necesitar entre 600 y 700 mil pesos para guardar reservas; o sea lo que gané este mes se lo llevará el proceso de triturado. Ahora tuve que sacar un crédito, a una tasa que me es desfavorable, pero no me quedó alternativa”.
El gobierno nacional decidió salir de la coyuntura con un subsidio de 0.40 centavos por litro para tamberos que hagan hasta 3.000 litros por día. “No creo que esta clase de políticas sean la solución. Primero, creo que lo que me dan a mí se lo están quitando a otro y encima con ese dinero por tres meses nuestra situación no va a mejorar. Se necesitan políticas a largo plazo que garanticen estabilidad para producir”, dijo Delfino, quien además es presidente, hasta dentro de unos días, de la Sociedad Rural del Valle del Conlara. Según comentó el productor, el presidente Mauricio Macri pidió a las empresas lecheras que en abril el precio suba a cuatros pesos. “Eso es lo que se está conversando, pero dudo que llegue a ese precio a un mes y medio de la fecha probable”, sentenció.
Por su parte Chiappero y Delfino coincidieron en que se encuentran escépticos sobre el pago. “En el Gobierno anterior hicimos todos los trámites para acceder a la ayuda, y nunca nos depositaron en el banco”, contó Chiappero del tambo en Luján. “A mí tampoco se me acreditó el dinero. Es más, conozco un solo productor de San Luis que recibió el primer pago de los seis que habían prometido”, ratificó Delfino, de Concarán
La crisis en este sector productivo llegó ya hace algún tiempo. Pero en los últimos tres meses empeoró el panorama. “Veníamos mal con el Gobierno de la señora Cristina, pero con la liberación de las exportaciones de maíz y el posterior aumento del grano que usamos para alimentar nuestra hacienda, terminamos de hundirnos. Ahora nuestro producto no vale y no entendemos bien porqué”, dijo el productor de Concarán.
“La excusa de las empresas lecheras es que a nivel global el precio de los productos ha disminuido de forma considerable. Las procesadoras de lácteos, no están exportando, en su momento según explicaron había problemas para que autoricen los ROEs que liberaban la mercadería al mundo. Ahora se supone que las exportaciones están abiertas”, cuestionó Enrique Delfino. Y agregó: “El tema es que nosotros podríamos mantener el tambo si nuestro producto valiera. Pero está regalado. En este momento, nos pagan el litro de leche a un precio que contempla un dólar de nueve pesos, y la moneda estadounidense subió”.
Las empresas que producen el fluido en el país son tres, La Serenísima, La Paulina y Sancor, entre ellos definen el precio del mercado por carecer de competencia. “Nosotros trabajamos contra reloj y eso es de público conocimiento. Ordeñamos todos los días y la leche no puede permanecer en el tambo más de 24 horas por cuestiones sanitarias. Es decir, todos los días nos deben retirar la producción del campo y nosotros debemos entregarla al precio que sea o tirarla”.
Sin formas, ni normativas que los protejan se mantienen en el sector con la esperanza de que esto cambie. “Hace seis años que estoy en el rubro. En su momento hice un muy buen negocio. Compré vacas lecheras a un precio bajo. Hoy me mantengo a pérdidas desde hace tres meses, aunque hace un año empezaron los problemas”, contó Delfino.
Chiappero, quien ha sido duramente castigado por todos los flancos, sostuvo: “Estamos pésimo, no hay forma posible a corto plazo de revertir la situación. Los subsidios son mentirosos, no sirven ni para tapar huecos. La alimentación ahora es cara. No entiendo la excusa que tienen para pagar bajo el precio de la leche”.
“Hay alguien que se está quedando con la diferencia, y están matando al productor”, afirmó el responsable de El Rosario. Por su parte, Delfino, dijo: “No es posible que la leche cueste en góndola entre 16 y 18 pesos, cuando la materia prima se paga a $2,30. ¡Es irrisorio!, alguien está haciendo un gran negocio a costa del consumidor y nuestra. Piense que aunque los procedimientos para tratar el fluido son costosos, se trata de un negocio muy rentable. De un litro ellos sacan leche bebible, además de manteca y crema”.
Según Chiappero la solución es clara y está al alcance de la mano: “Sería bueno que nuestros representantes no inventen nada. Que miren al mundo y se fijen como hacen. Se sabe que en este rubro se gana y se pierde. Pero desde hace años venimos a pérdida y ya no se sostiene más”, aclaró el técnico de El Tambo ubicado en Luján quien se encuentra totalmente descreído de que en la Argentina se puedan tomar decisiones serias.
También, ambos sostienen que algunas reducciones impositivas podrían darles un respiro además de que las exportaciones se liberen por completo. “Eso hará que los precios se sinceren. El mercado mismo va a hacer que se acomode el fluido en un precio real que tenga relación con los costos de producción”, dijo Delfino y apoyó a la gente del tambo de Luján, que a pesar de las adversidades se mantiene firme en la actividad, por ahora.
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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